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último versículo, son muchos los Judios de todas las tribus, que vienen al sonido de la trompeta y adoran al Señor en el santo monte en Jerusalén: esto es, en la Iglesia de Cristo: y en el versículo antecedente, uno á uno: esto es, poquísimos.

TERCER INSTRUMENTO.

PARRAFO III.

76. El instrumento que se sigue es una confirmacion y al mismo tiempo una esplicacion del antecedente. En él se anuncia claramente la vocacion futura de todo Israél, y su verdadera conversion con que se ha de hacer honorable y glorioso en los ojos de Dios, y digno de su dileccion. En consecuencia de lo cual, le promete el Señor para este tiempo dos cosas muy parecidas á las dos últimas, que acabamos de observar, ó por decir mejor las mismas con palabras mas espresivas. Y aora esto dice el Señor tu Criador, ó Jacob, y tu formador, ó Israél: No temas, porque te redimí, y te llamé por tu nombre: mio eres tú. Cuando pasares por las aguas, contigo estaré, y no te cubrirán los rios: cuando anduvieres por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en tí: Porque yo el Señor tu Dios, el santo de Israél tu Salvador, di tuyo á Egipto, á Etiópia, y á Saba por ti. Desde que te hiciste digno de honra en mis ojos, y glorioso: yo te amé, y yo daré hombres por ti, y pueblos por tu alma. No temas, porque yo estoy contigo: del oriente traeré tus hijos, y del occidente te congregaré. Diré al Aquilon: Da; y al Abrego; No lo estorves: trae mis hijos de léjos, y mis hijas de los estremos de la tierra*.

por rescate

Et nunc hæc dicit Dominus creans te Jacob, et formans te Israël: Noli timere, quia redemi te, et vocavi te nomine tuo: meus es tu. Cùm transieris per aquas tecum ero, et flumina nan operient te: cùm ambulaveris in igne, non comburêris, et flamma non ardebit in te Quia ego Dominus Deus tuus sanctus Israël Salvator tuus, dedi propitiationem tuam Ægyptum, et Æthiopiam, et Saba

77. Para comprender bien así el misterio, como el tiempo de que aquí se habla, sin que nos quede sobre ello ni aun sospecha de duda, nos puede ser de gran provecho la leccion atenta de todo el capítulo antecedente. En él se habla claramente de la primera venida del Mesías, de su carácter, de su ministerio, de sus virtudes, singularmente de su paciencia y mansedumbre, y de todos los efectos admirables que debian producir en el mundo su predicacion, su doctrina, sus ejemplos, su espíritu, &c.; y todo ello en las gentes, no en Israél por su incredulidad. Aun aquella voz del cielo que se oyó despues en el Jordán, y en el Tabor: Este es mi Hijo el amado, en quien me he complacido*, se lee anunciada en este capítulo xlii, que empieza con ella misma : He aquí mi siervo, le ampararé: mi escogido, mi alma tuvo su complacencia en él : sobre él puse mi espíritu, él promulgará justicia á las nacionest. Despues de lo cual desde el versículo 20 se prosigue hablando de la ceguedad de Israél, que lo habia de desconocer y reprobar, de la indignacion de Dios para con este pueblo ingrato, de su castigo, de su tribulacion, de su dispersion entre las gentes, y tambien de su dureza Ꭹ obstinacion en medio de tantos trabajos, concluyéndose todo con estas palabras: Y derramó sobré él la indignacion de su furor, y guerra fuerte, y quemóle en rededor, y no lo conoció; y le incendió, y no lo entendió‡. Y es

pro te. Ex quo honorabilis factus es in oculis meis, et gloriosus: ego dilexi te, et dabo homines pro te, et populos pro anima tua. Noli timere, quia ego tecum sum: Ab Oriente adducam semen tuum, et ab Occidente congregabo te. Dicam Aquiloni: Da; et Austro: Noli prohibere: affer filios meos de longinquo, et filias meas ab extremis terræ. Isat. xliii, ab 1 usque ad 6.

* Hic est filius meus dilectus, in quo mihi complacui.—Mat. iii, 17. ↑ Ecce servus meus, suscipiam eum : electus meus, complacuit sibi in illo anima mea: dedi spiritum meum super eum, judicium gentibus proferet Isaí. xlii, 1.

Et effudit super eum indignatione m furoris sui, et forte bellum, et combussit eum in circuitu, et non cognovit : et succendit eum, et non intellexit. — Isaí. xlii, 25.

así, que hasta aora no han querido ni quieren reconocer la verdadera causa de sus trabajos.

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78. Hecha esta importante observacion, y quitado con ella todo recurso, así á la vuelta de Babilonia, como á la alegoría, es ya fácil entender todo el testo citado, con que sigue inmediatamente el capítulo xliii; esto es, que se habla de Israél, considerado en el estado presente de castigo, de tribulacion, de ceguedad, en que quedó despues del Mesías. Por consiguiente, que las cosas que aquí se le anuncian, no son cosas pasadas, de ningun modo, y en ningun sentido, sino evidentemente futuras, que se verificarán á su tiempo con toda plenitud. Esto supuesto, considerémos aora brevemente estas cosas que se anuncian y prometen al residuo de Israél. Y aora dice el Señor tu criador, ó Jacob, y tu formador, ó Israel: No temas, porque te redimí, y te llamé por tu nombre: mio eres tú, &c. Veis aquí en primer lugar la vocacion de Dios, primer paso absolutamente necesario para la conversion de un pecador, que Dios lo llame como por su nombre: que le calme sus temores; que aliente su confianza, para que oiga y obedezca á la voz de su Dios, para que se ponga en sus manos, y consienta voluntariamente en la nueva creacion ó renovacion segun el hombre interior ... (á quien le dice): Desde que te hiciste digno de honra en mis ojos, y glorioso: yo te amé*.

