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¿qué es lo que dice? Dice brevísimamente, que aluden á la conversion del centurion Cornelio, llamado de Dios el primero de todos los gentiles, como se refiere en el cap. x de las Actas de los Apóstoles. Despues de lo cual*, quedó abierta la puerta, y empezaron á entrar, y hasta aora están entrando gentes á millares, que son las que forman principalmente el tabernáculo espiritual de David. Compárese aora esta esplicacion con el testo, y se conocerá facilmente su poca coerencia. De modo, que primero visitó Dios á las gentes para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre +; lo cual sucedió en la conversion de Cornelio con toda su familia: y despues de estas cosas que sucedieron en casa de Cornelio, despues de esto, entonces volvió Dios, y edificó de nuevo el tabernáculo espiritual de David . Y como este tabernáculo de David, segun dicen los mismos doctores, no es otra cosa que la Iglesia cristiana, se sigue necesariamente que Dios edificó ó fundó la Iglesia cristiana, solamente despues de la conversion del centurion Cornelio debió formarse esta Iglesia §.

182. Fuera de esto: ¿qué significan en el testo de Amós aquellas palabras: y lo reedificaré (el tabernáculo de David) como en los dias antiguos ||? La Iglesia cristiana la ha reedificado Dios como estaba en los tiempos antiguos antes de caer: levantaré el trono de David, que cayó,... y lo reedificaré como en los dias antiguos? Despues de reedificado el tabernáculo de David (prosigue el Profeta) alcanzará el que ara al que siega, y el que pisa las uvas al que siembra: y los montes destilarán

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↑ Primùm Deus visitavit sumere ex gentibus populum nomini suo. - Act. XV,

14.

Post hæc revertar, et reædificabo tabernaculum David, quod decidit. Act. xv, 16.

§ Faltaba en el orijinal esta conclusion, que aora añadimos para completar el sentido. E.

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Et reædificabo illud, sicut in diebus antiquis. — Amos. ix, 11.

dulzura, y todos los collados serán cultivados*. ¿Qué quiere decir esto? Lo que quiere decir, responden, no puede ser otra cosa, sino que en la Iglesia de Cristo sus ministros ú operarios tendrán siempre sobre sí grandes y continuas ocupaciones; sucediéndose los ministerios unos á otros, sin dejarles un punto de reposo, como sucedió á los Apóstoles, y sucede hasta aora á los hombres apostólicos. Que los montes destilarán dulzura: esto es, que lloverán consuelos celestiales sobre los verdaderos fieles. Que todos los collados estarán cultivados: esto es, que no habrá pueblo ó nacion alguna, donde no trabajen los ministros de la Iglesia, y donde no recojan algunos frutos para Dios. Ultimamente dice el Profeta (y esta parece la propia llave, ó la esplicacion clarisima de todo lo que acaba de decir): levantaré el cautiverio de mi pueblo de Israél:... Y los plantaré sobre su tierra: y nunca mas los arrancaré de su tierra que les di +.

183. Parece que aquí debiéramos esperar de la piedad de tantos doctores cristianos alguna comiseracion y misericordia, respecto de los míseros Judios; mas nuestras esperanzas quedan aquí tan desvanecidas como siempre. No hay que esperar consolacion alguna, hasta que se cumplan los tiempos de las naciones. Los doctores, segun su sistema, no se atreven á abrir ni consentir la apertura de una sola puerta, por el prudentísimo temor de alguna pésima é inevitable consecuencia. Así, pues, aquellas palabras con que acaba esta profecía: levantaré el cautiverio de mi pueblo de Israél:... Y los plantaré sobre su tierra: y nunca mas los arrancaré de su tierra que les di: no

* Comprehendet arator messorem, et calcator uvæ mittentem semen: et stillabunt montes dulcedinem, et omnes colles culti erunt. Amos. ix, 13.

↑ Et convertam captivitatem populi mei Israël :... Et plantabo eos super humum suam: et non evellam eos ultra de terra sua, quam dedi eis. Amos. ix, 14, 15.

-

Donec impleantur tempora nationum. - Luc. xxi, 24.

tienen otro sentido sino este: yo sacaré de la cautividad del pecado y del demonio, así á las gentes como á los Judios que creyeren, los plantaré sobre su tierra: esto es en mi Iglesia*, y no los moveré jamas de esta tierra que les he dado, si ellos no la dejan por su iniquidad, como la han dejado tantos apóstatas y herejes, &c.

