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esorespondió; de modo que Pilato se maravillaba. 6 Empero en el día de la fiesta les soltaba un preso: cualquiera que pidiesen. 7 Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín, que habían hecho muerte en una revuelta.

8 Y viniendo la multitud, empezó á pedir hiciese como siempre les había hecho.

es à saber, al pretorio, y convocan toda la cohorte. 17 Y le visten de púrpura: y poniéndole una corona tejida de espinas,

18 Comenzaron luego & saludarle: Salve, Rey de los Judíos.

19 le herían en la cabgza con una caña y escupian en él, y le adoraban hincedas las rodillas.

20 Y cuando le hubieron escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le vistieron sus propios vesti

9 Y Pilato les respondió, diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los Ju-dos, y le sacaron para crudics? cificarle.

10 Porque conocía que por envidia le habian entregado los principes de los sacerdotes.

11 Mas los príncipes de los sacerdotes incitaron á la multitud, que les soltase antes á Barrabás.

12 Y respondiendo Pilato, les dice otra vez: ¿Qué pues queréis que haga del que llamáis Rey de los Judíos?

13 Y ellos volvieron á dar voces: Crucificale.

14 Mas Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Y ellos daban más voces: Crucificale.

15 Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó á Barrabás, y entregó á Jesús, después de azotarle, para que fue e crucificado.

16 Entonces los soldados Je llevaron dentro á la sala,

21 Y cargaron á uno que pasaba, (Simón Cireneo, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo,) para que llevase su cruz.

22 Y le llevan al lugar de Gólgotha, que declarado quiere decir: Lugar de la Calavera.

23 Y le dieron á beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó.

24 Y cuando le hubieron crucificado, repartieron sus vestidos echando suertes sobre ellos, qué llevaría cada uno.

25 Y era la hora de las tres cuando le crucificaron. 26 Y el título escrito de su causa era:, EL REY DE LOS JUDÍos.

27 Y crucificaron con él dos ladrones: uno á su derecha, y el otro à su izquierda..

28 Y se cumplió la escritura que dice: Y con los inicuos fué contado. 29 Y los que pasaban le denostaban meneando sus cabezas, y diciendo: Ah, tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo edificas,

30 Sálvate á ti mismo, y desciende de la cruz.

31 Y de esta manera también los principes de los sacerdotes escarneciendo, decían unos á otros, con los escribas: A otros salvó, á sí mismo no se puede salvar.

32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le denostaban.

33 Y cuando vino la hora de sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora de

nona.

34 Y á la hora de nona, exclamó Jesús á gran voz diciendo: Eloi, Eloi, lama sabachthani? que declara do, quiere decir: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

35 Y oyéndole uno de los que estaban allí, decían: Hé aquí, llama á Elías.

36 Y corrió uno, y empapindo una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dió á beber, diciendo: Dejad, veamos si vendrá Elías á quitarle.

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37 Mas Jesús, dando una grande voz, espiró.

38 Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de alto á bajo.

39 Y el centurión que estaba delante de él, viendo que había espirado así clamando, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.

40 Y también estaban algunas mujeres mirando de lejos; entre las cuales estaba María Magdalena, y María la madre de Jacobo el menor, y de José, y Salomé.

41 Las cuales, estando aún él en Galilea, le habían seguido, y le servian: y otras muchas que juntamente con él habían subido á Jerusalem.

42 Y cuando fué la tarde. porque era la preparación, es decir, la víspera del Sábado,

43 José de Arimathea, senador noble, que también esperaba el reino de Dios, vino, y osadamente entró á Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.

44 Y Pilato se maravilló que ya fuese muerto: y haciendo venir al centurión, preguntóle si era ya muerto.

45 Y enterado del centurión, dió el cuerpo á José. 46 El cual compró una sábana, y quitándole, le envolvió en la sábana, y le puso en un sepulcro que

estaba cavado en una peña; y revolvió una piedra á la puerta del sepulcro. 47 Y Maria Magdalena, y María madre de José, miraban donde era puesto.

CAPÍTULO 16.

cípulos, y á Pedro, que él va antes que vosotros á Galilea: allí le veréis como os dijo.

8 Y ellas se fueron huyendo del sepulcro; porque las había tomado temblor y espanto; ni decían nada á nadie, porque tenían miedo.

Resurrección de Jesús. Aparécese á María Mag- 9 Mas como Jesús resucidalena, y á los discípu- tó por la mañana, el primer los y apóstoles, y envía a día de la semana, apareció éstos á bautizar y á pre-primeramente á María dicar el Evangelio. Su as- Magdalena, de la cual hacensión á los cielos. bía echado siete demonios. 10 Yendo ella, lo hizo sa

Y COMO pasó el Sábado, María Magdalena, y María, madre de Jacobo, y Salomé, compraron drogas aromáticas, para venir á ungirle.

