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150. Pasa luego inmediatamente á referir el consuelo que le da su Padre en medio de tantas aflicciones; prometiéndole en lugar de Israél que se perdia por su incredulidad, otro pueblo mayor y mejor; el cual se debia sacar de entre las naciones de la tierra. Dios me dice, añade el Mesías, poco es que seas mi siervo solamente, ó mi enviado para despertar 6 llamar las tribus de Jacob, y convertir las heces de Israél; en falta de estos, serás aora la luz de las gentes, y llevarás mi salud hasta los estremos de la tierra*: Estas últimas palabras, para los Judios las mas terribles, les trajo á la memoria el apostol S. Pablo, cuando desesperanzado de su conversion, en que tanto habia trabajado, se despidió de ellos, diciéndoles: A vosotros convenia que se hablase primero la palabra de Dios: mas porque la desechais, y os juzgais indignos de la vida eterna, desde este punto nos volverémos á los Gentiles. Porque el Señor así nos lo mandó: Yo te he puesto para lumbre de las gentes, para que seas en salud hasta el cabo de la tierrat. Y en otra parte, capítulo último, v. 28. Pues os hago saber á vosotros que á los Gentiles es enviada esta salud de Dios, y ellos oiránt. En consecuencia de esto, prosigue el Mesías anunciando los efectos admirables de la vocacion de las gentes, y el fruto copioso que se recogeria de entre ellas; los reyes y príncipes que reconocerian al verdadero Dios, y le adorarian ; y la multitud de pueblos, naciones y lenguas, que vendrian de las cuatro plagas de la tierra, á la unidad de una Iglesia, de un culto, y de una religion: Los reyes verán, y se levantarán

Et dixit: Parum est ut sis mihi servus ad suscitandas tribus Jacob, et fæces Israël convertendas. Ecce dedi te in lucem gentium, ut sis salus mea usque ad extremum terræ.- Isai. xlix, 6.

+ Vobis oportebat primùm loqui verbum Dei: sed quoniam repellitis illud, et indignos vos judicatis æternæ vitæ, ecce convertimur ad gentes. Sic enim præcepit nobis Dominus: Posui te in lucem gentium, ut sis in salutem usque ad extremum terræ. - Act. xiii, 46, et 47.

Notum ergo sit vobis, quoniam gentibus missum est hoc salutare Dei, et ipsi audient. Id. xxviii, 28.

los príncipes, y adorarán por el Señor, porque es fiel, y por el Santo de Israel, que te escogió. He aquí como unos vendrán de lejos, y otros del Aquilón, y del mar, y aquellos de la tierra del mediodia*.

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151. En este tiempo, pues, y en estas circunstancias en que se mira como presente, y en que se supone ya propagada la fe, y establecida entre las gentes la Iglesia de Dios: : en este tiempo en que se mira, generalmente hablando, todo el cuerpo de la nacion israelítica, como no congregado á la voz de su Mesías; y por consiguiente como no suyo, ni digno de sí; mas Israél no se congregará : en este tiempo, vuelvo á decir, es cuando llora y se lamenta Sión, ó el Espíritu de Dios en persona suya: con gemidos inesplicables+, de que su Mesías mismo la ha abandonado y olvidado del todo, pasándose enteramente á las gentes: Y dijo Sión: Me ha desamparado el Señor, y el Señor se ha olvidado de mí.

152. Siendo esto así, como lo es, con toda la certeza que cabe en el asunto, ¿á qué viene en este tiempo, de que se va hablando, en que se supone venido el Mesías, arrojada Sión, llamadas las gentes, predicado el evangelio en las cuatro plagas del orbe, &c., á qué propósito viene en este tiempo el llanto de los cautivos de Babilonia, ni la consolacion que se les da, de que Sión, la ciudad ó fortaleza de David, será materialmente edificada de nuevo, y los Caldeos castigados? Y todas las otras cosas, que se le dicen á la misma Sión que llora y se lamenta, ¿por qué no se acomodan tambien á los cautivos de Babilonia, y á la vuelta de esta cautividad? ¿ Acaso porque esta es una empresa imposible? Si, amigo, porque es una empresa imposible. Si fuese de algun modo posible, no se dejara tan presto aquel tiempo, aquella cautividad, aquella Sión; no se diera un salto tan repentino y tan prodigioso, desde

Reges videbunt, et consurgent principes, et adorabunt propter Dominum, quia fidelis est, et sanctum Israël qui elegit te... Ecce isti de longè venient, et ecce illi ab Aquilone et mari, et isti de terra australi, &c.-Isai. xlix, 7 et 12.

+ Gemitibus inenarrabilibus.

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- Ad Rom. viii, 26.

lo material, hasta lo espiritual; desde aquellos tiempos hasta estos nuestros; desde aquella Sión hasta otra Sión, á quien se le da este nombre graciosamente, la cual ni habla en la profecía ni se habla con ella. Bien facil cosa es, acomodar á un párvulo de dos ó tres años, una pequeña parte de vestido, que se hizo para un hombre de madura edad, y de estatura mas que mediana; mas el acomodarlo todo justamente, sin artificio ni violencia, esto es, sin cortar ni plegar, parece algo mas que dificil, y esta misma dificultad es la prueba mas convincente, de que aquel vestido realmente no se hizo para el párvulo. La semejanza es de bien facil aplicacion.

