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tiendo toda su rabia y furor contra los Judios. Así, sin otro motivo que una leve sospecha de su infidelidad, se fué derecho á Jerusalén con todas sus tropas, se apoderó de ella sin oposicion, la saqueó, la incendió, la destruyó casi enteramente, derramó la sangre inocente de ochenta mil personas, vendió otros tantos por esclavos, hizo cesar el sacrificio continuo, despojó el templo de Dios de todos sus ornamentos y riquezas, lo profanó con la profanacion mayor y mas sacrílega; ya colocando en él la estátua de Júpiter Olímpico, ya permitiendo en él aquellos escesos que disuenan y causan horror aun á los oidos menos castos. Porque el templo (dice la Escritura) estaba lleno de lascivias y glotonerías propias de gentiles, y de hombres, que pecaban con rameras* : y sobre todo, como si esto fuera poco, pretendió tambien con empeño, que todos los Judios se hiciesen gentiles, y renunciasen á su Dios y á su religion, que adorasen á los dioses de palo y de piedra que adoraban las otras naciones, y se acomodasen enteramente á sus costumbres y modo de vivir; y todo esto pena de muerte. Pero Dios que velaba sobre la conservacion de su Iglesia, al mismo tiempo que castigaba sus pecados, permitiendo tan graves males para coregirnos y enmendarnost, hizo en esta ocasion una clarísima ostentacion de su grandeza. Escitó su espíritu en una familia sacerdotal: la vistió de la virtud de lo alto: la armó de celo y de coraje sagrado: y por medio de esta familia hizo con pocos hombres tantos prodigios, cuantos se leen con asombro en los dos libros de los Macabeos. Pasado este intervalo, que no fué muy largo, ni muy feliz, pues todo él estuvo siempre lleno de guerras, de inquietud y de turbacion, y habiendo triunfado la verdadera religion de tantas y tan graves oposiciones, lo demás prosiguió como antes con poquísima 6 ninguna novedad en la sustancia. Los habitadores de Jerusalén y de Judea, no menos que las naciones circunvecinas, prosiguieron sirvien

• Nam templum luxuriâ, et comessationibus gentium erat plenum, et scortantium cum meretricibus.-2 Mach. vi, 4.

+ Propter increpationem, et correptionem. Id. ib. vii, 33.

do como vasallos y súbditos del imperio de los Griegos, pagando sus tribntos y sufriendo su dominacion, hasta que los Romanos se hicieron dueños absolutos de todo el oriente, como se habian hecho de todo el occidente.

359. En este estado estaban las cosas cuando vino el Mesías, el cual lejos de sacarlos de aquella servidumbre en que estaban quinientos años habia desde Nabucodonosor, les declaró por el contrario en términos formales, que debian pagar al César lo que era del César, como a Dios lo que era de Dios, y él mismo pagó su tributo *. Poco despues, estando cerca de Jerusalén, donde iba á padecer, se declaró mas con sus discípulos y amigos que lo seguian, y que iban en la persnacion de que luego se manifestaría el reino de Dios +: se declaró, digo, con aquella parábola admirable y clarísima, que se lee en el capítulo xix del Evanjelio de S. Lucas: Un hombre noble fué á una tierra distante para recibir allí un reino, y despues volverse. Con lo cual les dió bien claro á conocer, que lo que ellos pensaban y esperaban, aunque espreso en las Escrituras, estaba todavia muy lejos. Que primero se debian cumplir otras muchas Escrituras, igualmente claras y espresas, que hablaban de su pasion, de su muerte y de todas sus consecuencias: Mas primero es menester, que él padezca mucho, y que sea reprobado de esta generacion.

360. Finalmente, muerto el Mesías, glorificado y resucitado, no por esto se acabó, ni mitigó la servidumbre y cautividad de los hijos de Israél; antes esta se agravó mas, y se hizo mas dura sin comparacion en castigo de haber reprobado á su Mesías, como lo anunciaban las Escrituras, y como el mismo Señor lo habia predicho pocos

* Mat. xxii.

+ Quòd confestim regnum Dei manifestaretur. - Luc. xix, 11. Homo quidam nobilis abiit in regionem longinquam accipere sibi regnum, et reverti. — Id. 12.

§ Primùm autem oportet illum multa pati, et reprobari à generatione hac, &c.- Id. 17, 25.

dias antes de su pasion:: Porque estos son dias de venganza, para que se cumplan todas las cosas, que están escritas... Y caerán á filo de espada: y serán llevados en cautiverio á todas las naciones, &c. En efecto, pocos años despues de la muerte del Mesías, fueron otra vez arrojados de Jerusalén y de Judea, por los Romanos: el templo y la ciudad fueron destruidos desde los cimientos: y su cautiverio, y su servidumbre, sus angustias, sus tribulaciones, no solo siguieron como antes; sino que crecieron y se agravaron notablemente, y despues acá no han dejado de crecer, y á tiempos agravarse mas en todas las naciones.

