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Apostol: No es buena vuestra jactancia*? Los frutos de esta viña comparados con los que daba antes del Mesías, no hay duda que se hallan muy superiores en número y en bondad; mas si se atiende al cultivo que ha tenido constantemente despues del Mesías, como se debe atender; si se examinan fielmente las partidas de gastos y recibo, como se deben examinar; entonces parecerá necesario mudar de tono, confesando, con espíritu humillado, que no es buena vuestra jactancia: por consiguiente, que el título glorioso é ilustre, de la viña del vino puro, no puede todavia competir á esta viña en el estado y providencia presente. ¿Como ha de ser viña de vino puro, ni merecer este nombre con alguna propiedad, si no da este vino puro de que se habla? i Como ha de dar este vino puro, generoso y óptimo, si las uvas óptimas son rarísimas, las buenas no muchas, las ácidas é insípidas, en abundancia, y las pésimas innumerables? Luego no puede ser esta viña de la que habla la profecía.

69. Se podrá acaso responder, que el vino de esta viña presente será puro y óptimo, si solo se consideran las uvas buenas y se esprimen estas separadamente de la otra infinita muchedumbre: mas este espediente bueno en sí, se encuentra luego al punto con un embarazo terrible, ó con una consecuencia intolerable. ¿Cual es esta? Que con la misma razon, con el mismo espediente, y con el mismo sentido, podrémos dar el título ilustre de viña del vino puro á la viña que tuvo Dios en todos los tiempos anteriores al Mesías. ¿Y por qué no? Puede alguno dudar de la bondad, de la inocencia, de la simplicidad, de la devocion y piedad, de la rectitud y justicia de nuestros Patriarcas, de nuestros Profetas, y de nuestros justos? Esprímanse, pues, estas uvas solas, ó estos frutos de la antigua viña, los cuales fueron mas y mejores de lo que se piensa comunmente, y se hallará con admiracion un vino puro, escelente,

* Non est bona gloriatio vestra. - 1 ad Cor. v, 6.

↑ In...spiritu humiliatis... Non es bona gloriatio vestra. iii, 39; et 1 ad Cor. v, 6.

TOMO II.

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óptimo, y digno de la aprobacion del mismo Dios. ; Y bastará esto para llamar viña del vino puro á aquella antigua viña de Dios? Luego tampoco puede bastar para darle este glorioso título á la viña presente, ni para creer que se hable de ella, cuando se dice: en aquel dia la viña del vino puro le contará á él.

70. ¿ Pues de qué viña se habla, y de qué tiempo? Si se repara con la debida atencion y formalidad en todo el contesto, tomando el hilo, á lo menos desde el capítulo xxiv, se conocerá sin otra diligencia, que se habla de otros tiempos, que todavia no hemos visto: que se habla de otra viña; mejor dirémos, que se habla de la misma viña antigua y presente; pero en otro estado, y aun con otro cultivo infinitamente diverso: tanto como lo es en el estado y cultivo actual, respecto del estado y cultivo que tuvo en los tiempos anteriores al Mesías, y tal vez mucho mas: porque la mano del Señor no se ha encogido: sé conocerá, digo que se habla de aquel tiempo y de aquella viña, de quien se dice mas adelante en el mismo Profeta: porque fuiste desamparada, y aborrecida, y no habia quien por ti pasase, te pondré por lozanía (ó para alegria) de los siglos*. De aquella de quien se dice: No se oirá mas hablar de iniquidad en tu tierrat. De aquella en suma de quien se dice: Tu pueblo todos justos‡: todo lo cual y mucho mas que esto, se puede ver en el capítulo lx de Isaías. Y aunque dicen que todo esto habla de Ja viña presente, y que todo se ha verificado y se verifica en ella, parte alegórica, parte anagógicamenete: esto es, parte en la tierra, y parte en el cielo; mas la verdad es. que todas estas son voces al aire, que nada significan, ni pueden contentar de modo alguno á quien desea sinceramente la verdad. Por consiguiente podemos, y aun debemos decir

* Pro eo quòd fuisti derelicta, et odio habita, et non erat qui per te transiret, ponam te in superbiam (seu in exultationem) sæculorum. Isai. lx, 15.

+ Non audietur ultrà iniquitas in terra tua. — Isai. lx, 18.

Populus autem tuus omnes justi. — Isai. lx, 21.

con la mayor sinceridad posible, que nada de esto se ha visto jamas en nuestra tierra: y sino se ha visto jamas, luego deberá verse alguna vez; pues está anunciado tan claramente en la Escritura de la verdad. Cuando será esto? Será sin duda cuando el Señor nos conceda finalmente lo que tantas veces le pedimos, enseñados y animados de su propio Hijo: esto es, que venga á nosotros su reino, y que su santa voluntad se haga en nuestra tierra, así como se hace en el cielo*.