ΕΙ

184. Veis aquí, señor mio, toda la esplicacion, ó como dicen, el verdadero sentido intentado por el Espíritu Santo, así de la profecía de Amós, como del discurso de S. Jacobo en el concilio de Jerusalén. Si este sentido puramente acomodaticio es suficiente ó no, para contentar plenamente á quien busca en las Escrituras la verdad, no me toca el resolverlo. Cualquiera se lo puede preguntar á sí mismo, pesándolo fielmente en la balanza del sentido comun. mayor trabajo es, que en el modo de hablar de los doctores, decisivo é indubitable, no dejan lugar, antes dan señales claras de no querer oir réplica alguna, sino que con esto solo debe quedar este punto gravísimo enteramente decidido y concluido. Si alguno se atreve, no obstante, á alzar la voz, pidiendo alguna buena razon de toda esta inteligencia ó sentido, que llaman verdadero y único, no tiene que esperar otra respuesta, que tres ó cuatro, ó mas renglones de citas: esto es, que otros muchísimos doctores han entendido así todas estas cosas, y asímismo las han esplicado. Bien. Mas esto ¿quién lo

Si todos estos muchísimos doctores han partido desde un mismo principio, y trabajado sobre un mismo sistema, ¿qué mucho que hayan dicho lo mismo? ¿No es esto responder por la cuestion? Lo que aquí se pide, no es lo que han pensado otros doctores, que esto no se ignora: sino la razon y fundamentos que han tenido para pensarlo. Si esta razon 6 fundamentos no se producen, ¿ de qué sirve llenar páginas enteras con citas de autores? Bien pudieran citarse dos ó tres mil autores, para probar, por egemplo, que el agua sube en la bomba por el horror

* Plantabo eos super humum suam id est in ecclesia mea. — Comet. in Amos. ix, 15.

que la naturaleza tiene al vacio: mas no por eso dejará de ser falsa esta opinion, y de mirarse esta prueba como insuficiente é inútil.

185. Algunos añaden una palabra ciertamente de gran peso, si viniera al caso. Esta inteligencia, dicen, es de todos los intérpretes ortodoxos. Mas esta palabra ortodoxos, ¿á qué propósito se trae aqui? ¿Qué quiere decir esto en el asunto de que hablámos? ¿Acaso que solo los intérpretes eterodoxos ó herejes pueden pensar otra cosa diversa? ¿Acaso que dicha inteligencia es de fe católica, es ortodoxa, es verdadera é indisputable? No veis, señor, la pretension y el empeño? ¿No veis el miedo y escrúpulo con que nos quieren espantar?

186. Crece todavia mas el empeño y la pretension. Un autor grave (y con razon estimado por uno de los mejores intérpretes) dice formalmente, citando á otro, que la sobredicha inteligencia de la profecía de Amós, y por consiguiente del testo de S. Jacobo, está ya definida como verdadera y literal, contra Teodoro, obispo de Mopsuesta, por el papa Vigilio en el concilio romano*. Cualquiera que lea estas palabras en un autor como este, erudito y juicioso, es naturalísimo que las crea al punto, sin querer tomar sobre sí el gran trabajo de examinar su verdad; por consiguiente que dé por concluida esta disputa. Yo tambien la diera al punto por concluida, si esto fuese cierto, ó si no fuese evidentemente falso. Digo evidentemente falso, lo primero: porque no consta de la historia, que en tiempo de Vigilio, ni cuando fué antipapa, ni cuando fué papa, se haya celebrado en Roma algun concilio. Lo segundo: porque las altercaciones que tanto perturbaron la paz de la Iglesia sobre los tres célebres capítulos, es á saber, sobre algunos escritos de Ibas, obispo de Edesa; de Teodoreto, obispo de Ciro; y mucho mas de Teodoro, obispo de Mopsuesta, no pasaron en occidente, sino en

* Et ita ad litteram explicandum, contra Theodorum Mopsuestenum sub anathemate definitum est à Vigilio Papa in Concilio Ro

mano.

oriente no en Roma, sino en Constantinopla. Lo tercero y principal: porque aunque en Constantinopla, no en Roma, se condenaron al fin dichos tres capitulos, y con ellos sesenta proposiciones estraidas de los escritos de Teodoro; mas ninguna de ellas tiene alguna conexion, ni la mas mínima relacion con el asunto que aora tratámos. En todas las sesenta proposiciones que ponen los historiadores, no se lee jamás tabernáculo de David, ni profecía de Amós, ni concilio de Jerusalén, ni discurso de S. Jacobo, ni otra cosa alguna que con esto pueda equivocarse. Lo mas que se halla en la historia (y tal vez de aquí nacería el equívoco) es esto: que los enemigos de Teodoro lo acusaban, entre otras cosas, de que adheria mucho á algunas opiniones de los Rabinos; pues decia que el Salmo xxi no habla de Cristo: mas esta acusacion general ni sabemos que se presentase al concilio de Constantinopla, ni tampoco que el concilio hablase sobre ella alguna palabra; pues las sesenta proposiciones nada de esto contenian. Yo desafio formalmente á todos los eruditos, que me verifiquen de algun modo razonable esta proposicion: que así á la letra deba esplicarse (el testo de Amós) está definido bajo de escomunion en el concilio Romano, contra Teodoro, obispo de Mompsuesta*.

187. Concluyo este punto con estas dos preguntas. Primera: si esta noticia fuese cierta i es creible que la ignorasen otros doctores? Segunda: no ignorándola y teniéndola por segura, ¿es creible que no la produjesen como una prueba la mas decisiva de la bondad de su interpretacion?

SE PROPONE OTRA ESPLICACION DEL TESTO DE S. JACOBO CON TODO SU CONTESTO.

PARRAFO IV.

Simon ha contado como Dios primero visitó á los gentiles para tomar de ellos un pueblo para su nombre.

* Vide fol. præc.

Y

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