361. Mas esta cautividad presente, esta servidumbre en que ve todo el mundo á los Judios despues de la destruccion de Jerusalén por los Romanos, no puede llamarse con propiedad una cautividad y servidumbre nueva, aunque se considerasen solamente los que entonces habitaban en la Judéa, que era una parte bien pequeña respecto de la que en aquel tiempo se llamaba dispersion de las doce tribus: aun hablando, digo, de estos solos, parece cierto que los Romanos no hicieron otra cosa en la realidad, sino revocar la licencia que les habia dado el rey Ciro, Dario, y Artajerjes, para edificar el templo de su Dios, y vivir en Jerusalén y en Judea. Así como Dios movió el corazon de estos príncipes para que concediesen aquella licencia, así movió despues el corazon á Vespasiano y Tito, y mucho mas á Adriano para que la revocasen del todo, confirmando el primer decreto de Nabuco, y haciéndolo egecutar sin misericordia.

362. Aquella licencia de Ciro, anunciada por el Espíritu Santo doscientos años antes habia sido sin duda conveniente y aun necesaria; ya para que se diese á Dios vivo el culto debido en su santo templo; ya para que no se pervirtiese, el pueblo de Dios entre la idolatría é iniquidades

* Quia dies ultiones hi sunt, ut impleantur omnia, quæ scripta sunt... Et cadent in ore gladii: et captivi ducentur in omnes gentes, &c. Id. xxi, 22,

+ Isaí. xlv.

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de Babilonia; ya tambien y principalmente para que pudiese haber á su tiempo en la tierra santa un cuerpo considerable de la nacion y del sacerdocio, el cual, ó recibiese al Mesías que estaba ya cerca, ó le reprobase y pusiese en una cruz, pues uno y otro estremo se debia dejar en su libertad.

SE CONFRONTAN ESTAS NOTICIAS CON LAS PROFECIAS.

PARRAFO IV.

363. Lo que acabamos de decir sumariamente tocante á los sucesos principales de los hijos de Israél, desde el principio de su destierro, dispersion y cautiverio, hasta la presente, nos parece que es la pura verdad. No se halla á lo menos otra idea ni en la Historia sagrada, ni tampoco en la profana. Las diez tribus que fueron llevadas á Asiria y Media por Salmanasár, rey de Nínive, es ciertísimo á quien quiera mirarlo, que hasta aora no han vuelto de su destierro; y si nó dígase cuando y no obstante, las profecías anuncian y aseguran clarísimamente que han de volver. Las otras dos tribus de Judá y Benjamín, que fueron del mismo modo llevadas cautivas á Babilonia por Nabucodonosor, volvieron es verdad á Jerusalén y Judéa (no todos sus individuos, sino una parte bien pequeña respecto del todo); mas aun estos pocos que quedaron, volvieron tan cautivos como habian ido: vivieron en Jerusalén y Judéa, en la misma opresion y servidumbre en que quedaban en Babilonia y Caldea, los que no volvieron. En suma, no volvieron de Babilonia, ni vivieron en Jerusalén y Judea, como anuncian las profecías.

364. Esto último es tan claro, que para convencerse basta una simple leccion de las Escrituras. Y para acabar de convencerse plenamente, sin que quede duda ni sospecha de lo contrario, basta leer con algun examen lo que sobre estas cosas nos dicen los doctores. Despues de un sumo empeño, diligencia, estudio y meditacion, como hombres llenos de ciencia, de erudicion y de ingenio, al fin se ven

en la necesidad inevitable de confesar, algunos espresamente y todos implícitamente, que es una empresa no solo dificil, sino imposible al ingenio humano, el acomodar ó verificar las profecías en la vuelta de Babilonia, que sucedió en tiempo de Ciro. Si esto fuese posible de algun modo, con esto solo quedaba ahorrado todo el trabajo. No habia necesidad en este caso de dejar el sentido obvio y literal, y acojerse á cada paso á aquellos recursos frios, y á la verdad mal seguros, de que tantas veces hemos hablado.

365. Porque la confrontacion de las profecías con la historia es un punto de suma importancia en el asunto que tratámos; aunque ya quedan notadas muchas de estas cosas en todo el fenómeno de los Judios, especialmente en el aspecto ii, párrafo iv, todavia me parece necesario apuntar en breve, y poner á la vista algunas de estas profecías, para que teniéndolas presentes, se empiece á ver con los ojos, y se prosiga viendo con la leccion de las demas, la distancia suma y la desproporcion infinita que hay entre ellas, y la vuelta de la antigua Babilonia.

366. Primeramente: en Isaías se dice, que Dios congregará á los prófugos de Israél, y á los dispersos de Judá de todas las cuatro plagas de la tierra*: que congregados estos en sus propias tierras, serán señores de aquellos mismos de quienes habian sido esclavost: que el Señor les dará entónces descanso de sus trabajos, de su opresion, y de aquella servidumbre en que han estado por tantos siglos que no se oirá ya entre ellos el nombre de exactor, ni de tributo que dirán entónces llenos de regocijo: ¿Como cesó el exactor, se acabó el tributo? Quebró el Señor el báculo de los impios, la vara de los que domi

Et congregabit profugos Israël, et dispersos Juda colliget à quatuor plagis terræ.-Isai. xi, 12.

+ Et possidebit eos domus Israël super terram Domini in servos et ancillas: et erunt capientes eos, qui se ceperant, et subjicient - Isai. xiv, 2.

exactores suos.

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