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vantarse de la tierra junto con ellos, subiendo en las nubes á recibir á Cristo en los aires*.

282. Estas reliquias de las gentes y pueblos que quedarán vivas despues de la venida del Señor, es cierto é innegable por las Escrituras, que no podrán ser muchas, sino pocas (pocas, digo, comparadas con los millones que cubren la tierra) así como fueron pocas y poquísimas, es á saber, ocho, las que quedaron despues del diluvio: Y así como en los dias de Noé (dice el mismo Señor), así será tambien la venida del Hijo del Hombret. Léase entre otras Escrituras, todo el cap. xxiv de Isaías, y se hallarán noticias bien claras é individuales de lo que debe suceder en la tierra con la venida del Señor: y por lo que hace á nuestro propósito actual, repárese con especialidad en estas palabras: Lloró la tierra, y cayó, y desfalleció: cayó el orbe, y desfalleció la alteza del pueblo de la tierra. Y la tierra fué inficionada por sus moradores: porque traspasaron las leyes, mudaron el derecho, rompieron la alianza sempiterna. Por esto la maldicion devorará la tierra, y pecarán los moradores de ella; y por esto darán en locuras los que moran en ella, y quedarán pocos hombres... Porque estas cosas serán en medio de la tierra, en medio de los pueblos: como si algunas pocas aceitunas que quedaron, se sacudieren de la oliva; y algunos rebuscos, despues de acabada la vendimia. Estos levantarán su voz, y darán alabanza: cuando fuere el Señor glorificado, alzarán la gritería desde el mar‡.

* In nubibus obviàm Christo in aëra. —1 ad Thes. iv, 16. + Sicut autem in diebus Noë, ita erit et adventus Filii Hominis. Mat. xxiv, 37.

Luxit, et defluxit terra, et infirmata est: defluxit orbis, infirmata est altitudo populi terræ. Et terra infecta est ab habitatoribus suis: quia transgressi sunt leges, mutaverunt jus, dissipaverunt fœdus sempiternum. Propter hoc maledictio vorabit terram, et peccabunt habitatores ejus : ideòque insanient cultores ejus, et relinquentur homines pauci... Quia hæc erunt in medio terræ, in medio populorum: quomodò si paucæ olivæ, quæ remanserunt, excutiantur ex olea: et racemi, cùm fuerit finita vindemia. Hi levabunt

TOMO

II.

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283. De estas reliquias de las gentes y pueblos, que quedaren vivas, cuando vendrá el Señor mi Dios, y todos los santos con él... se dice en Zacarías: Y todos los que quedaren de todas las gentes que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año á adorar al Rey, que es el Señor de los egercitos*, porque en este tiempo, dice poco antes, el mismo Señor será Rey sobre toda la tierra: (y añade que) en aquel dia uno solo será el Señor, y uno solo será su nombre †.

284. Pues en este dia (decimos en conclusion) en este tiempo segundo del Mesías, se verificarán plena y perfectamente, sin faltarles ni un punto, ni un tilde‡, las profecías de que vamos hablando, y todas las demás que no se han verificado en el primer tiempo. Entónces, llegado el dia de su virtud, y volviendo del cielo á la tierra, despues de haber recibido el reino, evacuará perfectamente en primer lugar todo principado, potestad y virtud §: arguirá, corregirá, castigará severísimamente á las gentes y pueblos, segun su mérito: Y juzgará á las naciones, y convencerá á muchos pueblos...y castigará á naciones poderosas hasta lejos. Y en consecuencia de este juicio, de esta correccion, de este castigo, los que quedaren vivos y su posteridad, por muchos siglos, arrojarán de sí por órden de su soberano todas sus armas, como una carga intolerable y ya del todo inútil, bajo el pacífico Salomón: las convertirán todas en instrumentos de agricultura y ya

vocem suam, atque laudabunt: cùm glorificatus fuerit Dominus, hinnient de mari, &c. Isai. xxiv, 4, 5, 6, 13, 14.

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* Veniet Dominus Deus meus, omnesque sancti cum eo... Et omnes qui reliqui fuerint de universis gentibus, quæ venerunt contra Jerusalem, ascendent ab anno in annum, ut adorent regem, Dominum exercituum. — Zachar. xiv, 5, 16.

+ Et erit Dominus Rex super omnem minus unus, et erit nomen ejus unum. —

terram: in die illa erit DoZachar. xiv, 9.

‡ Jota unum, aut unus apex. – Mat. v, 18.
f 1 ad Cor. x, 24.

|| Et judicabit gentes, et argüet populos multos ... corripiet gentes fortes usque in longinquum. Isai. ii, 4; et Mich. iv, 3.

no pensarán en otra cosa, que en emplear bien su tiempo en inocencia, en justicia y en piedad: Y cada uno se sentará debajo de su vid, y debajo de su higuera, y no habrá quien cause temor: pues lo ha pronunciado por su boca el Señor de los egércitos. Esta me parece salvo meliori, la única inteligencia que se puede dar á estas profecías, segun las Escrituras.

PARRAFO IV.

EL CONTESTO DE ESTAS PROFECIAS.

