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tierra, de la piedra del desierto al monte de la hija de Sión*. Estas palabras, y todas las que siguen hasta el versiculo 6, no hay duda que son oscurísimas, no solamente consideradas en sí mismas, sino aun consideradas con todo su contesto, que es el que suele abrir el verdadero sentido, Ꭹ aclarar las cosas mas oscuras. Ni se conoce por ellas solas, con ideas claras, de qué misterio se habla, ni de qué tiempos, ni á qué propósito se dicen. La esplicacion que hallo en los intérpretes, confieso simplemente que no me satisface. Dicen todos los que he podido consultar, que el Profeta hace aquí una especie de paréntesis ó brevísima digresion. Quieren decir, que como acaba de hablar contra Moab en todo el capítulo antecedente que tiene por título: Carga de Moáb†, y todavia prosigue en el presente, se le vino á la memoria con esta ocasion, la célebre viuda Rut, Moabita, la cual dejando su pátria, se vino á la Judéa, siguiendo á su suegra Noehemi; y despues de algun tiempo se casó con Booz, y fué visabuela de David: Y Booz engendró de Rut á Obéd. Y Obéd engendró á Jesse. Y Jesse engendró á David el rey‡. Acordándose el profeta de Rut, Moabita, visabuela de David, se acordó por consiguiente del Mesías hijo de David, y por David hijo tambien de Rut. Con este recuerdo, lleno de fe, de esperanza y de un ardientísimo deseo, pide à Dios que envie cuanto antes al Cordero que debe dominar espiritualmente la tierra, y que lo envie de la piedra del desierto: esto es, dicen, de Moab ó de la Arábia Petrea, donde vivian los Moabitas, y donde estába situada la antigua ciudad de Petra; no porque el Mesías hubiese de venir realmente de la Arábia, ó de la tierra de Moáb; sino aludiendo, dicen, á la patria de Rut, su progenitora, &o. Si prose

* Emitte Agnum, Domine, dominatorem terræ, de petra deserti ad montem filiæ Sion. Isai. xvi, 1.

+ Onus Moab.— Isai. xv, 1.

Booz autem genuit Obed ex Ruth. Obed autem genuit Jesse. Jesse autem genuit David regem.— Mat. i, 5.

guimos aora leyendo el capítulo hasta el versiculo 6, nos hallámos no obstante, sin poder evitarlo, con otras cosas bien diversas y bien agenas de todo lo pasado.

211. Yo propongo aquí otra inteligencia de este lugar de Isaías, y pido para ser entendido, no solamente atencion, sino tambien paciencia; pues no me es posible esplicarme bien, sino á costa de muchas palabras. Los talentos, aun naturales, los reparte el Criador de todos... á cada uno como quiere*.

212. Primeramente: convengo con todos, y me parece claro é innegable, que el profeta al empezar el capítulo xvi, hace una especie de paréntesis ó breve digresion, en que estiende por un momento su vista ácia otros tiempos muy futuros, y ácia otros sucesos muy diversos y mucho mayores que aquellos de que va hablando. Esto es frecuentísimo en Isaías, y se puede con verdad, decir, que es de su propio carácter. Para esta breve digresion le da una ocasion bien oportuna, no la viuda Rut, Moabita, sino el mismo Moab, contra quien va profetizando, y cuya profecía se cumplió plenísimamente en tiempo de Nabucodonosór. (Véase todo el capítulo xlviii de Jeremías.) Mas no puedo convenir en que el paréntesis ó digresion de Israél sea tan breve que comprenda solamente el versículo 1: á mí me parece claro que pasa algo mas adelante hasta incluir dentro de sí todo el versículo 5, sin lo cual no sé como se puede dar algun sentido razonable, y conforme en la historia sagrada á estos cinco primeros versículos del capítulo xvi; véase aquí el testo seguido.

Envia, Señor, el Cordero dominador de la tierra, de la piedra del desierto al monte de la hija de Sión. Y sucederá: Que como ave que huye, y pollos que vuelan del nido, así seran las hijas de Moab en el paso del Arnón. Toma alguna traza, junta el Ayuntamiento: pon como noche tu sombra al mediodia: esconde á los que van huyenпо descubras á los que andan errantes. Morarán

do,

y

* Dividens singulis, prout vult.

- 1 ad Cor. xii, 11.

contigo mis fugitivos: Moáb, sirveles de lugar en que se escondan de la presencia del destruidor: porque fenecido es el polvo, ha sido rematado el miserable (ó el que hace miserables), que rehollaba la tierra. Y será establecido el trono en misericordia, y se sentará sobre él en verdad en el tabernáculo de David, quien juzgará y demandará juicio, y dará prontamente á cada uno lo que es justo*.

213. En la suposicion, ó cierta ó solo probable, de que todos estos cinco versículos entran en el paréntesis ó en la digresion del Profeta, yo os digo, señor mio, que todo se entiende ó se puede entender naturalísimamente, sin ser necesario recurrir á Rut, Moabita, antiquísima aun en tiempo de Isaías como ni á Rahab, ni á Tamár, ni á Lia, ni á Rebeca, ní á Sara, todas progenitoras de Cristo, segun la carne. Mi modo de discurrir es este.

