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4 Y venida la mañana, Je-13 Viene, pues, Jesús, y sús se puso á la ribera: mas toma el pan, y dales; y los discípulos no entendie- asimismo del pez. ron que era Jesús.

5 Y dijoles: Mozos, ¿te

14 Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestó

n'is algo de comer? Res-á sus discípulos, habiendo poudiéronle: No.

resucitado de los muertos. 15 Y cuando hubieron comido, Jesús dijo á Si

6 Y él les dice: Echad la red á la mano derecha del barco, y hallaréis. Enton-món Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Dicele: Sí, Sñor: tú sabes que te a no. Dícele: Apacienta mis corderos.

ces echaron, y no la podían en ninguna manera sacar, por la multitud de los pe

ces.

7 Entonces aquel discípulo, al cual amaba Jesús, dijo á Pedro: El Señor es. Y Simón Pedro, como oyó que era el Señor, ciñóse la ropa, porque estaba desnudo, y echóse á la mar. 8 Y los otros discípulos vinieron con el barco, (porque no estaban lejos de tierra sino como doscientos codos,) trayendo la red de peces.

9 Y como descendieron á tierra, vieron ascuas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.

10 Diceles Jesús: Traed de los peces que cogisteis ahora.

11 Subió Simón Pedro, y trajo la red á tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres: y siendo tantos, la red no se rompió.

12 Diceles Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos osaba preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor.

16 Vuélvele á decir la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Respóndele: Si, Señor: tú sabes que te amo. Dicele: Apacienta mis ovejas.

17 Dicele la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Entristecióse Pedro de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Y dicele: Señor, tú sabes todas las cosas, tú sabes que te amo. Dicele Jesús: Apacienta mis ovejas.

18 De cierto, de cierto te digo, cuando eras más mozo, te ceñías, é ibas donde querías; mas cuando ya fueres viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará donde no quieras.

19 Y esto dijo, dando á entender con qué muerte había de glorificar á Dios. Y dicho esto, dicele: Sigueme.

20 Volviéndose Pedro, ve á aquel discípulo al cual

amaba Jesús, que seguía, el que también se había recostado á su pecho en la cena, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?

21 Así que Pedro vió á éste, dice á Jesús: Señor, ¿y éste, qué?

22 Dicele Jesús: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué á ti? Sígueme tú.

23 Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discípulo no había de morir. Mas Jesús no.!

le dijo: No morirá, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué á ti?

24 Este es aquel discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas: y sabemos que su testimonio es verdadero.

25 Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen cada una por sí, ni aun en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrian de escribir. Amén.

LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES.

CAPÍTULO 1.

Promesa del Espíritu Santo. Ascensión del Señor. Elección de Matías para el apostolado.

EN

N el primer tratado, oh Teófilo, he hablado de todas las cosas que Jesús comenzó á hacer, y á enseñar,

2 Hasta el día en que, habiendo dado mandamientos por el Espíritu Santo á los apóstoles que escogió, fué recibido arriba.

pruebas indubitables, apareciéndoles por cuarenta días, y hablándoles del reino de Dios.

4 Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalem, sino que esperasen la promesa del Padre, que oísteis, dijo, de mí.

5 Porque Juan á la verdad bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de éstos.

3 A los cuales, después 6 Entonces los que se hade haber padecido, se pre-bían juntado le preguntasentó vivo con muchas ron, diciendo: Señor, ¿res

tituirás el reino á Israel en este tiempo?

7 Y les dijo: No toca á vosotros saber los tiempos ó las sazones que el Padre puso en su sola potestad: 8 Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y me seréis testigos en Jerusalem. y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.

9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fué, alzado; y una nube le recibió, y le quitó de sus ojos. 10 Y estando con los ojos puestos en el cielo entre tanto que él iba, he aquí dos varones se pusieron junto á ellos, en vestidos blancos;

11 Los cuales también les dijeron: Varones Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

12 Entonces se volvieron á Jerusalem del monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalem camino de un Sábado.

raban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre dé Jesús, y con sus hermanos. 15 Y en aquellos días Pedro, levantándose en medio de los hermanos, dijo (y era la compañía junta como de ciento y veinte en número:

16 Var nes hermanos, convino que se cumpliese la Escritura, la cual dijo antes el Espíritu Santo por la boca de David, de Judas. que fué guía de los que prendieron á Jesús.

17 El cual era contado con nosotros, y tenía suerte en este ministerio.

18 Este pues. adquirió un campo del salario de su iniquidad. y colgandose, reventó por medio, y todas sus entrañas se derra

maron.