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71. Por si acaso quisiereis dar un vuelo hasta lo mas alto del cielo, para buscar allí esta viña de vino puro, que por acá no se ha visto jamás, os advierto dos cosas importantes. Primera: que repareis bien en todas las palabras que siguen inmediatamente al testo de Isaías: En aquel dia la viña del vino puro le cantará á él. Yo el Señor, que la guardo, de repente le daré á beber (como leen Pagnini y Vetablo de un modo mas claro, al momento, ó en cada instante la haré regar): de noche y de dia la guardo, para que no reciba daño †. ¿Os parece que allá en el cielo podrá haber algun temor de enemigos, os parece que allá en el cielo deberá estar el Señor en gran vigilancia guardando su viña dia y noche, para que no reciba daño? La segunda cosa que os advierto es que todo cuanto hay aora en el cielo, ó cuanto puede haber de aquí en adelante, desde Cristo mismo, hasta el último bienaventurado, no es ni se llama, ni puede llamarse, sin una suma impropiedad, viña de Dios, sino el fruto de la viña de Dios. La viña de Dios está acá bajo en nuestra tierra, y siempre necesita y necesitará vigilancia, solicitud, cultivo y trabajo para que de mucho fruto y bueno. Este fruto que da no se queda

Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in cœlo, et in terra. Mat. vi,10.

+ In die illa vinea meri cantabit ei. Ego Dominus, qui servo eam, repentè propinabo ei [ad momenta, seu per singula momenta rigare faciam eam]: ne fortè visitetur contra eam, nocte et die servo eam.— Isai. xxvii, 2 et 3.

en la tierra, sino que se va llevando al cielo, en donde se congrega y deja depositado en eterna seguridad; mas la viña se queda en nuestra tierra, sin moverse de ella. Así el sentido anagogico, hablando de la viña de Dios, no viene al caso, como tampoco viene al caso en tantos otros lugares de la Escritura, para cuya intelijencia se recurre frecuentemente á este sentido celestial.

72. Si se quiere mirar sin preocupacion, se hallarán á cada paso en los Profetas y en los Salmos cosas admirables, nuevas, é ínauditas, que tiene Dios reservadas en sus tesoros. Especialmente son dignos de particular atencion todos aquellos lugares, donde se habla de cántico nuevo, que son muchos y bien notables: los cuales por todo su contesto pertenecen visiblemente á otros tiempos todavia futuros. En el capítulo xiv del Apocalipsis, se ve comenzar este cántico nuevo, y es fácil ver la alusion clara á dichos lugares de los Profetas y los Salmos. Pero de esto tratarémos en otra parte cuando sea su tiempo.

73. Tenemos, pues, en la profecía de Isaías, de que vamos hablando, conocidos los dos primeros misterios, y el tiempo en que deben verificarse, como efectos propios de la segunda venida del Mesías, no de la primera. Estos misterios son: primero: la prision del diablo, ó la visita que se le ha de hacer, con la espada del Señor dura, y grande, y fuerte: y juntamente la muerte del ceto que está en el mar, y que saldrá á su tiempo de este mar metafórico. Segundo: el cántico de la viña de vino puro. Nos quedan los otros dos que hablan espresa y nominadamente de los Judios, anunciandoles el fin del destierro presente, y el término de sus trabajos: y de estos decímos lo mismo que de los primeros: esto es, que son misterios no pasados, sino futuros, que se han de verificar en aquel mismo dia moral, de que empieza á hablar, y prosigue hablando la profecía. Y sucederá: Que en aquel dia (dice el uno) herirá el Señor desde el cauce del rio hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, sereis

congregados uno á uno*. Y sucederá: Que en aquel dia (dice el otro) resonará una grande trompeta, y vendrán los que se habian perdido de tierra de los Asirios, y los que habian sido echados en Tierra de Egipto, y adorarán al Señor en el santo monte en Jerusalén †. Con lo cual concuerda Jeremias (diciendo): Porque vendrá el dia, en que gritarán los guardas en el monte de Efraim: levantaos, y subamos á Síon al Señor Dios nuestro ‡.

74. La esplicacion de estos dos últimos misterios, que se halla en los intérpretes de la Escritura, me parece á mí, que es la mayor confirmacion de todo lo que acabamos de observar. Todos pretenden acomodarlos del modo posible á la vuelta de Babilonia; mas como esta empresa es no solo ardua y dificil, sino imposible; pues el testo mismo, y contesto, y toda la historia sagrada la repugna y la contradice, se ven luego precisados á recurrir á la alegoriá, diciendo: que aunque todo esto se verificó de algun modo en sentido literal en la vuelta de Babilonia, mas su plena verificacion, en el sentido especialmente intentado por el Espiritu Santo§, sucedió despues de la muerte del Mesias, y venida del Espíritu Santo. Ved aquí con qué facilidad.

PRIMER MISTERIO.

Y sucederá: Que en aquel dia herirá el Señor desde el cauce del rio hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, sereis congregados uno á uno.

ESPLICACION.

El Señor en aquel dia herirá ó aflijirá todo el país, comprendido entre el Eufrates, y el Egipto. Así lo hizo el

Et erit: In die illa percutiet Dominus ab alveo fluminis usque ad torrentem Egipti, et vos congregabimini unus et unus filii Israël. Isai. xxvii, 12.

+ Isai. xxvii, 13, vide fol. 40.

Quia erit dies, in qua clamabunt custodes in monte Ephraim: Surgite, et ascendamus in Sion ad Dominum Deum nostrum. Jerem. xxxi, 6.

§ In sensu specialiter intento à Spiritu Sancto.

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