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qué no se avergonzó de verse en aquel estado sino despues de su culpa? Ah! porque la desnudez de su cuerpo era la figura de la horrible desnudez de su alma; porque por el pecado habia perdido la vestidura blanca de la inocencia, de la gracia y de la justicia original; porque el desórden y y los movimientos de la concupiscencia rebelde que principió entonces á experimentar en su carne, fueron el indicio y el efecto del desórden y turbacion de las pasiones que comenzó á sentir en su corazon. No fue, pues, un arrebato de estupidez ó de delirio, dice Orígenes, sino un instinto misterioso y profético, lo que hizo correr á Adan para buscar en el árbol un asilo, una defensa contra las miradas y contra la cólera de Dios. (In Genes.) El presentia ya que el hombre pecador no encontraria refugio ni vestido sino en el sagrado árbol de la cruz. (Ibid.) Por esta misma razon, al vestir Dios con la piel del cordero á Adan escondido en el árbol, revela desde este momento un profundo misterio, y nos enseña que los hombres pecadores se vestirán un dia al pié del árbol de la cruz con las vestiduras del Cordero divino y con la gracia de Jesucristo.

Ved, hermanos mios, cómo esta admirable profecía se cumple en el Calvario. Debiendo el Redentor satisfacer por los pecados del hombre y reproducir en sí mismo sus diversos estados, debió tomar tambien la desnudez y la vergüenza de Adan despues del pecado. Mas como la inocencia y la gracia eran inseparables de Él, que es la santidad por esencia, y como no podia tomar la desnudez interior del alma ni la vergüenza del espíritu de Adan despo jado de la gracia, tomó la desnudez exterior y la vergüenza que Adan experimentó cuando se apercibió de su desnudez corporal. Oh espectáculo digno de compasion! A excepcion de un velo que la piedad de su Madre le dió por respeto al pudor, el Hijo de Dios, que tiene la luz por ves

tido, que cubre al cielo de nubes, á las aves de plumas y á la superficie de la tierra de plantas y de flores, quiso ser crucificado desnudo y elevado así en la cumbre del Calvario, expuesto á las miradas insolentes de todo un pueblo. Y por el mérito de esta desnudez humillante para su augusta persona, de este sonrojo sensible á su corazon, nos alcanzó á todos, dice san Pablo, la gracia de vestirnos de El mismo y de adornarnos, como con una vestidura preciosa, con la gracia santificante que hemos recibido en el bautismo. Quicumque baptizati estis, Christum induistis. (Galat. 3.)

Ay! ¿en qué ha venido á parar para muchos cristianos esta vestidura preciosa de la gracia, esta rica herencia que nos ha dejado al pié de la cruz nuestro tierno Padre? ¡Desgraciados pecadores! al abandonaros á los vicios, la habeis jugado á la suerte, la habeis desgarrado, la habeis perdido! ¡Cuán insensatos sois al envaneceros de los vestidos lujosos con que cubrís vuestro cuerpo! El pobre que despreciais porque está cubierto de harapos repugnantes, la bumilde persona de quien os mofais porque lleva el hábito religioso del claustro ó el vestido de la sencillez y del pudor, todos esos, si están en gracia de Dios, se hallan vestidos ricamente y adornados con verdaderas joyas que cautivan la atencion de los ángeles y atraen las miradas y el amor de Dios. Pero vosotros con todo el lujo de vuestros vestidos, que ostentan la riqueza y la deshonestidad, os hallais verdaderamente desnudos y sin un giron que os cubra, envueltos en las tinieblas y en el oprobio; vosotros sois un objeto de horror para los ángeles é insufribles á los ojos de Dios. Dicis quia dives sum; et nescis quia nudus es et miserabilis. (Apoc.) ¡Oh almas deshonestas y perversas! ¡en vez de bajar los ojos de confusion, en vez de ruborizaros de esa horrible desnudez, de esa profunda miseria que os hace objeto de desprecio para el Dios que os ha

