Oldalképek
PDF
ePub

los caballos por mil y seiscientos estadios*. Y en el cap. xix, 15, se dice del mismo cuando ya viene del cielo á lá tierra: y él pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso †. Aquí, en la Idumea, ácia el medio dia de Jerusalén, tendrá tanto que hacer la espada de dos filos que trae en su boca, cuanto se puede ver y considerar despacio en todo este cap. xxxiv de Isaías, digno ciertamente de toda consideracion, y cuanto se puede ver con mayor claridad en el cap. xxxvi del mismo Profeta: los cuales lugares y otros semejantes los toma manifiestamente S. Juan, y los hace servir todos juntos en el cap. xix de su Apocalipsis, como puede facilmente convencerse de ello, cualquiera que quisiere tomar el pequeño trabajo de combinar entre sí estos lugares, en juicio y en justicia, en lo cual yo no puedo detenerme mas.

216. Con todas estas advertencias parece ya facil, ó no muy dificil, comprender bien todo el paréntesis, con que empieza el cap. xvi de Isaías: Envia, Señor, el Cordero dominador de la tierra, de la piedra del desierto al monte de la hija de Sión. Despues de esta breve oracion, empieza luego, dentro del mismo paréntesis, la profecía particular comprendida en los cuatro versículos siguientes: Y sucederá (que es lo mismo que si dijera: sucederá en estos tiempos inmediatos á la venida del Cordero dominador de la tierra): Y sucederá que como ave que huye, y pollos que vuelan del nido, así serán las hijas de Moab en el paso del Arnón. Parece á primera vista, que aquí se anuncia una huida verdadera de los Moabitas; los cuales, por temor de algun enemigo formidable, que viene contra ellos, desamparan su pais, y pasan á la otra parte del rio ó del torrente Arnón. En efecto, así lo suponen los intérpretes, insinuando muy en confuso, que todo esto pudo

* Et calcatus est lacus extra civitatem, et exivit sanguis de lacu usque ad frænos equorum per stadia mille sexcenta. Apoc. xiv, 20.

+ Et ipse calcat torcular vini furoris iræ Dei Omnipotentis.Apoc. xix, 15.

haber sucedido, y sucedería en las espediciones de Senacherib 6 de Nabucodonosor.

[ocr errors]

217. Mas como podrémos componer una huida verdadera de Moab fuera de su pais, con las palabras que inmediatamente se le dicen? Toma alguna fuerza, junta el Ayuntamiento: pon como noche tu sombra al mediodia: esconde á los que van huyendo, y no descubras á los que andan errantes. Morarán contigo mis fugitivos: Moáb, sirveles de lugar en que se escondan de la presencia del destruidor.

218. Por estas palabras se ve claramente, que Moáb asustado entrará en pensamientos de huir fuera de sus confines, y en parte empezará á moverse; no ciertamente por temor de algun príncipe enemigo que venga contra él, sino por temor de los prófugos, que ya se acercan á su tierra, y que vienen huyendo de la presencia del destruidor. Lo cual alude visiblemente á lo que habia sucedido en otros tiempos en la misma tierra de Moáb, cuando estos mismos prófugos venian huyendo de Egipto; como se puede ver en el cap. xxii y xxiii del libro de los Números. Así se le dice aquí á Moáb, que no tema como temió la primera vez que no se alborote: que no se asuste: que entre primero en consejo antes que huir; mas que no tome el consejo, ni ímite la conducta de su antiguo rey Balac, el cual cerró sus puertas, y no quiso hospedar, ni dejar pasar por sus tierras á estos mismos prófugos de Dios; sino que tome aora otro consejo mas humano y mas prudente, que se le propone de parte del Señor: Toma alguna traza, junta el Ayuntamiento. ¿Qué consejo es este? Pon como noche tu sombra al mediodia: esconde á los que van huyendo, y no descubras á los que andan errantes. Prepara para mis prófugos un asilo ó una sombra, que sea como la de la noche mas oscura en la mitad del dia, y escóndelos de modo que sean como invisibies: no los descubras, ni les hagas traicion. Aora: como ha de esconder Moab dentro de sí á los prófugos de Dios, si el mismo Moab ha huido fuera de sí á la otra parte del torrente de

Arnón? Morarán contigo mis fugitivos. (Prosigue el Señor) Moáb, sírveles de lugar en que se escondan de la presencia del destruidor: porque fenecido es el polvo, ha sido rematado el miserable, que rehollaba la tierra. Habitarán ó se hospedarán en tu pais mis prófugos por algun poco de tiempo: recíbelos, ó Moáb, y escóndelos dentro de tí. No temas que este oficio de humanidad te pueda ocasionar algun perjuicio; porque te hago saber, que ya pasa, ya se acaba, ó va luego á acabarse el gran polvo de los egércitos que los persiguen (salidos sin duda de la boca del dragon) y acaba sus dias, ó los acabará en breve el miserable*, ó como leen Pagnini y Vatablo, el opresor: esto es, el que oprime á otros y los hace miserables, y por esto mismo es mas miserable que todos: ya se acaba, ó va luego á acabarse el que conculcaba la tierra +: el cual, segun todo el contesto, parece claro que no puede ser otro, sino el figurado en la gran estátua de Daniel.

