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nada, y olvidada de su Dios? Segundo: de qué tiempo se habla aquí?

LO QUE SOBRE ESTOS DOS PUNTOS SE HALLA EN LOS

DOCTORES.

PARRAFO II.

143. Cuanto á lo primero estamos bien seguros, sin sospecha de temor, que en este lugar los doctores no nos dirán lo que nos dicen en tantos otros, donde se habla de Sion (digo donde se habla á favor), esto es, que Sion significa la Iglesia presente. Esto fuera decir que la Iglesia presente es la que se lamenta de que Cristo su esposo la ha desamparado, y olvidado del todo: Me ha desamparado el Señor, y el Señor se ha olvidado de mí: confiesan pues aquí, como en otros muchos lugares nada envidiables, que la Sion que llora y se lamenta, no es otra cosa, que la casa de Jacob, en cuanto pueblo, 6 Iglesia, ó esposa, ó signagoga del verdadero Dios. Confiesan mas, aunque en general y confusamente, que á ella le responde el Señor aquellas palabras amorosas, y de tanta consolacion.

144. Preguntadles aora pidiendo una respuesta categórica: ¿si todas estas palabras consolantes, y todas estas magníficas promesas, que acabais de leer, hablan con la misma Sion, que llora y se lamenta? y vereis con admiracion y pasmo, la negativa sin misericordia. No obstante, como por un esceso de bondad, y por el respeto tan debido al sentido literal de la Escritura santa, se conceden algunas pocas á la misma Sion, que llora, y se lamenta: esto es, la vigésima ó trigésima parte; las demas no pueden ser para ella, sino para la Iglesia ó la esposa presente; aunque esta no se ha lamentado ni hablado una palabra. Son estas cosas demasiado grandes, dice un doctor de los mas clásicos: y ¿quién no dice lo mismo en la práctica aunque tácitamente? Son estas cosas demasiado grandes para que podamos entenderlas en sentido literal, de la sinagoga ó de la nacion infiel y reprobada de los Judios, sino solamente

en cuanto sombra y figura de la Iglesia presente. Y esto lo dice el buen hombre con satisfaccion, como si fuese el plenipotenciario de Dios, ó el dispensador de sus tesoros: como si Dios mismo no pudiese prometer y dar de lo que es suyo propio, sino con el conocimiento y beneplácito del hombre enfermo, escaso y limitado. ¿Puede por ventura compararse con Dios un hombre, aun cuando fuese de una ciencia perfecta*? Yo sé que á esto se da comunmente el nombre honorable y glorioso de celo y de piedad cristiana; mas tambien sé con mayor certidumbre, que el verdadero celo, y la verdadera piedad cristiana, piden en primer lugar creer no solo en Dios, sino tambien á Dios y esperar que cumplirá infaliblemente lo que dice y promete, aunque yo pobre y limitado no alcance ni entienda como podrá ser.

145. Cuanto á lo segundo; esto es, cuanto á los tiempos de que se habla en la profecía, nos dicen, buscando de algun modo el sentido literal, que el lamento de Sion, y la respuesta consolatoria de Dios (no toda, sino aquella pequeñisima parte que se puede conceder sin perjuicio de las ideas favorables) se verificó, ya durante la cautividad de Babilonia, ya en la salida de esta cautividad: por lo cual le dice Dios á Sion estas palabras, que no se le disputan: He aquí que te he grabado en mis manos: tus muros están siempre delante de mis ojos. Vinieron tus reedificadores: los que te destruían y asolaban, se irán fuera de tit: las cuales palabras, segun su esplicacion literal, tienen este sentido. Tengo en mis manos, ó Sion, el diseño de tu reedificacion: vinieron ó vendrán presto los que te han de edificar de nuevo, esto es, Zorobabel, Esdras y Nehemías: y los Caldeos que te han destruido, saldrán de tus confines, y serán castigados. ¿Quién creyera, que

¿Nunquid Deo potest comparari homo, etiam cùm perfectæ fuerit scientiæ ?-Job. xxii, 2.

+ Ecce in manibus meis descripsi te: muri tui coram oculis meis semper. Venerunt structores tui: destruentes te, et dissipantes à te exibunt.-Isai xlix, 16, 17.

ni aun esto poco que aquí conceden á la Sion llorosa, se verificó en la salida de Babilonia? Lo vereis mas despacio en el fenómeno vii, á donde me remito por aora.

146. Mas no es esto lo mas singular. En el versículo antecedente, nos dicen que quien habla, y se lamenta en espíritu es la Sinagoga, es la Iglesia, es la esposa antigua del verdadero Dios: y no obstante la respuesta que le da el Señor, se endereza solamente á la Sion material, ó á la ciudad y fortaleza de David; y toda la consolacion se reduce á que será reedificada de nuevo materialmente. Digo toda la consolacion: porque lo que se sigue desde aquí hasta el fin del capítulo, ya no se puede conceder ni á la Sion espiritual, ni mucho menos á la material, ni á los tiempos de Zorobabel, Esdras y Nehemías. Son cosas demasiado grandes las que se dicen. Así, deben ser para otros tiempos, y para otra Sion, esto es, para la Iglesia presente. No hay que preguntar por qué razon, ó con qué justicia se quita á una pobre viuda llena de trabajos, aquello poco que le queda, que es la esperanza; y esto para darlo á otra, que no es viuda ni pobre, sino opulentísima, á quien todo le sobra. Esta razon no se produce ó porque no la hay, ó porque no es necesaria: son cosas que no pueden entenderse de otro modo, sin gran detrimento del sistema.

