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193. Y es de notar aquí que este santo sacerdote Esdras vino á Jerusalén, enviado de Artajérjes, sesenta años poco mas o menos despues de Ciro; y por consiguiente, despues de la época célebre de la vuelta de Babilonia. Conque todo este largo espacio de tiempo habian buscado admirablemente á Dios, quebrantado sus leyes mas sagradas los hijos de Israél (siendo así que de ellos dice Oseas): volverán los hijos de Israel, y buscarán al Señor su Dios. Nada digo de la observancia del sábado, que apenas habia quien respetase este dia tan sagrado, como lo lloró y procuró remediar Nehemías, enviado del mismo Artajérjes, trece años despues de Esdras: en aquel dia, dice el mismo Nehemias, vi en Judá que pisaban lagares en sábado, que accarreaban haces, y cargaban sobre asnos vino, y uvas, é higos, y toda carga, y lo entraban en Jerusalén en dia de sábado, &c.*

194. En tercer lugar: ¿cuál sería aquel su rey David que buscaron los hijos de Israél cuando volvieron de Babilonia? Buscarán al Señor su Dios, y á David su rey. ¿Sería acaso Zorobabel hijo de David que volvió con ellos? Sí, este sería, ni hay otro rey David á quien poder recurrir en aquellos tiempos. Mas para qué buscar á quien tenian consigo? ¿Acaso para sentarlo en el trono de su padre ? ¿ Para ponerle el cetro en la mano y la corona en la cabeza? Para honrarlo y obedecerlo como legítimo soberano? ¡O cuan lejos estaban en aquel tiempo, así los Judios como el mismo Zorobabél, de semejantes pensamientos! Y las palabras que se siguen y se acercarán con temor al Señor, y á sus bienes como se verificaron en la vitæ à populis terrarum, et abominationibus eorum... Tulerunt enim de filiabus eorum sibi et filiis suis... manus etiam principum et magistratuum fuit in transgressione hâc primâ. Cùmque audissem sermonem istum, scidi palium meum et tunicam et evelli capillos capitis mei et barbæ, et sedi morens, &c.-1 Esd. ix, 1, 2, 3.

* Vidi in Juda calcantes torcularia in sabbato, portantes acervos, et onerantes super asinos vinum, et uvas, et ficus, et omne onus, et inferentes in Jerusalem die sabbati, &c.-2 Esd. xiii, 15.

vuelta de Babilonia? Y (estas otras) en el fin de los dias, que son como la llave de toda la profecía, ¿ donde se colocan, ni qué uso pueden tener en aquellos tiempos? Todas estas cosas son sin duda demasiado grandes, duras, é inflexibles; ni basta la fuerza, ni tampoco el ingenio hacerlas ceder.

para

195. Volvámos aora á Isaías, á quien dejamos un momento para entenderlo mejor en Oséas. No habiendo, pues, tal repudio de Sión, ni tal venta de sus hijos (prosigue hablando el Mesías), la razon por qué he usado con vosotros, y con vuestra madre de tanto rigor y severidad, ha sido la muchedumbre y gravedad de vuestros delitos: ved que por vuestras maldades habeis sido vendidos, y por vuestros pecados he repudiado á vuestra madre. Entre estos delitos, con ser tantos y tan graves, no nombra otro en particular, sino el mal recibimiento que le hicieron en su venida Porque vine, y no habia hombre: llamé, y no habia quien oyese. Otra señal clara de los tiempos de que aquí se habla: hecha esta declaracion de no haber repudiado á la madre, ni vendido á los hijos, prosigue inmediatamente la consolatoria diciéndoles: Por ventura se ha acortado, y achicado mi mano, que no pueda redimir? ¿ó no hay poder en mí para libraros? Y para que vean que lo puede hacer, y que lo hará infaliblemente como lo tiene prometido, les acuerda en pocas palabras, así lo que hizo cuando los sacó de Egipto, como lo que está anunciado en las Escrituras para los tiempos de su segunda venida. Ved que á mi amenaza haré desierto el mar, y pondré en seco los rios: se pudrirán los peces sin agua, y morirán en seco. Vestiré los cielos de tinieblas, y les pondré un saco por cubierta*.

196. Visto, pues, y examinado este primer instrumento, la conclusion sea, que lejos de probar algo contra Sión,

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Ecce in increpatione mea desertum faciam mare, ponam flumina in siccum computrescent pisces sinè aqua, et morientur in siti. Induam coelos tenebris, et saccum ponam operimentum eorum. Isai. 1, 2, 3.

antes prueba á su favor. Prueba que es una esposa penitenciada de Dios, no repudiada: pues cuando el Señor la arrojó de sí aunque con ira, y con grande indignacion, no le dió libélo de repudio: por consiguiente no cedió de su derecho, ni disolvió el matrimonio. Búsquese este libélo en todos los archivos públicos y dignos de fe, que son todos los libros sagrados, y no se hallará otro, que aquel solo de que acabamos de hablar, registrado en el capítulo iii de Oséas.

Muchos dias me aguardarás: no fornicarás, ni te desposarás con otro y tambien yo te aguardaré á tí.

197. Cuya verdadera inteligencia es la que le da al mismo profeta diciendo: Porque muchos dias estarán los hijos de Israel sin rey, y sin príncipe, y sin sacrificio, y sin altar, y sin terafines: Y despues de esto volverán los hijos de Israel y buscarán al Señor su Dios, y á David su rey: y se acercarán con temor al Señor, y á sus bienes en el fin de los dias.

