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reune con admirable simplicidad y claridad, todo cuanto se halla esparcido en las otras profecías que anuncian misericordias á la casa de Jacob. Así, toda nuestra observacion debe convertirse únicamente á esta misma profecía célebre que vamos á copiar aquí.

209. El estado miserable en que quedó toda la casa de Jacob despues del Mesías (el cual debia ser para ella por su malicia é iniquidad piedra de tropiezo como estaba anunciado en Isaías, capitulo viii, ver. 14, con estas palabras : Mas en piedra de tropiezo, y en piedra de escándalo á las dos casas de Israel, en lazo y en ruina á los moradores de Jerusalén. Y tropezarán muchos de entre ellos, y caerán, y serán quebrantados, y enlazados, y presos)*. Este estado, digo, en que ve todo el mundo á la casa de Jacob, y juntamente el otro estado todavia futuro, á que debe pasar despues de este presente lo mostró Dios en una vision estraordinaria, y bajo unas semejanzas las mas propias y naturales al profeta Ezequiel, como él mismo lo refiere en todo el capitulo xxxvii de su profecía por estas palabras.

210. Vino sobre mí la mano del Señor, y me sacó fuera en espíritu del Señor: y me dejó en medio de un campo que estaba lleno de huesos: Y me llevó al rededor de ellos y eran en mas gran número sobre la haz del campo, y secos en estremo. Y dijome: hijo de hombre, ¿ crees tú acaso, que vivirán estos huesos? Y dije: Señor Dios, tú lo sabes. Y dijome: Profetiza sobre estos huesos : y les dirás: Huesos secos, oid la palabra del Señor. Esto dice el Señor Dios á estos huesos: He aquí yo haré entrar en vosotros espíritu, y vivireis. Y pondré sobre vosotros nervios, y haré crecer carnes sobre vosotros, y estenderé piel sobre vosotros: y os daré espíritu, y vivireis, y sabreis que yo soy el Señor. Y profetizé como me lo habia

In lapidem autem offensionis, et in petram scandali duabus domibus Israël, in laqueum et in ruinam habitantibus Jerusalem. Et offendent ex eis plurimi, et cadent, et conterentur, et irretientur, et capientur. Isai. viii, 14 et 15.

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mandado: mas cuando yo profetizaba, hubo ruido, y aquí una conmocion: y ayuntáronse huesos á huesos, cada uno á su coyuntura. Y miré, y ví que subieron nervios y carnes sobre ellos: y se estendió en ellos piel por encima, mas no tenian espíritu. Y dijome: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y dirás al espíritu: Esto dice el Señor Dios: De los cuatro vientos ven, ó espíritu, y sopla sobre estos muertos, y revivan. Y profetizé como me lo habia mandado: y entró en ellos espíritu, y vivieron y se levantaron sobre sus pies un egército numeroso en estremo. Y me dijo: Hijo de hombre, todos estos huesos, la casa de Israél es: ellos dicen: Secáronse nuestros huesos, y pereció nuestra esperanza, y hemos sido cortados. Por tanto profetiza, y les dirás: Esto dice el Señor Dios: He aquí yo abriré vuestras sepulturas, y os sacaré de vuestros sepulcros, pueblo mio, y os conduciré á la tierra de Israél. Y sabreis que yo soy el Señor, cuando abriere vuestros sepulcros, y os sacare de vuestras sepulturas, pueblo mio: Y pusiere mi espíritu en vosotros, y viviereis, y os haré reposar sobre vuestra tierra: y sa-' breis que yo el Señor hablé, é hice, dice el Señor Dios*.

