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acabará de cumplir plena y perfectamente en sù venida. Basta leer el cap. ix de Daniel, en donde se hallan juntas, y unidas, y como inseparables estas dos cosas entre otras: á saber: el cumplimiento pleno y perfecto de toda profecía y vision, y la uncion del Santo de los santos*. Conque si el Mesías ha venido, deberá ya haber sucedido la uncion del Santo de los santos. Si esta ha sucedido deberá ya haberse cumplido plena y perfectamente toda vision y profecía. Esto último es evidentemente falso: luego tambien lo primero, pues no hay mas razon para lo uno, que para lo otro luego el unjido ó Cristo del Señor no ha venido,

&c.

411. Este argumento de los doctores judios es el único entre todos, á que no han podido responder hasta aora los doctores cristianos, á lo menos de un modo perceptible, capaz de contentar y satisfacer á quien desea la verdad, y solo en ella puede reposar. En todo lo demás tengo por cierto é indubitable, que convencen evidentemente á los doctores judios, los confunden y los hacen enmudecer: y esto con tanta eficacia y evidencia, que algunos Rabinos mas modernos (y sin duda mas doctos y sincéros que los antiguos) se han visto precisados á decir en fuerza de los argumentos, que el Mesías debia haber venido muchos siglos ha, segun las Escrituras; mas que ha dilatado su venida por los pecados de su pueblo. Otros todavia mas doctos y mas sincéros han dicho (y parece que en esto han dicho la pura verdad sin entenderla) que el Mesías ya vino; pero que está oculto por la misma razon: esto es, por los pecados de su pueblo *.

412. Mas aunque en todo lo demas convencen los doctores cristianos, y confunden á los judios; en el punto particular que aora tratámos, parece cierto que no han hecho otra cosa, segun su sistema, que hablar en tono decisivo, ponderar, suponer mucho, y al fin dejar intacta la di

* Et impleatur visio, et prophetia, et ungatur Sanctus sanctorum. Dun. ix, 24.

+ Pinamonti.

ficultad, ó por mejor decir, dejarla mas visible y mas indisoluble. Ved aquí toda la respuesta, y toda la solucion de la gravísima dificultad. Lo primero: saludan á los doctores judios con la salutacion acostumbrada, llamándolos groseros y carnales, pues se han imaginado que las profecías dictadas por el Espíritu Santo, se habian de cumplir así como suenan, ó segun su modo grosero de entender (en esto último no dejan de tener razon, y gran razon). Lo segunda: les añaden, que han entendido las Escrituras segun la letra que mata, y no segun el espíritu que vivifica* (lo cual tambien puede ser verdad, y lo es en gran parte; mas en su verdadero sentido). Lo tercero: les enseñan, como si fueran capaces de admitir, ó de entender una doctrina tan estraña, y tan repugnante al sentido comun, que las profecías se deben entender, no como suenan, ó segun el sentido que aparece; pues en este sentido, añaden, sería necesario admitir en Dios manos, pies, ojos y oidos materiales; todo lo cual se lee frecuentemente en las profecías: sino que se deben entender solamente en aquel sentido verdadero en que Dios habló. ¿Cual es este sentido verdadero? Es, dicen, el sentido espiritual y figurado. Y en este verdadero sentido se han verificado ya en la Iglesia presente casi todas aquellas profecías, que no pudieron verificarse, ni tener lugar en los Judios; esceptuando algunas pocas, cuyo cumplimiento perfecto se reserva para el fin del mundo, cuando vuelva el Señor del cielo á la tierra á juzgar á los vivos y á los muertos: esto es, á todo entero el linage humano, que lo espera en el gran valle de Josafat, ya muerto y resucitado, &c. ¡Y no hay mas respuesta que esta, ni mas solucion de una tan grave dificultad? No, amigo, no hay mas, segun todo lo que yo he podido averiguar. No por eso niego la posibilidad absoluta de alguna solucion mas probable ó perceptible; mas en el sistema ordinario no comprendo como pueda ser.

413. ¡O verdaderamente pobres é infelices Judios! Por

↑ Juxti litteram occidentem, et non juxta spiritu vivificantem. — Vide ep. 2 ad Cor. iii, 6.

