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ADVERTENCIA

SOBRE EL LIBRO DEL ECLESIASTICO.

Así llamaron los lutinos á este libro, que entre los griegos se conoce

con el nombre de Sabiduria de Jesus, hijo de Sirac. Tal vez fué llamado Eclesiástico, por el frecuente uso que se hacia de el en la Iglesia para ia instruccion y edificacion de los fieles : ó á imitacion del Eclesiastés, por considerar al escritor de este libro como el predicador de toda buena y sana doctrina; por cuya razon tambien los griegos le llamaban el Panareto (esto es, discurso que abraza todas las virtudes) de Jesus, hijo de Sirac. El año 245 ántes de Jesu-Cristo, rcinando en Egipto Ptoleméo Evergetes, hijo de Ptoleméo Filadelfo, se estableció alli Jesus hijo de Sirac, judio de Jerusalen, y tradujo al griego este libro, que Jesus su abuelo habia compuesto en hebréo. Se escribió en tiempo del pontifice Onias I, cuyo hijo, Simon el Justo, segun le llama Josefo, es elogiado en el capítulo 50 de este libro. Se ha perdido el original kebrén: pero existia en tiempo de S. Gerónimo; quien dice (en el prefacio á los libros de Salomon y en la carta 115) que le habia visto con el titulo de Parábolas.

Los judíos no le han puesto en el número de sus libros canónicos, o porque el cánon de los Libros Sagrados estaba ya hecho cuando se formó este libro del Eclesiástico, ó porque habla mas claramente de lo que ellos quisieran del misterio de la Santísima Trinidad. Véanse cap. I. v. 5. - XXIV. 5.—LI. 14. etc. De aquí provendria que en algunas iglesias, compuestas de judíos convertidos, se leia este libro con cdificàcion de los fieles; mas sin reconocérsele como canónico. Pero ya Clemente Alejandrino y otros Padres de los primeros siglos le citan con el nombre de Escritura sagrada. San Cipriano, S. Ambrosio, y S. Agustin le tenian ya por canónico; y por tal fué declarado por los Concilios tercero de Cartago cánon 47, y de Roma en tiempo del Papa Gelasio, ademas del de Francfort del año 794, y del octavo de Toledo, y finalmente en el concilio de Trento.

Algunos críticos han dicho con mucha ligereza que en la traduccion griega hay cosas que no estarian en el original hebreo, como la conclusion del cap, L. v. 27 y siguientes, y la oracion del último capitulɔ; pues el Jesus, autor del libro (dicen), vivia en Jerusalen, y no bajo la dominacion de un Rey, á quien pudiesen acusarle. No han leido que (segan Josefo, lib. XII. cap. 1. de las Antigüedades) Ptoleméo I se apoderó de Jerusalen, y maltrató mucho á los judíos. En la version latina sí que hay algunas cosas, aunque de poca importancia, que no se lcen en el griego.

Se acostumbra citar este libro con la abreviatura Ecclí, para distinguirle del Ecclesiastés, que se cita con la de Ecclés.

PROLOGO

DE JESUS HIJO DE

HIJO DE SIRAC,

SOBRE EL ECLESIASTICO.

MUCHAS

quiso él tambien escribir algo de UCHAS y grandes cosas se nos estas cosas, tocantes á la doctrina han enseñado en la Ley, y por me- y á la sabiduria, á fin de que los dio de los Profetas, y de otros que deseosos de aprender, bien insvinieron despues de ellos : de doa- truidos en ellas, atiendan mas y de con razon merecen ser alabados mas á su deber, y se mantengan los israelitas por su crudicion y firmes en vivír conforme á la Iey. doctrina; puesto que no solamente Os exhorto, pues, á que acudais los mismos que escribieron estos con benevolencia, y con el mas discursos hubieron de ser muy ins- atento estudio, á emprender esta truidos, sino que tambien los es- lectura, y que nos perdoneis, si altrangeros pueden asimismo llegar gunas veces os pareciere que al copor su medio á ser muy hábiles, tan piar este retrato de la sabiduria to para hablar como para escribir. flaqueamos en la composicion, ó De aqui es que mi abuelo Jesús, aliño de las palabras'; porque las despues de haberse aplicado con el palabras hebréas pierden mucho de mayor empeño á la lectura de la Ley su fuerza trasladadas á otra leny de los Profetas de otros libros gua'. Ni es solo este libro, y que nos dejaron nuestros padres, que la misma Ley y los Profetas, y