Facta est super me manus Domini, et eduxit me in spiritu Domini: et dimisit me in medio campi, qui erat plenus ossibus: Et circumduxit me per ea in gyro: erant autem multa valde super faciem campi, siccaque vehementer. Et dixit ad me: fili hominis, putasne vivent ossa ista? Et dixi: Domine Deus, tu nosti. Et dixit ad me: Vaticinare de ossibus istis : et dices eis: Ossa arida, audite verbum Domini. Hæc dicit Dominus Deus ossibus his: Ecce ego intromittam in vos spiritum, et vivetis. Et dabo super vos nervos, et succrescere faciam super vos carnes, et superextendam in vobis cutem : et dabo vobis spiritum, et vivetis, et scietis quia ego Dominus. Et prophetavi sicut præceperat mihi: factus est autem sonitus, prophetante me, et ecce commotio: et accesserunt ossa ad ossa, unumquodque ad juncturam suam. Et vidi, et ecce super ea nervi et carnes ascenderunt: et extenta est in eis cutis desuper, et spiritum non habebant. Et dixit ad me: Vaticinare ad spiritum, vaticinare fili hominis, et dices ad spiritum: Hæc dicit Dominus Deus: A quatuor ventis veni, spiritus, et insuffla super interfectos istos, et reviviscant. Et prophetavi sicut præceperat mihi: et ingressus est in ea spiritus,

211. Segunda parte desde el v. 15. Y vino á mí la palabra del Señor, diciendo: Y tu, hijo del hombre, tómate un leño (ó una vara) y escribe en él: A Judá, y á los hijos de Israel sus compañeros:... Y júntalos el un leño con el otro, para que sean uno solo: y se harán uno en tu mano. Y cuando te hablaren los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos dirás lo que quieres significar con estas cosas? Les dirás: Esto dice el Señor Dios: He aquí yo tomare el leño de José, que está en la mano de Efrain, y las tribus de Israel que le están unidas: y las pondré juntas con el leño de Juda, y las haré un solo leño: y serán uno en su mano. Y estarán en tu mano, á vista de ellos los leños en que escribieres. Y les dirás: Esto dice el Señor Dios: He aquí yo tomaré á los hijos de Israél de en medio de las naciones, á donde fueron: y los recojeré de todas partes, y los conduciré á su tierra. Y los haré una nacion sola en la tierra en los montes de Israel, y será solo un rey que los mande á todos: y nunca mas serán dos pueblos, ni se dividirán en lo venidero en dos reinos. Ni se contaminarán mas con sus ídolos, y con sus abominaciones, y con todas sus maldades: : y los sacaré salvos de todas las moradas en que pecaron, y los purificaré, y ellos serán mi pueblo, y yo les seré su Dios. Y mi siervo David será rey sobre ellos, y uno solo será el pastor de todos ellos: en mis juicios andarán, y guardarán, y cumplirán mis mandamientos. Y morarán sobre la tierra que dí á mi siervo Jacob, en la cual moraron

et vixerunt: steteruntque super pedes suos exercitus grandis nimis valde, et dixit ad me: fili hominis, ossa hæc universa, domus Israël est ipsi dicunt: Aruerunt ossa nostra, et periit spes nostra, et abscissi sumus. Propterea vaticinare, et dices ad eos: Hæc dicit Dominus Deus: ecce ego aperiam tumulos vestros, et educam vos de sepulchris vestris populus meus: et inducam vos in terram Israël. Et scietis quia ego Dominus, cùm aperuero sepulchra vestra, et eduxero vos de tumulis vestris, popule meus: Et dedero spiritum meum in vobis, et vixeritis, et requiescere vos faciam super humum vestram : et scietis quia ego Dominus locutus sum, et feci, ait Dominus Deus. Ezeq. xxxvii, ab 1 usque ad 14.

vuestros padres: y morarán en ella ellos, y sus hijos, y los hijos de sus hijos por siempre: y David mi siervo será príncipe de ellos perpetuamente. Y haré con ellos alianza de paz, alianza eterna tendrán ellos: y los cimentaré, y multiplicaré, y pondré mi santificacion en medio de ellos por siempre. Y estará mi tabernáculo entre ellos y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y sabrán las gentes que yo soy el Señor el santificador de Israel, cuando estuviere mi santificacion en medio de ellos perpetuamente*.

