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de fe, este reconocer y publicar públicamente y á todo riesgo, que aquel mismo Jesus á quien reprobó en otro tiempo, á quien pidió para la cruz, á quien siempre habia detestado y aborrecido, &c. es su verdadero Mesías, hermosura de justicia, y esperanza de sus padres*: esto parece que es lo que únicamente espera Dios para juntar aquel gran Consejo, y formar aquel magestuoso tribunal, de que tanto se habla en los dos capítulos iv y v del mismo Apocalipsis, que son una manifiesta y vivísima alusion al capítulo vii de Daniel, como luego verémos. Y este es el segundo punto que vamos á considerar.

Y su hijo fué arrebatado para Dios y para su trono †. 49. Habiendo parido la muger un hijo varon, que ha bia de regir todas las gentes con vara de hierro ‡: dice el testo sagrado, que este hijo fué luego como arrebatado á Dios, y presentado delante de su trono. ¿Qué quiere decir esto? Sigámos en espíritu á este hijo, que acaba de nacer sigámosle con humildad, mas sin miedo, hasta el mismo trono de Dios, y seamos testigos oculares, en cuanto pueda permitir nuestro estado presente, de lo que allí se hace, y de los misterios nuevos y admirables, que ya van á empezar. La entrada en este supremo Consejo no es tan imposible ni tan dificil, si querémos aprovecharnos de las llaves que se nos dan.

50. Estaba mirando hasta tanto, que fueron puestas sillas, y sentóse el Anciano de Dias:... Miraba yo, pues, en la vision de la noche, y he aquí venia como Hijo de Hombre con las nubes del cielo, y llegó hasta el Anciano de Dias: y presentáronle delante de él. Y dióle la potestad, y la honra, y el reino: y todos los pueblos, tribus, y lenguas le servirán á él: su potestad es potestad

* Decori justitiæ, et expectationi patrum eorum, &c. -Jerem. 1, 7.

Et raptus est filius ejus ad Deum, et ad thronum ejus Apoc. xii, 5.

Filium masculum, qui recturus erat omnes gentes in virga ferrea. Apoc. xii, 5.

eterna, que no será quitada: y su reino, que no será destruido *.

51. Despues de haber concluido este Profeta el gran misterio de las cuatro bestias, y llevado todo desde su principio hasta su fin, como observamos en el fenómeno segundo, vuelve cuatro pasos atras, para referir de propósito otro misterio principalísimo, el cual, aunque tiene no poca relacion con el primero, y con su fin, no habia podido tener lugar, por no interrumpir los sucesos de las bestias. Este método practicado hasta aora entre los buenos historiadores, es comunísimo entre los profetas (y se hace mucho mas notable, y casi palpable en todo el libro del Apocalipsis, como quizá demostrarémos alguna vez). El misterio principalísimo de que hablo, es este. Que junto el gran Consejo, sentado en su trono el Anciano de Dias, ó el mismo Dios vivo y verdadero, y con él los otros conjueces en sus respectivos tronos (espresiones todas metafóricas, acomodadas á nuestra inteligencia), se vió luego venir como en las nubes del cielo, una persona admirable como Hijo de Hombre, el cual se encaminó directamente á dicho Consejo y entrando en él, se avanzó inmediatamente hasta el trono de Dios, ante cuya presencia fué presentado por otros (no se dice por quienes) y llegó hasta el Anciano de Dias: y presentáronle delante de él. La resulta de esta presentacion al trono de Dios, fué, que luego inmediatamente le dió Dios á esta persona admirable, ó á este, por antomasia, Hijo del Hombre (que así se llama él mismo frecuentemente en todos los cuatro evangelios) le dió luego inmediatamente la potestad, el honor y el reino en cuya consecuencia natural y legitíma, le ser

Aspiciebam, donec throni positi sunt, et antiquus dierum sedit: ... Aspiciebam ergo in visione noctis, et ecce cum nubibus cœli quasi Filius Hominis veniebat, et usque ad Antiquum Dierum pervenit: et in conspectu ejus obtulerunt eum. Et dedit ei potestatem, et honorem, et regnum: et omnes populi, tribus, et linguæ ipsi servient: potestas ejus, potestas æterna, quæ non auferetur: et regnum ejus, quod non corrumpetur. — Dan. vii, 9, 13, et 14.

✦ Et dedit ei potestatem, et honorem, et regnum. - Dan. vii,14.

virán en adelante como súbditos suyos todos los pueblos, tribus y lenguas*.

52. Sobre este lugar de Daniel puede cualquiera hacer una breve y facilísima reflexion, haciéndose á sí mismo estas dos preguntas. Primera: estas cosas que aquí se dicen, ¿ se han verificado ya, ó no? Si ya se han verificado, deberá mostrarse, cuando y como se han verificado; sin perder de vista el testo de la profecía con todo su contesto, lo cual parece tan imposible como la misma imposibilidad. Si no se han verificado hasta el dia de hoy, luego debe llegar tiempo en que todas se verifiquen. Segunda pregunta: si todas estas cosas se han de verificar alguna vez, ¿cuando podrá ser esto, sino despues del parto de esta muger? Despues que dé á luz un fruto tan anunciado, tan esperado, y tan deseado, para cuyo tiempo están ya preparadas tantas riquezas en los tesoros de Dios. Comparad aora un testo con otro, el testo de Daniel con el del Apocalipsis, y hallareis entre ellos una tan gran analogía, que el primero os parecerá una esplicacion del segundo, y el segundo la inteligencia del primero.