79. ¿De qué otro modo puede un pecador hacerse honorable y glorioso en los ojos de Dios que por medio de una verdadera penitencia, y de una sincéra conversion? Veis aquí, pues, anunciada claramente la conversion de Israél, que tantas veces, y de tantos modos se anuncia en todas las Escrituras. Si no quereis reconocer aquí la conversion futura de Israél, debereis mostrar otro tiempo, desde Isaías hasta el dia presente, en que Israél, generalmente hablando, haya comparecido honorable y glorioso en los

Secundùm interiorem hominem ... Ex quo honorabilis factus es in oculis meis, et Gloriosus: ego dilexi te. Ad Rom. vii, 22; et Isai. xliii, 4.

ojos de Dios, y por eso digno de su dileccion. Lo contrario hallareis en toda la Escritura, y el mismo Mesías lo confirmó, cuando les dijo: ¿cuantas veces quise allegar tus hijos, como la gallina allega sus pollos debajo de las álas, y no quisiste*? Lo confirmó el Espíritu Santo, cuando les dijo por boca de S. Esteban: vosotros resistis siempre al Espíritu Santo, como vuestros padres, así tambien vosotros. Lo confirmó S. Pablo, cuando les dijo, citando el capítulo lxv de Isaías: Y á Israel dice: Todo el dia abrí mis manos á un pueblo incrédulo y rebelde. Mas de aquí mismo se sigue, que ha de haber todavia otro tiempo, en que Dios mismo pueda decir, hablando con Israél: Desde que te hiciste digno de honra en mis ojos, y glorioso: yo te amé. Leed el salmo lxxi, y hallaréis en él todo este honor y gloria de Israél, despues de su vocacion y conversion, que allí mismo se anuncia: librará al pobre del poderoso; y al pobre, que no tenia ayudador. Se lastìmará del pobre, y del desvalido, y hará salvas las almas de los pobres. Rescatará sus almas de la usura, y de la iniquidad: y será honrado en su presencia el nombre de ellos §. Lo mismo se lee, y con términos mucho mas espresivos, en todo el capítulo v de Baruc. Verificada, pues, la conversion de Israél, como que esto solo espera Dios para cumplirle sus promesas, prosigue inmediatamente diciéndole: Yo daré hombres por ti, y pueblos por tu alma. ¿Qué quiere decir esto? Volved los ojos á lo que queda dicho sobre aquel otro testo del capítulo xxvii (que en aquel dia herirá el Señor desde el cauce del rio

¿Quoties volui congregare filios tuos, quemadmodum gallina congregat pullos suos sub alas, et noluisti?. Mat. xxiii, 37.

+ Vos semper Spiritui Sancto resistitis, sicut patres vestri, ita et VOS.- Act. vii, 51.

↑ Ad Israël autem, dicit: Tota die expandi manus meas ad populum non credentem, et contradicentem. Ad. Rom. x, 21.

§ Liberabit pauperem à potente: et pauperem, cui non erat adjutor. Parcet pauperi et inopi: et animas pauperum salvas faciet. Ex usuris, et iniquitate redimet animas eorum : et honorabile nomen eorum coram illo.- Ps. lxxi, 12, 13 et 14.

hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israél, sereis congregados uno á uno:) y vereis, á mi parecer, el mismo misterio: y para certificarnos mas, atended a lo que se sigue: Del Oriente traeré tus hijos, y del Occidente te congregaré. Diré al Aquilon: Da; y al Abrego: No lo estorbes: trae mis hijos de lejos, y mis hijas de los estremos de la tierra. Para dar lugar á tantos hijos é hijas que trae con su brazo omnipotente de todos los cuatro vientos, bien será menester desembarazar primero la posada, dando por ellos aquellos hombres y pueblos que la ocupaban*. Así se les anuncia á estos en el salmo ix: sereis esterminadas, ó naciones, de la tierra de él†:... 6 como leen los 70, y la version arábiga: serán esterminados los pueblos de la tierra de él. De todo esto se hallará muchísimo en Isaías, si se lee sin preocupacion, especialmente desde el capítulo xl hasta el fin.

OTROS INSTRUMENTOS.

PARRAFO IV.

80. Y yo congregaré las reliquias de mi rebaño de todas las tierras, á donde los hubiere echado; y los haré volver á sus campos; y crecerán, y se multiplicaran. Y levantaré sobre ellos pastores, y los apacentarán: de alli adelante no tendrán miedo, ni se asombrarán; y de su número no será buscado ninguno, dice el Señor ‡.

81. Bastan estas últimas palabras para comprender al punto, que ni se habla aquí de la vuelta de Babilonia, ni tampoco puede tener lugar la alegoría de la Iglesia presente. Con esta advertencia, proseguid leyendo el testo de Jeremías. Mirad que vienen los dias, dice el Señor; y

• Dabo homines pro te, et populos pro anima tua. —Isai. xliii. 4. + Peribitis gentes de terra illius. — Ps. ix, 16.

* Et ego congregabo reliquias gregis mei de omnibus terris, ad quas ejecero eos illuc : et convertam eos ad rura sua: et crescent, et multiplicabuntur. Et suscitabo super eos pastores, et pascent eos : non formidabunt ultrà, et non pavebunt: et nullus quæretur ex numero, dicit Dominus. Jerem. xxiii, 3 et 4.

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