* Et factus est sermo Domini ad me, dicens; Et tu fili hominis, sume tibi lignum unum: (seu virgam) et scribe super illud: Judæ, et filiis Israël sociis ejus : ... Et adjunge illa, unum ad alterum tibi in lignum unum et erunt in unionem in manu tua. Cùm autem dixerint ad te filii populi tui, loquentes: Nonne indicas nobis quid in his tibi velis? Loquêris ad eos: Hæc dicit Dominus Deus: Ecce ego assumam lignum Joseph, quod est in manu Ephraïm, et tribus Israël quæ sunt ei adjunctæ : et dabo eas pariter cum ligno Juda, et faciam eas in lignum unum: et erunt unum in manu ejus. Erunt autem ligna, super quæ scripseris in manu tua, in oculis eorum. Et dices ad eos: Hæc dicit Dominus Deus: Ecce ego assumam filios Israël de medio nationum, ad quas abierunt: et congregabo eos undique, et adducam eos ad humum suam. Et faciam eos in gentem unam in terra in montibus Israël, et rex unus erit omnibus imperans: et non erunt ultra duæ gentes, nec dividentur ampliùs in duo regna. Neque polluentur ultra in idolis suis, et abominationibus suis, ct cunctis iniquitatibus suis et salvos eos faciam de universis sedibus, in quibus peccaverunt, et mundabo eos: et erunt mihi populus, et ego ero eis Deus. Et servus meus David rex super eos, et pastor unus erit omnium eorum in judiciis meis ambulabunt, et mandata mea custodient, et facient ea. Et habitabunt super terram, quam dedi servo meo Jacob, in qua habitaberunt patres vestri: et habitabunt super eam ipsi, et filii eorum, et filii filiorum eorum usque in sempiternum: et David servus meus princeps eorum in perpetuum. Et percutiam illis fœdus pacis, pactum sempiternum erit eis: et fundabo eos, et multiplicabo, et dabo sanctificationem meam in medio eorum in perpetuum. Et erit tabernaculum meum in eis: et ero eis Deus, et ipsi erunt mihi populus. Et scient gentes quia ego Dominus sanctificator Israël, cùm fuerit sanctificatio mea in medio eorum in perpetuum. — Ezeq. xxxvii, à 15 ùsque ad 28.

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LO QUE SE HALLA SOBRE ESTO EN LOS INTERPRETES.

PARRAFO I.

212. Habeis leido, señor mio, toda esta célebre profecia : : y aunque debo pensar que la habeis leido con grande atencion, y con no menor admiracion, yo os suplico que volvais á leerla, no digo solamente dos ó tres veces, sino doscientas 6 trescientas. Estoy cierto, que mientras mas la leyereis, hallareis mas que entender, y entendereis mejor. Esta es una de aquellas muchas profecías, verdaderamente terribles y admirables, en que el Espiritu Santo se esplica de un modo tan señoril, tan decisivo, tan claro, tan circunstanciado, que nada queda que hacer al ingenio humano. Todos los esfuerzos que este hiciere en contra, no servirán para otra cosa, que para dar á conocer su pequeñez é insuficiencia. En cuantos autores he podido ver sobre este punto, hallo manifiestas señales de embarazo y temor, que no les es posible disimular del todo, por mas que lo pretenden. Empiezan á engolfarse al principio con gran suavidad, como que el mar está quieto, y los escollos, aunque no se ignoran, no se ven tan cerca que amenaze peligro; mas apenas han navegado algunas pocas millas: apenas han pasado algunos pocos versículos de la profecía, cuando se hallan rodeados de escollos terribles, que impiden el paso, y amenazan con un naufragio inevitable.

213. Empiezan á acomodar la profecía á los Judios en el tiempo de la cautividad de Babilonia. Estos son, dicen, los huesos secos y áridos, esparcidos por el campo y estos mismos huesos, vestidos de nérvios, de carne y de piel, á quienes se introduce de nuevo el espíritu de vida, son los mismos Judios que volvieron de Babilonia. Mas como es imposible (cuanto puede estenderse esta palabra) seguir esta acomodacion, y llevar adelante esta idea sin que perezca y se aniquile entre tantos escollos, ved lo que hacen para librarla del inminente naufragio. Paréceme que haré

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