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sino

MULTORUM nobis, et magnorum, per legem et prophetas, aliosque qui secuti sunt illos, sapientia demonstrata est: in quibus oportet laudare Israel doctrinæ et sapientiæ causà: quia non solùm ipsos loquentes necesse est esse peritos, sed etiam extraneos posse et dicentes et scribentes doctissimos fieri. Avus meus Jesus, postquam se amplius dedit ad diligentiam lectionis legis, et prophetarum, et aliorum librorum, qui nobis à parentibus nostris traditi sunt, voluit et ipse scribere aliquid horum, quæ ad doctrinam et sapientiam pertinent'; ut desiderantes discere, et illorum periti facti, magis magisque attendant animo, et confirmentur ad legitimam vitam. Hortor itaque venire VOS cum benevolentia, et attentiori studio lectionem facere, et ve niam habere in illis, in quibus videmur, sequentes imaginem sapientiæ, deficere in verborum compositione. Nam deficiunt verba hebraica, quando fuerint translata ad alteram linguam. Non autem solùm hæc; sed et ipsa

•Este prólogo es del traductor griego, nieto del autor, y del misue nombre. ‘O no traducimos palabra por palabra. Otros traducen: si en algunos pasages queriendo presentar toda la belleza y energia del original, no podemos hallar palabras para espresar todo el sentido; porque la voces hebréas no tienen la misma fuerza trasladadas á una lengua estrangera. Es sumamente dificil, por no decir imposible, que un libro. traducido en otro idioma no pierda parte de su nativa belleza, y tambien de la fuerza ó energia que tienen en su original ciertas frases é modismos: fuerza que es peculiar de cada lengua, y á veces del tiempo en que vi

el contesto de los demas libros son no poco diferentes de cuando se anuncian en su lengua original. Despues que yo llegué á Egipto á los treinta y ocho años, en el reinado del rey Ptoleméo Evergetes, ó el Benéfico; habiéndome detenido alli mucho tiempo, encontré varios libros que se habian dejado, de no vulgar ni despreciable doctrina. Por lo cual juzgué

útil y
necesario emplear mi diligen-
cia y trabajo en traducir este libro,
y asi en todo aquel espacio de tiem-
po empleé muchas vigilias y no pe-
queño estudio en concluir y dar á
luz la version de este libro, para
utilidad de aquellos que desean
aplicarse, y aprender de qué mane-
ra deben arreglar sus costumbres
los que se han propuesto vivir se-
gun la Ley del Señor.

lex, et prophetæ, ceteraque aliorum librorum, non parvam habent diffe rentiam, quando inter se dicuntur. Nam in octavo et trigesimo anno temporibus Ptolemæi Evergetis regis, post quam perveni in Ægyptum, et cùm multum temporis ibi fuissem, inveni ibi libros relictos, non parvæ neque contemnendæ doctrinæ. Itaque bonum et necessarium putavi, et ipse aliquam addere diligentiam et laborem interpretandi librum istum ; et multa vigilia attuli doctrinam in spatio temporis, ad illa quæ ad finem ducunt, librum istum dare, et illis qui volunt animum intendere, et discere quemadmodum oporteat instituere mores, qui secundùm legem Domini proposuerint vitam agere.