153. Fuera de esto, sería bueno examinar aquí con la mayor formalidad posible, hasta saberlo de cierto, si nos es lícito, si se ha dejado en nuestras manos, y á nuestra libre disposicion, el cortar, el dividir, el despedazar como nos pareciere, la divina Escritura. Si somos dueños absolutos de dividir en varias piezas una misma profecía, y disponer de estas piezas, segun nos pareciere mejor, dando unas piezas á un tiempo, y otras á otros unas á los tiempos de la mas remota antigüedad; otras (y las mejores que se hallan) á los tiempos en que vivimos; unas como de limosna á los míseros Judios, y estas absolutamente inservibles; y todas las demas á las gentes, que son las que hacen esta reparticion. Digo que seria bueno saber esto de cierto, porque a mí me parece cosa durísima, y algunas veces intolerable; y no obstante lo veo practicado así, con suma frecuencia en los doctores.

154. Si la queja de Sion (volviendo á mi proposicion) si toda la causa de su lamento no es otra, segun todo el contesto de la profecía, sino que Dios la ha desamparado, y su Mesías se ha olvidado de ella, pasándose enteramente á las gentes, ¿qué consuelo es decirle, que será edificada materialmente, ó que ya lo fué en otros tiempos, ó los Caldeos castigados? Cuando estos son unos sucesos tan pasados, tan poco dignos de consideracion, tan fuera de propósito, tan ajenos de los tiempos de que se habla, ¿qué consuelo es decirle y prometerle tantas otras cosas, si al

fin estas cosas no son para ella, como pretenden los doctores, sino para otra nueva dilecta, por quien ella ha sido dejada y olvidada?

155. El caso es, amigo mio, (y esousad la libertad con que tal vez me es necesario hablar) el caso es, lo primero, que los Cristianos tienen aora delante de sus ojos á los pérfidos Judios, que este es su ordinario sobrenombre: ven su estado presente de vileza, de abatimiento y de miseria estrema: ven su dureza, su obstinacion, su ceguedad y su ignorancia actual: y les parece imposible que puedan verificarse en ellos unas promesas de tanta dignidad. ¡Como si el que promete no fuese aquel mismo Dios (de quien se dice): Fiel es el Señor en todas sus palabras, y santo en todas sus obras*! Como si el que pudo de estas piedras levantar hijos á Abrahán†, no pudiese ya hacer otro milagro semejante, y mucho mas facil, haciéndose hijos verdaderos de Abrahán, á los que ya lo eran segun la carne! ¡Como si el que anuncia y promete cosas tan grandes á las reliquias de Israél, no fuese aquel mismo Espíritu de verdad, que anunció y amenazó, con términos igualmente claros y espresivos, el estado miserable en que ha visto y ve todo el mundo á todo Israél! El caso es, lo segundo (y esta parece la principal causa, y el verdadero motivo) iba á decir... mas temo sacar á luz una verdad, y revelar un secreto antes de tiempo. Me esplicaré plenamente en todo el fenómeno siguiente, cuyo titulo debe ser :

LA IGLESIA CRISTIANA.

SE CONSIDERA MAS EN PARTICULAR Y MAS DE CERCA LA PROFECIA DE ISAIAS.

PARRAFO IV.

156. Hasta aquí hemos atendido solamente á las circunstancias de esta profecía: es á saber, ¿con quien habla, en

• Fidelis Dominus in omnibus verbis suis: et sanctus in omnibus operibus suis. — Ps. cxliv, 13.

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+ De lapidibus istis suscitare filios Abrahæ.-Luc. iii, 8.

qué ocasion, y para qué tiempo? Hemos concluido, al parecer con evidencia, lo primero que se habla con Sión, antigua esposa de Dios, y que á ella sola se dirijen, no una ni cuatro, sino todas las palabras consolatorias, y todas las promesas que contiene la profecía. Lo segundo que se habla con esta antigua esposa de Dios, no en otro estado, sino en el estado de soledad, de viudez, de abandono, en que quedó despues del Mesías, y despues que otra esposa nueva ocupó su puesto. Lo tercero: que no habiéndose verificado jamás en la Sión con quien se habla, cosa alguna de cuantas se le dicen y prometen, deberémos esperar otro tiempo, en que todas se verifiquen la mano del Señor no se ha encogido para no poder salvar.

157. Esto supuesto, veamos aora brevemente las cosas mismas que se dicen y prometen á esta antigua esposa de Dios. Ellas son tan grandes, que por eso mismo se ha pensado que no pueden hablar con ella. Sin esto no hubiera habido quien se las disputase; puesto que las primeras palabras con que empieza el Señor su consolatoria, son tan amorosas, tan tiernas, tan espresivas, que ellas solas muestran claramente, que debe haber alguna grande y estraña novedad; así de parte de Síon, que llora su soledad y desamparo, como de parte del Mesías, que atiende á su llanto, y se pone de propósito á consolarla. "¿Puede acaso una madre (empieza diciendo) olvidarse de su tierno infante? ¿Puede mirar con indiferencia el dolor y afliccion del fruto de su vientre? Pues mas fácil es esto, que no que yo me olvide de tí." Despues de este primer requiebro sumamente espresivo, para que no piense que son únicamente buenas palabras, pasa luego á decirle toda la gloria y honra que le tiene preparada. Y en primer lugar le habla de su próxima reedificacion siguiendo siempre la metáfora de la ciudad de David: es decir, le habla de su renovacion, de su asuncion, de su remedio pleno, cuyo diseño ó cuyo plan, dice que lo tiene como grabado en sus propias manos*.

* Ecce in manibus meis descripsi te.

Isai. xlix, 16.

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