SE EXAMINA EN BREVE EL SEGUNDO INSTRUMENTO.

198. Para conocer la insuficiencia y nulidad de este instrumento basta leer el capítulo iii de Jeremías, á donde nos remiten. En él hallámos todo lo contrario de lo que se pretende: y hallámos fuera de esto, que todo este capítulo es una confirmacion de lo que hemos dicho hasta aquí sobre los Judios, y tambien de lo que todavia nos queda que decir.

199. Se dice comunmente (empieza el Señor hablando con la casa de Judá, y tratándola de esposa suya, aunque infiel y adúltera): Se dice comunmente: si un marido repudiare á su muger, y separándose ella de él, tomáre otro marido: ¿acaso volverá mas aquel á ella? ¿ acaso no será aquella muger amancillada, y contaminada? mas tú has fornicado con muchos amadores: esto no obstante vuelvete á mí... y yo te recibiré*.

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Vulgò dicitur: Si dimiserit vir uxorem suam, et recedens ab eo, duxerit virum alterum numquid revertetur ad eam ultrà ?

200. Por estas primeras palabras se empieza ya á conocer, cuan ageno estaba el Señor de repudiar á Sión, pues en medio de sus adulterios, con que estaba tan contaminada, la llama, la exorta, la ruega que se vuelva á el, prometiéndola de recibirla, y olvidarse de todo esto no obstante vuelvete á mí....... y yo te recibiré. En toda esta exortacion, que sigue haciendo el Señor á la casa de Judá se ve lo que deseaba su penitencia y enmienda, para no verse precisado á desterrarla á Babilonia.

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201. Entre las cosas que dice el Señor quejándose de la ingratitud de Judá, una es, que aun habiendo visto por sus ojos el castigo terrible que acababa de dar á su hermana mayor (esto es, á la casa de Israél compuesta de diez tribus) á quien habia desterrado á la Asiria y Media, dándole libélo de repudio: con todo eso no habia escarmentado, ni entrado en temor; antes parece, que esto mismo le habia servido de mayor incentivo para soltar la rienda á sus escesos, y multiplicar sus adulterios. Y vió la prevaricadora Judá su hermana, que porque habia adulterado la rebelde Israel, la habia yo desechado, y dado libélo de repudio; y no tuvo temor la prevaricadora, Judá su hermana, mas se fué, y ella tambien fornicó... y adulteró con la piedra y con el leño*. ¿Quién pensára que estas palabras se trajesen á consideracion, y que con ellas se intentase probar que Sión es una esposa repudiada? ¿Con qué justicia? ¿Con qué razon? ¿Con qué apariencia? ¿Acaso por aquellas palabras, la habia yo desechado, y dado libélo de repudio? Mas esto; de quién se dice? De qué tiempo se habla, y en qué sentido?

202. Cualquiera que lea este testo seguidamente cono¿ numquid non polluta, et contaminata erit mulier illa? tu autem fornicata es cum amatoribus multis: tamen revertere ad me.....et ego suscipiam te.-Jerem. iii, 1.

Et vidit prævaricatrix soror ejus Juda, quia pro eo, quòd mœchata esset aversatrix Israël, dimisissem eam, et dedissem ei libellum repudii et non timuit, prævaricatrix Juda soror ejus, sed abiit, et fornicata est etiam ipsa... et moechata est cum lapide, et ligno, &c.— Jerem. iii, 7, 8, 9.

cerá al punto, lo primero: que no se habla de los tiempos posteriores al Mesías, sino muy anteriores aun á la cautividad de Babilonia; pues Jeremías empezó á profetizar en tiempos de Josías: esto es, mas de seiscientos años antes del Mesías, y aquí habla de la idolatria de Judá, que sucedia en su tiempo. Lo segundo: que se habla del libélo de repudio dado á la casa de Israél adúltera y juntamente cismática, que se habia separado de su hermana la casa de Judá, donde estaba Sión, ó la córte y centro de unidad de la verdadera religion. Lo tercero y principal: que se habla de la casa de Israél, no considerada como Iglesia de Dios (pues antes se habia salido de la iglesia) sino considerada solamente como reino y como cosa diversa de la casa y reino de Judá. Estos dos reinos ó estas dos casas se llaman en la Escritura dos hermanas, esposas de Dios: una mayor porque comprendia diez tribus, otra menor porque comprendia solas dos: á la primera se le da el nombre de Oolla: á la segunda de Ooliba, mas esto no se dice porque Dios tuviese en aquel tiempo dos esposas ó dos iglesias diversas, sino porque las dos hermanas, ambas reinas independientes en cuanto al reino terreno, debian componer una reina, una iglesia, una esposa del verdadero Dios. Y no obstante, la mayor se habia separado de la menor (dejándola la menor con su separacion) y esto no solamente en cuanto al reino terreno, sino tambien en cuanto á la religion, separándose (por pura política mundana, que es la verdadera peste del mundo) separándose, digo, al mismo tiempo, de su Dios, de sus leyes, de su culto, de su fe, de su esperanza y de sus obligaciones.

203. Pues á esta hermana mayor, cismática, adúltera y prostituta de profesion, dice el Señor, que al fin la arrojó de sí, y le dió libélo de repudio: mas no dice esto de la hermana menor, de la casa de Judá, de Sión, donde estaba y debia estár por institucion suya, la esposa propiamente dicha esto es, lo activo de la religion, ó la córte y centro de la verdadera Iglesia de Dios. A esta la desterró tumbien à Babilonia despues de algunos años; mas no le dió

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