via el escritor. El autor de este prólogo alega el egemplo de la traduccion de los libros de Moisés y de los Profetas hecha por insignes y doctísimos varones: mas no por eso pudieron trasladar á la copia la magestad y gracia del original hebréo. Seguramente habla de la que hicieron los Setenta y dos sábios de su nacion por órden de Ptoleméo Filadelfo, «Esta dificultad de traducir los Divinos Libros sube mucho de punto, dice el sábio jesuita P. Sanchez, con la lejanía de los tiempos en que fueron escritos, la obscuridad de las usanzas de entonces, del pais, plantas, y varias cosas que se han perdido. De donde nace el necesitar tales versiones de notas, á lo menos eruditas, que den luz de todas aquellas cosas etc.» De donde se infiere cuán necesario es el estudio de la lengua hebréa para conocer la fuerza ó energia de muchas palabras de la Sagrada Escritura. griego: un egemplar de este libro,

1

Segun el

EL LIBRO DEL ECLESIASTICO.

CAP. I. Que la sabiduria tiene su origen de Dios, cuyo santo temor y amor la acompañan siempre, y por consiguiente tambien las demas virtudes.

I

Toda sabiduria viene del Señor Dios, y con él estuvo siempre y existe antes de los siglos.

la

5 El Verbo de Dios en las alturas es la fuente de la sabiduria, y sus corrientes los mandamierios eternos'.

6 El origen de la sabiduria á quién ha sido revelado? ¿ni quién conoce sus trazas ó arcanos?

7 ¿El arte con que obra la sabiduria, á quién ha sido jamas descubierto y manifestado? ¿ni quién pudo entender la multiplicidad de sus designios ?

2¿Quién ha contado las arenas del mar, y las gotas de la lluvia, y los dias de los siglos que durará el mundo? ¿La altura del cielo, y la estension de la tierra, y 8 Solo el Criador, altísimo, omniprofundidad del abismo quién la potente, y Rey grande, y sumamente terrible, que está sentado sobre su trono, y es el Señor Dios: éste es el que la dió el ser en el Espíritn Santo, y la comprehendió, y numeró, y midió3.

ha medido?

3 Pues y la sabiduria de Dios, la cual precede á todas las cosas, quién es el que la ha comprehendido?

4 La sabiduria fué criada ó engendrada ante todas las cosas, y la luz de la inteligencia existe desde la eternidad,

9

10 Y derramóla sobre todas sus

obras, y sobre toda carne, segun su liberalidad y bondad, y comunicóla á los que le aman.

CAFUT I. 1 Omnis sapientia à Domino Deo est, et cum illo fuit sem-per, et est ante ævum. 2 Arenam maris, et pluviæ guttas, et dies sæculi quis dinumeravit? Altitudinem coli, et latitudinem terræ, et profundum abyssi quis dimensus est? 3 Sapientiam Dei præcedentem omnia quis inves tigavit? 4 Prior omnium creata est sapientia, et intellectus prudentiæ ab avo. 5 Fons sapientiæ verbum Dei in excelsis, et ingressus illius mandata æterna. 6 Radix sapientiæ cui revelata est, et astutias illius quis agnovit? 7 Disciplina sapientiæ cui revelata est, et manifestata? et multiplicationem ingressus illius quis intellexit? 8 Unus est altissimus Creator omnipotens, et Rex potens, et metuendus nimis, sedens super thronum illius, et dominans Deus. 9 Ipse creavit illam in Spiritu sancto, et vidit, et dinumeravit, et mensus est. 10 Et effudit illam super omnia opera sua, et super

· El nombre de Sabiduría conviene no solamente á las tres Divinas Personas, sino particularmente á la segunda que es el Verbo eterno engendrado por el Padre; de esta se habla en el verso 5. Se da tambien el nombre de sabiduría á la luz y conocimientos que Dios comunica á los ángeles y á los hombres. Y asi es que algunas cosas de las que se dicen en este libro, y en los del Eclesiastés, Sabiduría, Proverbios etc. solamente convienen á la Sabiduría increada, y otras á la criada. Prov. VIII. v. 22. Job XXVIII. v. 12. Sap. VII. v. 26. S. Th. 1. P. quæst. XLI. art. 3. ad. 4. * Deut, IV. v. 6. Conoció todo lo que hizo. Sap. XI. v. 21.

al alma.