19 Y fué notorio á todos los moradores de Jerusalem; de tal manera que aquel campo es llamado en su propia lengua, Acéldama, que es, Campo de sangre.

20 Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, y no haya quien more en ella. Tome otro su obispado.

13 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pelro, y Jacobo, y Juan, y Andrés, Felipe, 21 Conviene, pues, que de y Tomás, Bartolomé, y estos hombres que han esMateo, Jacobo hijo de Al-tado juntos con nosotros feo, y Simón Zelotes, y todo el tiempo que el SeJudas hermano de Jacobo.ñor Jesús entró y salió en14 Todos éstos perseve-tre nosotros,

22 Comenzando desde el 4 Y fueron todos llenos bautismo de Juan, hasta el de Espíritu Santo, y codía que fué recibido arri-menzaron á hablar en otras ba de entre nosotros, uno lenguas, como el Espíritu sea hecho testigo con nos-les daba que hablasen. otros de su resurrección. 5 Moraban entonces en 23 Y señalaron á dos: á Jerusalem Judíos, varones José, llamado Barsabás, religiosos, de todas las naque tenía por sobre nombre ciones debajo del cielo. Justo, y á Matias. 6 Y hecho este estruendo, juntóse la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar su propia lengua.

24 Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál escoges de estos dos, 25 Para que tome el oficio de este ministerio. y del apostolado, del cual cayó Judas por transgresión, para irse á su lugar.

26 Y les echaron suertes, y cayó la suerte sobre Matías; y fué contado con los once apóstoles.

CAPÍTULO 2.

Venida del Espíritu Santo. Primer sermón de Pedro, y su fruto. Vida de los primeros fieles.

7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo. He aquí, ¿no son Galileos todos éstos que hablan?

8 ¿Cómo, pues, les oimos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en que somos nacidos?

9 Partos, y Medos, y Elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea; y en Capadocia, en el Ponto, y en Asia;

10 En Phrygia y en Pamphylis, en Egipto y en las partes de Africa que está de la otra parte de CireY COMO se cumplieronne; y Romanos extranjelos días de Pentecos- ros, Judios, y convertités, estaban todos unáni- dos, mes juntos:

2 Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento recio que corria, el cual hinchió toda la casa donde estaban sentados.

3 Y se les aparecieron lenguas repartidas como de fuego, que se asentó sobre Cada uno de ellos.

11 Cretenses, y Arabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciendo los unos á los otros: ¿Qué quiere ser esto?

13 Mas otros burlándose decían: Que están llenos de mosto

23 A éste, entregado por determinado consejo y pro

14 Entonces Pedro, po- |él en medio de vosotros uiéndose en pie con los on- como también vosotros sace, alzó su voz, y hablóles, béis, diciendo: Varones Judios, y todos los que habitáis en Jerusalem, esto os sea no-videncia de Dios, prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, crucificándole:

torio, y oid mis palabras: 15 Porque éstos no están borrachos, como vosotros pensáis, siendo la hora tercia del día.

24 Al cual Dios levantó. sueltos los dolores de la muerte; por cuanto era imposible ser detenido de ella.

16 Mas esto es lo que fué dicho por el profeta Joel: 17 Y será en los postreros días, (dice Dios) derrama- 25 Porque David dice d: ré de mi Espíritu sobre él: Veia al Señor siempre toda carne, y vuestros hi-delante de mi: porque está jos y vuestras hijas profe-á mi diestra, no seré contizarán; y vuestros man-movido. cebos verán visiones, y vuestros viejos soñarán sueños:

26 Por lo cual ini corazón se alegró, y gozóse mi lengua; y aun mi carne descansará en esperanza: 27 Que no dejarás mi al

18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días de-ma en el infierno, ni darás rramaré de mí Espíritu, y á tu santo que vea corrupprofetizarán. ción.

28 Hicísteme notorios los caminos de la vida; me henchirás de gozo con tu presencia.

19 Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego, y vapor de humo. 20 El sol se volverá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y mani-murió y fué sepultado, y fiesto.

21 Y será que todo aquél que invocare el nombre del Señor, será salvo.

29 Varones hermanos, se os puede libremente decir del patriarca David, que

su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 30 Empero siendo profeta, y sabiendo que con ju22 Varones Israelitas, oid ramento le había Dios juestas palabras: Jesús Na-rado, que del fruto de su zareno, varón aprobado lomo, cuanto á la carne, de Dios entre vosotros en levantaria al Cristo que se maravillas y prodigios y sentaría sobre su trono, señales, que Dios hizo por 31 Viéndolo antes, habló

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