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que sea mejor que ella*. La cual sentencia concuerda perfectamente con aquella otra no menos terrible: quitado os será el reino de Dios, y será dado á un pueblo que haga los frutos de elt. Mucho mas valor seria necesario para avanzar esta proposicion en tono de profecía.

136. Llegará tiempo en que el rey Asuero, se acuerde de Vasti, y de lo que habia hecho, y de lo que habia padecidot. Llegará tiempo en que se acuerde de su primera esposa, á quien tanto amó, y á quien apartó de sí por justas razones, y compadecido de sus trabajos, enternecido con sus lágrimas, satisfecho con su larga y durísima penitencia, la llame otra vez así, no obstante la oposicion de sus siete sábios y de sus ministros (ibid. v. 3): le restituya todos sus honores, y la corone de mayor gloria, que la que tuvo antes de su infortunio.

137. Si para avanzar esta proposicion en presencia de la reina Estér, hubiese sido necesario un valor estraordinario, podreis aora aplicar la consecuencia con gran facilidad.

SE CONSIDERA TODO EL CAPITULO XLIX DE ISAIAS: “OID, ISLAS, Y ATENDED, PUEBLOS DE LEJOS," &c.

PARRAFO I.

138. En la simple lectura de todo este capítulo: primero, lo que se presenta como una verdad, es la persona que habla en él desde la primera hasta la última palabra, la que no puede ser otra por todo el contesto, que el Mesías mismo, ó el Espíritu de Dios en persona suya. Habla en primer lugar de su primera venida al mundo, como si fuese este suceso ya pasado; pues para Dios lo mismo es lo futuro, que lo pasado, y que lo presente: y todas las cosas

* Regnum illius, altera, quæ melior est illâ, accipiat. — Esther. i, 19.

↑ Auferetur à vobis regnum Dei, et dabitur genti facienti fructus ejus. Mat. xxi, 43.

↑ Recordatus est Vasthi... et quæ fecisset, vel quæ passa esset. Esther. ii, 1.

están desnudas y descubiertas á los ojos de él*. Habla de la mision que tiene de Dios: del fin primario é inmediato de esta mision: de sus efectos, ya prósperos, ya tambien adversos habla de la vocacion de las gentes: de la misericordia que conseguirán sin buscarla: de la conversion al verdadero Dios de muchos reyes y príncipes: y junto con ellos de sus reinos y principados, &c. Despues de lo cual como si ya estuviese concluido este gran misterio de la vocacion y salud de las gentes: como si ya se llenasen ó estuviesen muy cerca de llenarse los tiempos de las nacionest: como si se hubiese ya conseguido plenamente lo que dijo despues á los Judios: Tengo tambien otras ovejas, que no son de este aprisco: es necesario que yo las traiga‡: como si ya hubiese conseguido entre las mismas gentes el fruto de su pasion, y de su muerte esto es, morir para juntar en uno los hijos de Dios, que estaban dispersos §: en estas circunstancias, digo, vuelve sus ojos llenos de compasion y de ternura, á sus propios hermanos, á su propia sangre, á su antiguo y miserable pueblo, cuyos padres son los mismos, de quienes desciende tambien Cristo segun la

carne.

139 Represéntase aquí todo este pueblo, ó toda esta familia del justo Abrahán, en figura de una triste muger viuda, sola, sin consuelo, sin refugio, sin esperanza, abandonada enteramente del cielo y de la tierra; á quien no obstante se le da el nombre de Sion, que es el mismo con que fué conocida y honrada en los tiempos de su mayor prosperidad. Pues esta Sion, verdaderamente ... viuda y des

• Omnia autem nuda et aperta sunt oculis ejus. - Ad Heb. iv, 13. + Luc. xxi, 24.

Et alias oves habeo, quæ non sunt ex hoc ovili: et illas oportet me adducere... Joan. x, 16.

§ Ut filios Dei, qui erant dispersi, congregaret in unum. — Joan. xi, 52.

|| Quorum patres, et ex quibus est Christus secundùm carnem.— Ad Rom. ix, 5.

amparada*, oprimida aora de tristeza, sumergida en un profundo y amarguísimo llanto, á vista de la felicidad del pueblo de las gentes, que han ocupado su puesto, suspira y se lamenta diciendo: que su Dios la ha desamparado del todo, que la ha abandonado, que la ha echado en un perpetuo olvido, como si nunca la hubiera conocido: Y dijo Sion: Me ha desamparado el Señor, y el Señor se ha olvidado de mít. Esta misma queja y lamento se lee en el capítulo xxxvii, ver. 11 de Ezequiel: ellos dicen: Secáronse nuestros huesos, y pereció nuestra esperanza, y hemos sido cortados. Mas así como allí los consuela el Señor con las promesas y esperanza cierta, de que los huesos secos y áridos, y esparcidos por el campo, volverán á unirse entre sí, cada uno á su coyuntura, se cubrirán de carne, de nervios, y piel, y se les dará otra vez el espíritu de vida; así los consuela en este lugar con promesas todavia mayores, y con espresiones llenas de amor y de ternura. Sion se lamenta diciendo me ha desamparado el Señor, y el Señor se ha olvidado de mí: y el Señor le responde al punto estas palabras, solo dignas de una infinita bondad : Como puede olvidar la muger á su chiquito, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? y si ella le olvidare, pero yo no me olvidaré de tí§.