11 El temor del Señor es gloria el corazon: ella da gozo y alegria y justo motivo de gloriarse; y es alegria y corona de triunfo.

12 El temor del Señor recreará el corazon, y dará contento, y gozo, y larga vida.

13 Al que teme al Señor le irá felizmente en sus postrimerías, y será bendito en el dia de su muerte'. 14 El amor de Dios es gloriosa sabiduria.

15 Aquellos á quienes ella se manifiesta, ámanla luego que la ven, y que reconocen sus grandes obras. 16 El principio de la sabiduria es el temor del Señor, el cual es eriado con los fieles en el seno materno, y acompaña siempre á las santas y escogidas mugeres, y se da á conocer en la conducta de los justos y fieles.

17 El temor del Señor es la santificacion de la ciencia3.

19 Quien teme al Señor será feliz, y bendito será en el dia de su fallecimiento.

20 El colmo de la sabiduria consiste en temer á Dios, y sus frutos sacian al hombre.

21 Llenará toda su casa de bienes, y de sus tesoros todas las recámaras.

22 Corona de la sabiduria es el temor del Señor, el cual da paz cumplida y frutos de salud:

23 él conoce la sabiduria, Ꭹ la calcula; mas lo uno y lo otro son Idones de Dios.

24 La sabiduria reparte la ciencia y la prudente inteligencia, y acrecienta la gloria de aquellos que la poseen.

25 La raiz de la sabiduria es el temor del Señor, y sus ramos son

18 La religion guarda y justifica de larga vida.

omnem carnem secundùm datum suum, et præbuit illam diligentibus se, 11 Timor Domini gloria, et gloriatio, et lætitia, et corona exultationis. 12 Timor Domini delectabit cor, et dabit lætitiam, et gaudium, et longitudinem dierum. 13 Timenti Dominum bene erit in extremis, et in die defunctionis suæ benedicetur. 14 Dilectio Dei honorabilis sapientia. 15 Quibus autem apparuerit in visu, diligunt eam in visione, et in agnitione magnalium suorum. 16 Initium sapientiæ, timor Domini, et cum fidelibus in vulva concreatus est, cum electis feminis graditur, et cum justis et fidelibus agnoscitur. 17 Timor Domini, scientiæ religiositas. 18 Religiositas custodiet et justificabit cor, jucunditatem atque gaudium dabit. 19 Timenti Dominum bene erit, et in diebus consummationis illius benedicetur. 20 Plenitudo sapientiæ est timere Deum, et plenitudo à fructibus illius. 21 Omnem domum illius implebit à generationibus, et receptacula à thesauris illius. 22 Corona sapientiæ timor Domini, replens pacem, et salutis fructum; 23 et vidit, et dinumeravit eam: utraque autem sunt dona Dei. 24 Scientiam et intellectum prudentiæ sapientia compartietur; et gloriam tenentium se, exaltat. 25 Radix sapientiæ est timere Dominum; et rami illius longævi. 26 In thesauris sapientiæ intellectus, et scientiæ religiositas: execratio autem

Esta bendicion es la vida eterna, en cuya posesion entrará el justo despues de esta vida mortul. Todo lo puede la caridad. I. Cor. XIII. 3 Martini traduce: Es la ciencia religiosa. Es el culto religioso que damos á Dios, fundado en la verdadera ciencia y conocimiento de las cosas Divinas. 4 Del temor del Señor nace la ciencia práctica, que es toda virtud y santidad; y los ramos. las virtudes ú obras buenas, duran para siempre, y producen una recompensa eterna.

, que son

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