criado, haceis de ella un objeto de gloria y un motivo de vanidad! ¡Cuanto mas pecadores sois y, por consiguiente, mas pobres y mas desnudos, tanto mas elevais vuestra soberbia frente, ostentando en ella la audacia y la insolencia! Desgraciados! ¿cuál será vuestra confusion cuando en el momento de la muerte vuestra alma, tan desnuda de gracia y de virtud, comparezca ante el tribunal de Jesucristo? Insensatos! ¡ vosotros teneis tanto cuidado y haceis tantos gastos para cubrir esa carne desnaturalizada por los vicios, receptáculo de una multitud inmensa de pecados, edificioinnoble de polvo, vaso de corrupcion y de podredumbre; vosotros procurais de tantas maneras y á tanta costa sostener en vuestras esposas los adornos de moda, adornar vuestras casas, vuestros criados, y aun vuestros carruajes y vuestros caballos, cosas todas de que sereis despojados á la hora de la muerte, y entre tanto sois indiferentes, y ni aun siquiera pensais en adornar á vuestra pobre alma, sér espiritual é inmortal! Ah! entrad dentro de vosotros mismos y llenaos de confusion. Buscad con empeño la vestidura preciosa de la gracia que habeis perdido; trabajad para vestiros de Jesucristo. Induimini Dominum Jesum Christum. (Rom. 13.) Pero recordad que solo al pié de la cruz puede encontrarse esta vestidura. Solo allí es donde la Iglesia universal se viste con los adornos de su santificacion y de su gloria, como solo al pié del árbol se cubrió Adan con sus vestidos. Allí es donde debeis recurrir, y donde debemos buscar todos la gracia que ha de vestir y adornar nuestras almas.

Arrojémonos, pues, á los piés de Jesus crucificado, de quien proceden todos los méritos; fijemos en Él nuestras miradas, y mas aun, nuestro corazon. Acerquémonos al Sacramento de expiacion, que recibe de la cruz todo su poder; despojémonos del hombre viejo, á fin de que pueda Jesu

cristo vestirnos del hombre nuevo, borrar nuestros pecados y adornarnos con su gracia. Cubiertos entonces, como Jacob, con los despojos del Cordero divino, adornados con los vestidos del primogénito, imitando su carne y representando su persona, podremos presentarnos con confianza al verdadero Isaac, para obtener la bendicion especial de Jesucristo, que nos abrirá la puerta del cielo y nos pondrá en posesion. del reino eterno. Despues, dirigiendo al Calvario nuestras miradas de reconocimiento, podremos dar gracias eternamente á nuestro Criador y Redentor por habernos enviado desde este santo monte el auxilio poderoso de nuestra salvacion eterna. Levavi oculos meos in montes, unde veniet auxilium mihi. Auxilium meum à Domino, qui fecit cælum el terram. Así sea.

CONFERENCIA VIGÉSIMANONA.

El perdon.

Si quis peccaverit, advocatum habemus apud patrem Jesum Christum justum. Et ipse est propitiatio propeccatis nostris: non pro nostris autem tantum, sed etiam pro totius mundi.

Si alguno pecare, sepa que tenemos por abogado para con el Padre à Jesucristo, que es justo. Y El mismo es la víctima de propiciacion por nuestros pecados y no solo por los nuestros, sino tambien por los de todo el mundo. (1, Joan. 2.)

A la montaña, á la montaña! ahora es el tiempo, hoy es el dia de los grandes misterios del Dios de Jacob. Ascendamus ad montem Dei Jacob. El Verbo de Dios hecho hombre, la sabiduría increada, la verdadera luz que alumbra á todo el hombre que viene á este mundo, en el momento mismo en que parece próxima á extinguirse, brilla con un resplandor extraordinrio desde el madero de dolor y de oprobio en que está enclavado, desde lo alto de la cruz, á la manera de una antorcha que se ha sacado de debajo del celemin y se ha colocado sobre el candelabro. El Dios de majestad y de gloria publica su Religion de amor. El gran Monarca del universo promulga su Código de perfecta justicia. El Hijo de Dios habla por última vez á los hijos de los hombres. El enviado de los cielos manifiesta á la

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