285. Para asegurarnos mas en el conocimiento de los tiempos, con toda aquella seguridad que puede pedir en estos asuntos la mas rígida crítica, sigámos primeramente el contesto de Isaías, que el de Miqueas lo seguirémos á su tiempo. Si la cosa no es en la realidad como pensamos, será moralmente imposible no encontrar en todo el camino algun embarazo que nos haga detener el paso. Mas si no encontrámos embarazo alguno; si todo lo hallámos quieto, pacífico, seguido y llano, esta será una señal moralmente indefectible de que el camino es bueno: no solo bueno, sino el camino verdadero y el camino recto; pues todas las sendas por donde se ha pretendido caminar, se hallan á cada paso llenas de obstáculos conocidamente insuperables. Esta será, digo, una señal moralmente indefectible, de que los dos Profetas hablan del segundo tiempo del Mesías, no del primero.

286. Habiendo hecho Isaías, hasta el versiculo 5, un compendio brevísimo y admirable de la felicidad de aquellos tiempos, convida en primer lugar á toda la casa de Jacob, diciéndole inmediamente: Casa de Jacob, venid, y caminemos en la lumbre del Señor*. Luego, volviéndose á Dios, y hablando con él hasta el versiculo 10, refiere en breve las justas razones que ha tenido para arrojar de sí á su antiguo pueblo, para desconocerlo y olvidarlo por tantos * Domus Jacob, venite, et ambulemus in lumine Domini,- Isai.

ii, 5.

siglos: Pues arrojaste á tu pueblo la casa de Jacob: porque se han llenado como en otro tiempo (es á saber, de supersticion é iniquidad, como lee Pagnini) y así no los perdones (ó no los perdonarás, &c.*) Despues de este paréntesis, bien importante, endereza otra vez la palabra á la casa de Jacob, diciéndole en el nombre del Señor lo que se sigue hasta el fin del capitulo: Entra en la peña, y en las aberturas de la tierra escóndete de la presencia espantosa del Señor, y de la gloria de su magestad†. Este mismo consejo se le da, ó esto mismo se anuncia como cosa que debe suceder en algun tiempo en el mismo cap. xxvi, ver. 20 de Isaias: Anda, pueblo mio, entra en tus aposentos, cierra tus puertas tras tí, escóndete un poco por un momento, hasta que pase la indignacion. Porque he aquí que el Señor saldrá de su lugar, para visitar la maldad del morador de la tierra contra él; y descubrirá la tierra su sangre, y no cubrirá de aquí adelante á sus muertos ‡.

la

287. Dado este consejo, pasa luego á representar con mayor viveza, lo que deberá suceder en nuestra tierra con la venida del Señor. Es á saber: la destruccion de los imperios, reinos ó potestades: la ruina entera de toda la impiedad: la humillacion de los soberbios: el temor y temblor con que estarán entonces los hombres mas altivos, y mas llenos de sí: en suma, la angustia y tribulacion de todos los pueblos, tribus y lenguas, que debe preceder á la quietud y paz de la tierra.

* Projecisti enim populum tuum, domum Jacob: quia repleti sunt ut olim [scilicet superstitione et iniquitate], ne ergo dimittas eis [seu non parces eis], &c.-Isai. ii, 6, 9.

+ Ingredere in petram, et abscondere in fossa humo à facie timoris Domini, et à gloria majestatis ejus. Id. ii, 10.

Vade, populus meus, intra in cubiculâ tua, claude ostia tua super te, abscondere modicùm ad momentum, donec pertranseat indignatio. Ecce enim Dominus egredietur de loco suo, ut visitet iniquitatem habitatoris terræ contra eum: et revelabit terra sanguinem suum, et non operiet ultrà interfectos suos.- - Id. xxvi, 20, 21.

Los ojos altivos del hombre han sido abatidos, y encorvada será la altivez de los varones; y solo el Señor será ensalzado en aquel dia. Porque el dia del Señor de los egércitos será sobre todo soberbio, y altivo, y sobre todo arrogante; y será abatido. Y sobre todos los cedros del Líbano altos, y erguidos... y sobre todos los collados elevados. Y sobre toda torre eminente, y sobre todo muro fortificado, y sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todo lo que es hermoso á la vista*.

288. Todas estas espresiones metafóricas tan vivas y magníficas de que usa este Profeta, diciendo espresamente que son cosas todas reservadas para el dia del Señor, cuando se levantáre para herir la tierrat, es bien facil decir, huyendo de la dificultad, que se verificaron en la destruccion de Jerusalén y Judéa por Nabucodonosor; mas el probar esto de algun modo razonable, conforme al testo y al contesto, no parece tan facil. Aun mirado solo el testo no se halla proporcion alguna entre aquel suceso y estas espresiones: aquel fué particular á Jerusalén y Judéa; estas son visiblemente generales á toda la tierra: porque el dia del Señor de los egércitos será sobre todo soberbio, y altivo, y sobre todo arrogante... sobre todos los cedros del Líbano altos, y erguidos... sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados... sobre todo muro fortificado... sobre toda torre... sobre todas las naves de Tarsis.

289. Estas últimas palabras, aunque no se considerasen las otras, bastaban para conocer, que no se habla aquí de Nabucodonosor, ni contra Jerusalén y Judéa. ¿Qué na

* Oculi sublimes hominis humiliati sunt, et incurvabitur altitudo virorum exaltabitur autem Dominus solus in die illa. Quia dies Domini exercituum super omnem superbum, et excelsum, et super omnem arrogantem: et humiliabitur. Et super omnes cedros Libani sublimes, et erectas ... et super omnes colles elevatos. Et super omnem turrim excelsam, et super omnem murum munitum. Et super omnes naves Tharsis, et super omne, quod visu pulchrum est.-Isai. ii, 11, 12, 13, 14, 15, et 17.

+ Cùm surrexerit percutere terram. -Isai. ii, 19, 21.

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