todas partes os sigue y acompaña el reato de vuestros delitos, y la justa indignacion de vuestro Dios. ¡O sistema no menos funesto y perjudicial para vosotros, que el que abrazaron imprudentemente vuestros doctores! Aquel os hizo desconocer, reprobar y crucificar á la esperanza de Israél, y os redujo por buena consecuencia al estado miserable en que os halláis tantos siglos ha, anunciado clarísimamente en vuestras profecías: y este otro sistema en que os quieren hacer entrar con una violencia tan manifiesta, os ha cegado mucho mas. Al sistema de vuestros doctores es evidente que les faltó la mitad de las profecías, ó la mitad del Mesías mismo; y á este segundo sistema es no menos evidente, que le falta la otra mitad. Una y otra falta ha recaido sobre vosotros, y ha completado vuestra infelicidad. ¡O si fuese posible unir entre sí estas dos mitades, segun las Escrituras! Con esto solo parece que estaba todo remediado por una y otra parte. No era menester otra cosa, así para el verdadero y sólido bien de las gentes cristianas, como para remedio de los infelices Judios; pero ahí está la dificultad, este es el trabajo. Si se uniesen bien estas dos mitades, podrá decirse ¿ como pudieran cumplirse las profecías? ¿Como pudiera cumplirse todo lo que se lee en contra de los Judios, y en favor de las gentes que ocuparon su puesto? ¿Como pudiera cumplirse asímismo lo que se lee, para otro tiempo en contra de las gentes y en favor de los Judios? Conque los segundos se hicieran cargo de las circunstancias que habian de acompañar la primera venida del Mesías, segun las Escrituras, y por consiguiente la creyeran; y los primeros que creen la primera ya cumplida, y esperan la segunda venida del Mesías en gloria y magestad, hagan reflexion sobre tantas profecías, que hablan manifiestamente de esta, y no de la primera, y por tanto entonces solo tendrán su entero cumplimiento.

FENOMENO VIII.

LA SEÑAL GRANDE, O LA MUGER VESTIDA DEL SOL.

APOCALIPSIS CAP. XII.

1. Apareció en el cielo una grande señal: una muger cubierta del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas: Y estando en cinta, clamaba con dolores de parto, y sufria dolores por parir. Y fué vista otra señal en cielo: y hé aquí un grande dragon bermejo, que tenia siete cabezas, y diez cuernos : y en sus cabezas siete diademas: Y la cola de él arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las hizo caer sobre la tierra: y el dragon se paró delante de la muger, que estaba de parto: á fin de tragarse al hijo, luego que ella le hubiese parido. Y parió un hijo varon, que habia de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fué arrebatado para Dios, y para su trono: Y la muger huyó al desierto, en donde tenia un lugar aparejado de Dios, para que allí la alimentasen mil doscientos y sesenta dias. Y hubo una grande batalla en el cielo: Miguel y sus angeles lidiaban con el dragon, y lidiaba el dragon y sus angeles: Y no prevalecieron estos, y nunca mas fué hallado su lugar en el cielo. Y fué lanzado fuera aquel grande dragon, aquella antigua serpiente, que se llama diablo y Satanás, que engaña á todo el mundo: y fué arrojado en tierra, y sus angeles fueron lanzados con él. Y oí una grande voz en el cielo, que decía: Aora se ha cumplido la salud, y la virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo: porque es ya derribado el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios dia y noche. Y ellos le han vencido por

la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio, y no amaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual regocijaos, cielos, y los que morais en ellos. ¡Ay! de la tierra, y de la mar, porque descendió el diablo á vosotros con grande ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Y cuando el dragon vió que habia sido derribado en tierra, persiguió á la muger que parió el hijo varon: Y fueron dadas á la muger dos alas de grande águila, para que volase al desierto á su lugar, en donde es guardada por un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo, de la presencia de la serpiente. Y la serpiente lanzó de su boca en pos de la muger, agua como un rio, con el fin de que fuese arrebatada de la corriente. Mas la tierra ayudó á la muger: y abrió la tierra su boca, y sorbió el rio, que habia lanzado el dragon de su boca. Y se airó el dragon contra la muger: y se fué á hacer guerra contra los otros de su linage, que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo. Y se paró sobre la arena de la mar*.

Et signum magnum apparuit in cœlo: mulier amicta sole, et luna sub pedibus ejus, et in capite ejus corona stellarum duodecim: Et in utero habens, clamabat parturiens, et cruciabatur ut pariat. Et visum est aliud signum in cœlo: et ecce draco magnus rufus ha bens capita septem, et cornua decem: et in capitibus ejus diade mata septem: Et cauda ejus trahebat tertiam partem stellarum cæli, et misit eas in terram: et draco stetit ante mulierem, quæ erat paritura: ut cùm peperisset, filium ejus devoraret. Et peperit filium masculum, qui recturus erat omnes gentes in virga ferrea: et raptus est filius ejus ad Deum, et ad thronum ejus: Et mulier fugit in solitudinem, ubi habebat locum paratum à Deo, ut ibi pascant eam diebus mille ducentis sexaginta. Et factum est prælium magnum in cœlo: Michaël, et angeli ejus præliabantur cum dracone, et draco pugnabat, et angeli ejus: et non valuerunt, neque locus inventus est eorum ampliùs in cœlo. Et projectus est draco ille magnus, serpens antiquus, qui vocatur diabolus, et Satanas, qui seducit universum orbem: et projectus est in terram, et angeli ejus cum illo missi sunt. Et audivi vocem magnam in cœlo dicentem: Nunc facta est salus, et virtus, et regnum Dei nostri, et potestas Christi ejus quia projectus est accusator fratrum nostrorum, qui accusabat illos TOMO II.

U

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