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140. Desde este ver. xv, hasta el fin del capítulo se ve claramente, sin poder dudarlo, que habla el Mesías, no con otra persona, sino únicamente con la misma Sion, llorosa y afligida, y que todo cuanto habla, son palabras de consuelo, de esperanza, de amor; mezclando tantas y tan grandes promesas, que su misma grandeza las ha hecho increi* Verè vidua... et desolata. · 1 ad Tim. v, 5.

+ Et dixit Sion: Dereliquit me Dominus, et Dominus oblitus est mei. Isai. xlix, 14.

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Ipsi dicunt: Aruerunt ossa nostra, et periit spes nostra, et abscissi sumus.

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- Ezeq. xxxvii, 11.

§ Nunquid oblivisci potest mulier infantem suum, ut non misereatur filio uteri sui? et si illa oblita fuerit, ego tamen non obliviscar tui.

Isai. xlix, 15.

bles. Para hacer digno concepto de estas cosas, y poder observarias con mas exactitud, se hace necesario copiar aquí todo el testo, á lo menos desde el ver. 14 poniéndolo á la vista del que lee.

Y dijo Sion: Me ha desamparado el Señor, y el Señor se ha olvidado de mí *.

141. Esta es la queja y el lamento de Sion, á vista de la felicidad de las gentes que ocupan su puesto, á la cual queja le responde el Señor inmediatamente con estas palabras.

¿Como puede olvidar la muger á su chiquito, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? y si ella le olvidáre, pero yo no me olvidaré de ti. He aquí que te he grabado en mis manos: tus muros están siempre delante de mis ojos. Vinieron tus reedificadores: los que te destruían, y asolaban, se irán fuera de ti. Alza tus ojos al rededor, y mira, todos estos se han congregado, á tí vinieron vivo yo, dice el Señor, que de todos estos serás vestida como de vestidura de honra, y te los rodearás como una esposa. Porque tus desiertos, y tus soledades, y la tierra de tu ruina, aora serán angostos para los muchos moradores, y serán echados lejos los que te sorbian. Aun dirán en tus oidos los hijos de tu esterilidad: Angosto es para mí el lugar, hazme espacio para que yo habite. Y dirás en tu corazon: ¿Quién me engendró estos? yo estéril, y sin parir, echada de mi pátria, y cautiva; ¿y estos quien los crió? yo desamparada y sola: ¿y estos en donde estaban? Esto dice el Señor Dios: He aquí que yo alzaré mi mano á las gentes, y á los pueblos levantaré mi bandera. Y traerán á tus hijos en brazos, y á tus hijas llevarán sobre los hombros. Y reyes serán los que te alimenten, y reinas tus nodrizas: con el rostro inclinado hasta la tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies. Y sabrás que yo soy el Señor, sobre el cual no se avergonzarán los que le aguardan. ¿Por ventura será quitada la presa al fuerte? ¿ó lo que * Vide fol. praec.

apresáre el valiente, podrá ser salvo? Porque esto dice el Señor Ciertamente el cautiverio será quitado al fuerte y lo que haya sido quitado por el valiente, se salvará. Mas á aquellos, que á tí te juzgaron, yo los juzgaré, y á tus hijos yo los salvaré. Y á tus enemigos daré á comer sus carnes ; y se embriagarán con su sangre, así como con mosto; y sabrá toda carne, que yo soy el Señor tu Salvador, y tu Redentor el fuerte de Jacob *. 142. Las palabras no pueden ser mas claras, ni mas espresivas, ni mas tiernas, ni mas consolantes. No nos es posible observarlas todas en particular; lo puede hacer cualquiera por sí mismo, despues de haber examinado y entendido bien estos dos puntos capitales. Primero: ¿quién es esta Sion que aquí se lamenta de haber sido abando

* ¿Nunquid oblivisci potest mulier infantem suum, ut non misereatur filio uteri sui? et si illa oblita fuerit, ego tamen non obliviscar tui. Ecce in manibus meis descripsi te: muri tui coram oculis meis semper. Venerunt structores tui: destruentes te, et dissipantes à te exibunt. Leva in circuitu oculos tuos, et vide, omnes isti congregati sunt, venerunt tibi: vivo ego, dicit Dominus, quia omnibus his velut ornamento vestiêris, et circundabis tibi eos quasi sponsa. Quia deserta tua, et solitudines tuæ, et terra ruinæ nunc angusta erunt præ habitatoribus, et longè fugabuntur qui absorbebant te. Adhuc dicent in auribus tuis filij sterilitatis tuæ : Angustus est mihi locus, fac spatium mihi ut habitem. Et dices in corde tuo: ¿Quis genuit mihi istos? ego sterilis, et non pariens, transmigrata, et captiva et istos quis enutrivit ? ego destituta et sola: et isti ¿ ubi erant? Hæc dicit Dominus Deus: Ecce levabo ad gentes manum meam, et ad populos exaltabo signum meum. Et afferent filios tuos in ulnis, et filias tuas super humeros portabunt. Et erunt reges nutritij tui, et reginæ nutrices tuæ vultu in terram demisso adorabunt te, et pulverem pedum tuorum lingent. Et scies quia ego Dominus, super quo non confundentur qui expectant eum. Nunquid tolletur à forti præda? ¿aut quod captum fuerit à robusto, salvum esse poterit? Quia hæc dicit Dominus: Equidem, et captivitas à forti tolletur: et quod ablatum fuerit à robusto, salvabitur. Eos verò, qui judicaverunt te, ego judicabo, et filios tuos ego sal. vabo. Et cibabo hostes tuos carnibus suis: et quasi musto, sanguine suo inebriabuntur: et sciet omnis caro, quia ego Dominus salvans te, et redemptor tuus fortis Jacob. ·Isai. xlix, 15 usque ad 26.

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