SE EXAMINEN ESTAS IDEAS A LA LUZ DE LA PROFECIA.

PARRAFO III.

147. Para conocer con toda certeza, si estas ideas son justas ó no, considerémos con alguna mayor atencion el contesto de todo este capítulo. Esto es todo lo que precede á la queja de Sion. Con esto solo entenderemos al punto, así el tiempo de que se habla, como la ocasion y circunstancias de esta queja; por consiguiente, el misterio de la profecía todo entero. Lo primero que se presenta á los ojos clarísimamente, es, que desde la primera palabra empieza hablando sin interrupcion el Espíritu de Dios,

TOMO II.

H

en persona del Mesías, y prosigue hablando hasta el fin, y aun hasta el capítulo siguiente. Habla primeramente con todos los pueblos de la tierra, á quienes pide toda su atencion, como que son cosas de suma importancia las que va á decirles: Oid, islas, y atended, pueblos de lejos*... Empieza dando una idea general, aunque grande y magnífica, de la escelencia de su persona, de su dignidad, de su ministerio, de los grandes designios que Dios tiene sobre él, para los cuales lo envia á la tierra: El Señor desde la matriz me llamó, desde el vientre de mi madre se acordó de mi nombre, Y puso mi boca como espada aguda: con la sombra de su mano me protegió, y púsome como saeta escogida: escondióme en su aljaba †.

148. Dice luego la mision que tiene de Dios directa é inmediatamente para la casa de Jacob, Y aora el Señor, que me formó desde la matriz por su siervo, me dice, que yo he de conducir á el á Jacob. Lo cual concuerda perfectamente con lo que él mismo dijo despues, asegurando en términos formales, que no habia sido enviado de Dios, sino para las ovejas perdidas de la casa de Jacob: No soy enviado sino á las ovejas, que perecieron de la casa de Israél§. Concuerda con lo que dice á las gentes cristianas su propio Apostol: Digo pues, que Jesucristo fué ministro de la circuncision por la verdad de Dios, pava confirmar las promesas de los Padres: y con lo

* Audite Insulæ, et attendite populi de longè. — Isai. xlix, 1. ↑ Dominus ab utero vocavit me, de ventre matris meæ recordatus est nominis mei. Et posuit os meum quasi gladium acutum: in umbra manûs suæ protexit me, et posuit me sicut sagittam electam : in pharetra sua abscondit me.- Isai. xlix, 1, 2.

Et nunc dicit Dominus, formans me ex utero servum sibi, ut reducam Jacob ad eum. - Is at .xlix, 5.

§ Non sum missus nisi ad oves, quæ perierunt domûs Israël. Mat. xv, 24.

|| Dico enim, Christum Jesum ministrum fuisse circumcisionis propter veritatem Dei, ad confirmandas promissiones Patrum. — Ad

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que dice en la epístola á los Galatas: que el Señor eligió á S. Pedro, y lo envió directamente para el apostolado de la circuncision*.

149. Prosigue el Mesías diciendo claramente lo que hemos visto hasta aora, y verémos despues con nuestros ojos : es á saber, que aunque Dios lo enviaba directamente, á las ovejas que perecieron de la casa de Israél, ó lo que es lo mismo, para conducir á él á Jacob; no se conseguiría por entonces este fin primario é inmediato de su mision: mas Israél no se congregará. Y como mirando presente la resistencia que le habia de hacer este pueblo ingrato, y las terribles consecuencias que debian seguirse contra el mismo pueblo, segun las Escrituras, llora y se lamenta de haber trabajado en vano, y de haber consumido sin fruto alguno toda su fortaleza. Y dije yo: En vano he trabajado sin motivo, y en vano he consumido mi fuerza†. Da muestra de afliccion y dolor, por lo que mira á la perdicion de Israél, y tambien de confusion y rubor, por lo que toca á su propia persona; como si no tuviese que responder á su divino Padre; ni como escusarse de no haber sido recibido de su pueblo escogido (por la suma iniquidad de que lo halló lleno) mas (les fué) en piedra de tropiezo, y en piedra de escándalo.....en lazo y en ruina á los moradores de Jerusalént. Se consuela, no obstante, con haber hecho con este pueblo cuanto estaba de su parte; por lo cual será, no solo escusado, sino aprobado y glorificado en los ojos de Dios: por tanto mi juicio con el Señor, y mi obra con mi Dios...y glorificado he sido en los ojos del Señor, y mi Dios ha sido mi fortaleza§.

• In Apostolatum circumcisionis.

Ad Galat. ii, 8.

↑ Et ego dixi: In vacuum laboravi sinè causa, et vanè fortitudinem meam consumpsi - Isai. xlix, 4.

In lapidem autem offensionis, et in petram scandali... in laqueum et in ruinam habitantibus Jerusalem. Isai. viii, 14.

§ Ergo judicium meum cum Domino, et opus meum cum Deo meo... et glorificatus sum in oculis Domini, et Deus meus factus est fortitudo mea - Isai. xlix, 4, et 5.

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