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compraban en el templo, y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 16 Y no consentía que alguien llevase vaso por el templo.

17 Y los enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi casa, casa de oración será llamada por todas las gentes? mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

18 Y lo oyeron los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y procuraban cómo le matarian; porque le tenían miedo por cuanto todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina. 19 Mas como fué tarde, Jesús salió de la ciudad. 20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.

21 Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado. 22 Y respondiendo Jesús les dice: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.

24 Por tanto os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

25 Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno; para que vuestro Padre que está. en los cielos, os perdone también á vosotros vuestras ofensas.

26 Porque si vosotros no perdonareis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos cs perdonará vuestras ofensas.

27 Y volvieron á Jerusalem; y andando él por el templo, vienen á él los príncipes de los sacerdotes y los escribas y los ancianos;

28 Y le dicen: ¿Con qué facultad haces estas cosas? ¿y quién te ha dado esta facultad para hacer estas cosas?

29 Y Jesús, respondiendo entonces, les dice: Os preguntaré también yo una palabra; y respondedme, y os diré con qué facultad hago estas cosas.

30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, ó de los hombres? Respondedme.

31 Entonces ellos pensaron dentro de sí, diciendo: Si dijéremos: Del cielo, dirá: ¿Por qué pues, no le creisteis?

32 Y si dijéremos: De los hombres, tememos al pueblo: porque todos juzgaban de Juan, que verdaderamente era profeta.

33 Y respondiendo, dicen á Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Je.

sús, les dice: Tampoco yo os diré con qué facultad hago estas cosas.

también á ellos el postre ro, diciendo: Tendrán en reverencia á mi hijo.

7 Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra.

8 Y prendiéndole, le mataron, y echaron fuera de la viña.

CAPÍTULO 12. Parábola de la viña plantada y arrendada. Convence Jesús á los Fariseos y Saduceos, redarguyendo á los unos sobre pagar el tributo al César, y á los otros sobre la resurrec9 ¿Qué, pues, hará el seción de los muertos. Cris-ñor de la viña? Vendrá, y to, Señor de David. So- destruirá á estos labradoberbia de los escribas.res, y dará su viña á otros. 10 Ni aún esta escritura Ofrenda tenue de la viuda, preferida á todas las grandes oblaciones de les ricos.

Y COMENZÓ á hablarles

por parábolas: Plantó un hombre una viña, y la cercó con seto, y cavó un lagar, y edificó una torre, y la arrendó á labradores, y se marchó lejos.

2 Y envió un siervo á los labradores, al tiempo, para que tomase de los labradores del fruto de la viña; 3 Mas ellos, tomándole le hirieron, y le enviaron vacío.

4 Y volvió á enviarles otro siervo: mas apedreándole, le hirieron en la cabeza, y volvieron á enviarle afrentado.

5 Y volvió á enviar otro, y á aquél mataron; y á otros muchos, hiriendo á unos y matando á otros.

6 Teniendo, pues, aún un hijo suyo amado, enviólo

habéis leído: La piedra que desecharon los que edificaban, ésta es puesta por cabeza de esquina;

11 Por el Señor es hecho esto, y es cosa maravillosa en nuestros ojos?

12 Y procuraban prenderle, porque entendían que decía á ellos aquella parábola; mas temían á la multitud; y dejándole, se fueron.

13 Y envían á él algunos de los Fariseos y de los Herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.

14 Y viniendo ellos, le dicen: Maestro, sabemos que eres hombre de verdad, y que no te cuidas de nadie, porque no miras á la apariencia de hombres; antes con verdad enseñas el camino de Dios: ¿Es lícito dar tributo á César, ó no? ¿Daremos, ó no da remos?

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erráis por eso, porque no sabéis las Escrituras, ni la potencia de Dios?

25 Porque cuando resucitarán de los muertos, ni se casarán, ni serán dados en casamiento, mas son como los ángeles que están en los cielos.

26 Y de que los muertos hayan de resucitar, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, cómo le habló Dios en la zarza diciendo: Yu soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios

18 Entonces vienen á él los Saduceos, que dicende Jacob?

que no hay resurrección, 27 No es Dios de muery le preguntaron, diciendo: tos, mas Dios de vivos: así 19 Maestro, Moisés nos que vosotros mucho erráis. escribió, que si el hermano 28 Y llegándose uno de de alguno muriese, y deja-los escribas, que los había se mujer, y no dejase hijos, oído disputar, y sabía que que su hermano tome su les había respondido bien, mujer, y levante linaje ále preguntó: ¿Cuál es el su hermano. primer mandamiento de

20 Fueron siete herma-todos? nos; y el primero tomó mujer; y muriendo, no dejó simiente.

29 Y Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, el

21 Y la tomó el segundo, y murió; y ni aquél tam-Señor uno es. poco dejó simiente: y el ter

30 Amarás pues, al Señor

cero de la misma manera.tu Dios de todo tu cora22 Y la tomaron los siete; zón, y de toda tu alma, y y tampoco dejaron simien- de toda tu mente, y de tote: á la postre murió tam-das tus fuerzas; este es el bién la mujer. principal mandamiento.