TESTO DE DANIEL.

53. Miraba yo, pues, en la vision de la noche, y he aquí venia como Hijo de Hombre con las nubes del cielo, y llegó hasta el Anciano de Dias: y presentáronle delante de él. Y diole la potestad, y la honra, y el reino: y todos los pueblos, tribus, y lenguas le servirán á él†.

TESTO DE SAN JUAN.

Y parió un hijo varon, que habia de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fué arrebatado para Dios, y para su trono.

54. De manera, que verificado el parto de la muger, y nacido el hijo másculo del modo que hemos dicho, luego

Et omnes populi, tribus, et linguæ ipsi servient. Id. ib. + Vide fol. præc.

Vide fol. 321.

al punto vuela á Dios, y se presenta ó es presentado delante de su trono. Si preguntamos aora para qué fin: nos responde Daniel, que es para recibir del mismo Dios públicamente en su gran Consejo la potestad, el honor y el reino pues esta es la resulta inmediata y única de su presentacion al trono de Dios: y llegó hasta el Anciano de Dias: y presentáronle delante de él. Y dióle la potestad, y la honra, y el reino: no cierto en acto primero, como se esplican los escolásticos, ó en potencia, ó en derecho (que de este modo lo tiene aora, y lo ha tenido siempre), sino en acto segundo, ó en egercicio, que por eso se añade inmediatamente: y todos los pueblos, tribus, y lenguas le servirán á él: con lo cual concuerda perfectamente la espresion del testo de S. Juan: que habia de regir todas las gentes con vara de hierro.

55. De aquí se sigue naturalmente, que esta potestad, este honor, este reino que en aquel tiempo se le ha de dar al Hijo del Hombre, no lo ha recibido hasta la presente (por mas que lo repugnen las ideas ordinarias que en este punto son oscurísimas. Es verdad que despues de su resurreccion les dijo el Señor á sus apóstoles: Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra*; mas por el contesto mismo se conoce al punto, aunque no hubiera otros fundamentos, que el Señor solo habló de la potestad espiritual de sumo sacerdote; pues esta misma potestad es la que les comunica allí mismo á los apóstoles, en consecuencia de haberla recibido de su Padre; y prosigue inmediatamente diciéndoles: Id, pues, y enseñad á todas las gentes, &c. Como si dijera: se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra, y por esta potestad que tengo, yo os envio á todo el mundo, no á dominarlo como señores, sino á enseñarlo como maestros. Andad, pues, y enseñad á todas las gentes, bautizando á los que creyeren en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y persuadiéndoles que observen todas las cosas par* Data est mihi omnis potestas in cœlo et in terra.- Mat, xxviii, 18. + Euntes ergo docete omnes gentes, &c.—Mat. xxviii, 19.

ticulares que os he mandado*. ¿Quién no ve que estas palabras son propias no de un rey, sino de un sumo sacerdote : : y quién no ve, que estas cosas son las que únicamente pertenecen al sumo sacerdote? No por esto decimos que Jesucristo no tenga aora plena potestad, para hacer y deshacer, segun su voluntad; mas como esta voluntad es santa y bien ordenada, no se mete por aora en otras cosas, sino en las que son propias de un sumo sacerdote. Esta plena potestad de hacer y deshacer, la tuvo aun cuando vivia en carne mortal, y, no obstante, en toda su vida santísima no hizo otra cosa que enseñar con obras y palabras. Tan lejos estuvo de usar de la potestad de rey, que á uno que le dijo: dí á mi hermano, que parta conmigo la herencia : le respondío con estrañeza: Hombre, ¿ quién me ha puesto por juez, ó repartidor entre vosotros?

56. Es verdad, vuelvo á decir, que despues de su resurreccion se fué este Hijo del Hombre al cielo, ó, á una tierra distante para recibir allí un reino, y despues volverse §. Es verdad que entonces se sentó con suma gloria y honor á la diestra del Padre (no cierto en trono aparte, sino en el mismo trono del Padre, como él mismo lo dice en el capítulo iii, v. 21, del Apocalipsis: y me he sentado con mi Padre en su trono ||. Es verdad que en el cielo, á la diestra del Padre, está honrado y glorificado de Dios, y de todos los ángeles y santos. Está ciertamente constituido rey, y heredero universal de todas las cosas criadas; pues por él, y para él se hicieron todas: al cual (el mismo Padre) constituyó heredero de todo, por quien hizo tam

Euntes ergo docete omnes gentes, baptizantes eos in nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti: Docentes eos servare omnia quæcumque mandavi vobis. - Mat. xxviii, 19, 20.

↑ Dic fratri meo, ut dividat mecum hæreditatem. -Luc. xii, 13. Homo, quis me constituit judicem, aut divisorem super vos ? - Id .14.

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|| [Sive in regionem longinquam, accipere sibi regnum et reverti. - Luc. xix, 12.

Et sedi cum Patre meo in throno ejus. - Apoc. iii, 21.

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