214. Acababa Isaías de hablar contra Moáb en todo el capítulo xv, y todavia prosigue el mismo asunto en el capítulo xvi. Mas como el caracter propio de este gran Profeta, segun se dice en el Eclesiástico (cap. 48) y queda notado en otras partes, es declinar insensible y casi continuamente á las cosas últimas; con ocasion de hablar de Moáb, anunciándole su estrema humillacion en castigo de su estrema soberbia, hace en medio de la profecía uu como paréntesis ó breve digresion, y profetiza en cuatro palabras otras cosas bien singulares, que deben suceder en otros tiempos remotísimos en la misma tierra ó país de Moab. Empieza pidiendo á Dios que envie del cielo al Cordero

Emitte Agnum, Domine, dominatorem terræ, de Petra deserti ad montem filiæ Sion. Et erit: Sicut avis fugiens, et pulli de nido avolantes, sic erunt filiæ Moab in transcensu Arnon. Ini consilium, coge concilium: pone quasi noctem umbram tuam in meridie : absconde fugientes, et vagos ne prodas. Habitabunt apud te profugi mei: Moab, esto latibulum eorum à facie vastatoris: finitus est enim pulvis, consummatus est miser [seu qui miseros facit] : defecit qui conculca. bat terram. Et præparabitur in misericordia solium, et sedebit super illud in veritate in tabernaculo David, judicans et quærens judicium, et velociter reddens, quod justum est.—Isai. xvi, ab 1 usque

destinado á dominar la tierra*. ¿Qué otro Cordero puede ser este, destinado á dominar la tierra, sino aquel mismo de quien se hablar en el cap. v del Apocalipsis? El cual se presenta delante del trono de Dios, recibe de su mano un libro cerrado y sellado, lo abre allí mismo en presencia de todos los conjueces y de todos los ángeles, los llena á todos, con solo abrirlo, de sumo regocijo que se difunde á todo el universo, &c. ¿Qué otro Cordero puede ser este, destinado á dominar la tierra, sino aquel de quien se habla en el capítulo vii de Daniel? El cual en los tiempos de la cuarta bestia, esto es en los últimos tiempos, se presenta delante del mismo trono de Dios, como Hijo de Hombret, y allí recibe de su mano pública y solemnemente, la potestad, y la honra, y el reino: y todos los pueblos, tribus, y lenguas le servirán á él‡ (Véase el fenómeno antecedente, art. iii.) ¿Qué otro Cordero puede ser este, destinado á dominar la tierra, sino aquel mismo á quien se le dice en el salmo cx De Sión hará salir el Señor el cetro de tu poder: dómina tú en medio de tus enemigos. Contigo está el principado en el dia de tu poder entre los resplandores de los santos§? Esta misma peticion se le hace á este Cordero, destinado á dominar la tierra, en el cap. Ixiv de mismo Isaías. ¡O si rompieras los cielos, y descendieras! á tu presencia los montes se derretirian. Como quemazon de fuego se deshicieran, las aguas ardieran en fuego, para que conociesen tus enemigos tu nombre : á tu presencia las naciones se turbarian, &c. Todo lo cual, por mas que quiera sutilizarse, es cla

* Emitte Agnum, Domine, dominatorem terræ + Quasi Filius Hominis. Dan. vii, 13.

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Potestatem, et honorem, et regnum : et omnes populi, tribus, et linguæ ipsi servient. - Dan. vii, 14.

§ Virgam virtutis tuæ emittet Dominus ex Sion: dominare in medio inimicorum tuorum. Tecum principium in die virtutis tuæ in splendoribus sanctorum.-Ps. cix, 2, 3.

¡ Utinam disrumperes cœlos, et descenderes ! à facie tua montes defluerent. Sicut exustio ignis tabescerent, aquæ arderent igni, ut

ro que no compete de modo alguno razonable á la primera venida del Señor, sino á la segunda, segun todas las Escrituras.

215. Añade Isaías en su breve oracion, pidiendo á Dios que envie al Cordero dominador de la tierra: de la piedra del desierto al monte de la hija de Sión. Estas palabras, de la piedra del desierto, miradas en sí mismas, no hay duda que son oscurísimas; mas si se combinan con otros lugares de los Profetas y del mismo Isaías, pueden muy bien entenderse sin violencia, antes con gran naturalidad y propiedad. En Habacuc, por ejemplo, se dice: Dios vendrá del Austro, y el Santo del monte de Farán: La gloria de él cubrió los cielos: y la tierra llena está de su loor. Su claridad como la luz será: rayos de gloria en sus manos. ¿Quién puede desconocer aquí y en todo este capítulo la venida del Señor en gloria y magestad? Aora el monte Farán está ciertamente en la Idumea, ácia el Austro, respecto de la Palestina; y por esto los LXX, en lugar del Austro, leen: de Teman vendrá; porque Teman era la metrópoli de Idumea. Por otra parte, en el cap. xxxiv de Isaías, se dice clara y espresamente, que el Señor cuando venga en gloria y magestad, vendrá primero directamente á la Idumea: he aquí que bajará sobre la Iduméa, y sobre el pueblo que yo mataré, para hacer justicia. La espada del Señor llena está de sangre... porque la víctima del Señor será en Bosra, y la gran matanza en tierra de Edóm *. A este lugar parece que alude S. Juan, cuando dice: Y fué hollado el lago fuera de la ciudad, y salió sangre del lago hasta los frenos de notum fieret nomen tuum inimicis tuis: à facie tua gentes turbarentur, &c.- Isai. lxiv, 1, 2.

Deus ab Austro veniet, et Sanctus de monte Pharan : Operuit cœlos gloria ejus et laudis ejus plena est terra. Splendor ejus ut lux erit cornua in manibus ejus. — Habac. iii, 3, 4.

+ Ecce super Idumæam descendet, et super populum interfectionis meæ, ad judicium. Gladius Domini repletus est sanguine ... victima enim Domini in Bosra, et interfectio magna in terra Edom, &c.-Isai. xxxiv, 5, 6.

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