2 Y muy de mañana, el primer día de la semana, vienen al sepulcro, ya salido el sol,

3 Y decían entre sí: ¿Quién nos revolverá la piedra de la puerta del sepulcro? 4 Y como miraron, ven la piedra revuelta; que era muy grande.

5 Y entradas en el sepulcro, vieron un mancebo sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca: y se espantaron.

6 Mas él les dice: No os asustéis: buscris á Jesús Nazareno, el que fué crucificado: resucit. ao na: no está aquí: he aquí el lugar -en donde le pusieron.

7 Mas id, decid á sus dis

ber á los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando.

11 Y ellos como oyeron que vivía, y que había sido visto de ella, no lo creyeron.

12 Mas después apareció en otra forma á dos de ellos que iban caminando, yendo al campo.

13 Y ellos fueron, y lo hicieron saber á los otros; y ni áun á ellos creyeron.

14 Finalmente se apareció á los once mismos, estando sentados á la mesa, y censuróles su incredulidad y dureza de corazón, que no hubiesen creido á los que le habían visto resucitado.

15 Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el Evangelio á toda criatura. 16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo: mas el que no creyere, será condenado.

17 Y estas señales seguirán á los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas;

18 Quitarán serpientes; y si bebieren cosa mortifera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

19 Y el Señor, después que les habló, fué recibido arriba en el cielo, y sentóse á la diestra de Dios. 20 Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos el Señor y confirmando la palabra con las señales que se seguían.

EL SANTO EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

SEGÚN

SAN LUCAS.

CAPÍTULO I.

El ángel Gabriel anuncia el nacimiento de San Juan el Precursor, y de Jesús el Hijo de Dios. Visita María á Elisabet. Cántico de la Virgen. Nacimiento

de Juan. Cántico de Za

carías. Los prodigios que antes y después sucedie

ron.

3 Me ha parecido también á mi, después de haber entendido todas las cosas desde el principio con diligencia, escribirtelas por orden, oh muy buen Teófilo,

4 Para que conozcas la verdad de las cosas, en las cuales has sido enseñado. 5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un

HABIENDO muchos ten- sacerdote, llamado

tado á poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas,

2 Como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron por sus ojos, y fueron ministros de la palabra,

Zacarías, de la suerte de Abías; y su mujer, de las hijas de Aarón, llamada Elisabet.

6 Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor.

Y no tenian hijo; por- | que Elisabet era estéril, y ambos eran avanzados en días.

8 Y aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios por el orden de su vez,

9 Conforme à la costumbre del sacerdocio, salió en suerte á poner el incienso entrando en el templo del Señor.

vertir los corazones de los padres á los hijos, y los rebeldes à la prudencia de los justos, para aparejar al Señor un pueblo apercibido.

18 Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? porque yo soy viejo, y mi mujer avanzada en días.

19 Y respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios: y soy enviado á hablarte, y á darte estas buenas nuevas.

10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando á la hora del incienso. 20 Y he aquí estarás 11 Y se le apareció el án-mudo, y no podrás ha gel del Señor puesto en pie å la derecha del altar del incienso.

12 Y se turbo Zacarías viéndole, y cayó temor sobre él.

13 Mas el ángel le dijo: Zacarías, no temas, porque tu oración ha sido oída; y tu mujer Elisabet te parirá un hijo, y llamarás su nombre Juan.

14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se gozarán de su nacimiento.

15 Porque será grande delante de Dios; y no beberá vino ni sidra; y será Пleno del Espíritu Santo áun desde el seno de su madre.

16 Y á muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor Dios de ellos.

17 Porque él irá delante de él con el espíritu y virtud de Elías, para con

blar, hasta el día que esto sea hecho, por cuanto no creiste á mis palabras, las cuales se cumplirán á su tiempo.

21 Y el pueblo estaba es perando á Zacarías, y se naravillaban de que él se detuviese en el templo.

22 Y saliendo, no les podía hablar: y entendieron que había visto visión en el templo: y él les hablaba por señas, y quedó mudo.

23 Y fué, que cumplidos los dias de su oficio, se vino á su casa:

24 Y después de aquellos días concibió su m jer Elisabet, y se encubrió por cinco meses, diciendo:

25 Porque el Seior me ha hecho así en los días en que miró para quitar mi afrenta entre los hombres. 26 Y al sexto mes el ángel

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