219. Sería conducente para la plena inteligencia de este lugar de Isaías, advertir aquí, y no despreciar estas tres cosas entre otras. Primera: que la tierra ó país de Moáb está tan cerca de la tierra de Israél ó de promision, que solo las divide el rio Jordán: Y habiendo partido (dice Moises) acamparon en las llanuras de Moáb, donde á la otra parte del Jordán está situada Jericó. Segunda: que en esta tierra ó país de Moáb está el célebre monte Nevo, en el que subió Moisés, y vió la heredad del Señort, donde él mismo murió, mandándolo el Señor, y donde el profeta Jeremías escondió por órden de Dios*, despues de destruida Jerusalén, el arca grande del antiguo

[blocks in formation]

+ Defecit, qui conculcabat terram. - Id. ib.

Profectique castrametati sunt in campestribus Moab, ubi trans Jordanem Jericho sita est. — Núm. xxii, 1.

§ In quo Moyses ascendit, et vidit Dei hæreditatem.-2 Mac.

ii, 4.

|| Jubente Domino. - Deut. xxxiv, 5.

¶ Divino responso ad se facto. —2 Mach. ii, 4.

Testamento, el tabernáculo y el altar; profetizando de parte del Señor... Que será desconocido el lugar, hasta que reuna Dios la congregacion del pueblo, y se le muestre propicio. Y entonces mostrará el Señor estas cosas, y aparecerá la magestad del Señor, y habrá nube, como se manifestaba á Moisés*. Tercera: que cuando todo Israel, profugo de Egipto, conducido ya por Josué, pasó el Jordán, como habia pasado el mar Rojo, entró luego al punto en el valle fertilísimo de Achór, en donde se empezó á dilatar su corazon, y á abrirse sus esperanzas con la milagrosa toma de Jericó. Todo lo cual nos puede traer fácilmente á la memoria lo que ya queda observado en el fenómeno antecedente, art. viii, cuando hablamos de la huida á la soledad de aquelia muger metafórica, á quien deben darse dos álas de grande águila, para que volase al desierto á su lugar, en donde es guardada por un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo, de la presencia de la serpiente†; ó como añade Isaías en el Jugar de que vamos hablando: de la presencia del destruidor. Esta muger que huye al desierto, á su lugar, así como ha de ir directamente al valle de Achór, segun le promete Dios por Oséas (cap. ii), así debe pasar segunda vez por la tierra de Moáb, y detenerse en ella algun poco de tiempo, como pasó y se detuvo la primera vez, cuando salió de Egipto. Sin esto, ¿como podrá verificarse la profecía de Jeremías? Por esto, pues, se le aconseja á Moáb de parte de Dios, que no cierre otra vez sus puertas á esta muger que viene huyendo; sino que la reciba con humanidad, y la esconda dentro de sit

In sermone Domini... Quòd ignotus erit locus, donec congreget Deus congregationem populi, et propitius fiat: Et tunc Dominus ostendet hæc, et apparebit majestas Domini, et nubes erit, sicut et Moysi manifestabatur.—3 Reg. xiii, 9; et 2 Mach. ii, 7, 8.

+ Alæ duæ aquilæ magnæ, ut volaret in desertum in locum suum, ubi alitur per tempus, et tempora, et dimidium temporis, à facie serpentis. Apoc. xii, 14.

[ocr errors]

Habitabunt apud te profugi mei: Moab, esto latibulum eorum á facie vastatoris.-Isai. xvi, 4.

220. Con estas tres advertencias se entiende ya sin dificultad el último versículo de paréntesis de Isaías. Despues de estas cosas, concluye el Profeta, se preparará en misericordia un sólio, que será el mismo sólio ó tabernáculo de David, y en él se sentará el que debe sentarse, y se sentará en verdad... juzgará y demandará juicio, y dará prontamente á cada uno lo que es justo*. Dos cosas de grande importancia tenémos aquí que considerar, y sería de no pequeña utilidad el considerarlas en juicio y en justicia. Primera: este sólio ó tabernáculo de David de que aquí se habla, ¿para quién se deberá preparar? ¿Qué persona es esta, que despues de preparado este sólio deberá sentarse en él (segun estas palabras)? en verdad... juzgará y demandará juicio. Segunda: ¿cómo ó con qué cosas, prévias, convenientes ó necesarias, se deberá hacer esta preparacion?

221. Cuanto á lo primero, suponen los intérpretes (y digo suponen, porque hablan en el asunto como de una cosa que no necesita de prueba: por consiguiente hablan con una suma velocidad, sin hacerse cargo de las grandes dificultades que padece dicha suposicion): suponen, digo, que aquí no hay otro misterio, sino anunciar el reinado del santo rey Ezequías, que es uno de los tres reyes de Judá que canoniza la Escriturat. Para Ezequías, pues, y para sus sucesores, se prepara, dicen, el sólio de David de que habla Isaías en este lugar. Este buen rey se sentará sobre él en verdad: este buscará ó egercitará con sus súbditos el juicio y la justicia: dará prontamente á cada uno lo que es justo. Para saber aora de cierto si esta suposicion es bien fundada ó no, se pregunta: ; esta prei paracion del sólio de David, de que aquí se habla, cuando se hizo? Sin duda debió hacerse despues que se verificó plenamente lo que se anuncia en los tres versiculos que

[ocr errors]

Et præparabitur in misericordia solium, et sedebit super illud in veritate in tabernaculo David, judicans et quærens judicium, et velociter reddens quod justum est. — Isai. xvi, 5.

* 4 Reg. xviii, 3; Paralip. xxxi; Eccli. xlix.

« ElőzőTovább »