23 En la resurrección 31 Y el segundo es semepues, cuando resucitaren, jante á él: Amarás á tu ¿de cuál de ellos será mu- prójimo como á ti mismo. jer? porque los siete la tu- No hay otro mandamienvieron por mujer. to mayor que éstos.

24 Entonces respondiendo Jesús, les dice: No

32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, ver

dad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él:

de las viudas y por pre texto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor juicio.

41 Y estando sentado Je

33 Y que amarle de todo corazón, y de todo entendimiento, y de toda el al-sús delante del arca de la

ma, y de todas las fuer-
zas; y amar al prójimo
como á sí mismo, más es
que todos los holocaustosechaban mucho.
y sacrificios.

ofrenda, miraba cómo el
pueblo echaba dinero en
el arca y muchos ricos

34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dice: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.

35 Yespondiendo Jesús decía, enseñando en el templo: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es Hijo de David?

36 Porque el mismo David dijo por Espíritu Santo: Dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra, hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies. 37 Luego llamándole el mismo David, Señor, ¿de dónde pues es su Hijo? Y los que eran del común del pueblo le oían de buena gana.

38 Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que quieren andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas,

39 Y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;

40 Que devoran las casas

42 Y como vino una viuda pobre, echó dos blancas, que son un maravedí.

43 Entonces llamando á sus discípulos, les dice: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca,

44 Porque todos han echado de lo que les sobra; mis ésta de su pobreza,.echó todo lo que tenía, todo su alimento.

CAPÍTULO 13. Profecias de la destrucción de Jerusalem, y de la segunda venida de Jesús, con las señales que precederán.

Y

SALIENDO del templo, le dice uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.

2 Y Jesús respondiendo le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.

3 Y sentándose en el inonte de los Olivos delante del templo, le pre

guntaron aparte Pedro y
Jacobo y Juan y Andrés:
4 Dinos: ¿cuándo serán
estas cosas? ¿Y qué señal
habrá cuando todas estas
cosas han de cumplirse?
5 Y Jesús respondiéndo-
les, comenzó á decir: Mirad
que nadie os engañe,

12 Y entregará á la mue. te el hermano al hermane, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos centra los padres, y los matarán.

13 Y seréis aborrecidos de todos por mi nombre: mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.

6 Porque vendrán muchos 14 Empero cuando viereis en mi nombre, diciendo: la abominación de asolaYo soy el Cristo; y engaña-miento, que fué dicha por rán á muchos. el profeta Daniel, que esta

7 Mas cuando oyereis gue- rá donde no debe, (el que rras y rumores de gue-lee, entienda,) entonces los rras, no os turbéis, porque que estén en Judea huyan conviene hacerse asi; mas á los montes: aún no será el fin.

15 Y el que esté sobre el 8 Porque se levantará na- terrado, no descienda à la ción contra nación, y reino casa, ni entre para tomar contra reino; y habrá te-algo de su casa: rremotos en muchos lugares; y habrá hambres y alborotos: principios de dolores serán éstos.

9 Mas vosotros mirad por vosotros: porque os entregarán en los concilios, y en sinagogas seréis azota dos; y delante de presidentes y de reyes seréis llamados por causa de mí en testimonio á ellos.

10 Y á todas las gentes conviene que el Evangelio sea predicado antes.

11 Y cuando os trajeren para entregaros, no premeditéis qué habéis de decir, ni lo penséis: mas lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espiritu Santo,

16 Y el que estuviere en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa.

17 Mas ¡ay de las preñadas, y de las que criaren en aquellos días!

18 Orad pues, que no acontezca vuestra huida en invierno.

19 Porque aquellos días serán de aflicción, cual nunca fué desde el principio de la creación que crió Dios, hasta este tiempo, ni será.

20 Y si el Señor no hubiere, abreviado aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos que él escogió, abrevió aquellos días.

21 Y entonces si alguno os dijere; He aquí, aquí

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