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que ha de venir en pos de mí, mas fuerte es que yo, cuyo calzado no soy digro de llevar: él os bautizará en Espíritu Santo, y en fuego.

12 Su bieldo en su mano está; y limpiará bien su era; y recogerá su trigo en el granero; mas quemará las pajas en fuego, que no se podrá apagar jamas.

13 Entonces vino Jesus de la Galiléa al Jordan á Juan, para ser bautizado por él.

5 Entonces le tomó el diablo, y le llevó á la santa ciudad, y le puso sobre la almena del templo,

6 Y le dixo: Si eres hijo de Dios, échate de aquí abaxo, porque escrito está : Que mandó á sus Angeles acerca de ti, y te tomarán en palmas, porque no tropieces en piedra con tu pie.

7. Jesus le dixo: Tambien está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.

8 De nuevo le subió el diablo 14 Mas Juan se lo estorbaba, á un monte muy alto; y le mosdiciendo Yo debo ser bauti-tró todos los reynos del mundo, zado por tí, y tú vienes á mí? y la gloria de ellos,

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9 Y le dixo: Todo esto te daré, si cayendo me adorares.

10 Entonces le dixo Jesus: Vete, Satanás: porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y á él solo servirás.

11 Entonces le dexó el diablo: y he aquí los Angeles llegáron y le servian.

12 Y quando oyó Jesus, que Juan estaba preso, se retiró á la Galiléa:

13 Y dexando la ciudad de Nazareth, fué á morar á Cafarnaum, ciudad marítima, en los confines de Zabulón, y de Neftalí:

14 Para que se cumpliese, lo que dixo Isaías el Profeta.

15 Tierra de Zabulón, y tier

2 Y habiendo ayunado qua-ra de Neftalí, camino de la renta dias y quarenta noches, mar, de la otra parte del Jordán, despues tuvo hambre. Galiléa de los Gentiles,

Y llegándose á él el tentador, le dixo: Si eres hijo de Dios, dí que estas piedras se hagan panes.

4 El qual le respondió y dixo: Escrito está: No de solo pan vive el hombre, mas de toda palabra que sale de la boca de Dios.

16 Pueblo, que estaba sentado en tinieblas, vió una grande luz; y á los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz les nació.

17 Desde entónces comenzó Jesus á predicar y á decir: Haced penitencia, porque se ha acercado el reyno de los cielos.

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18 Y yendo Jesus por la ribera de la mar de Galiléa, vió dos hermanos, Simon, que es llamado Pedro, y Andres su hermano, que echaban la red en la mar, (pues eran pescadores,)

19 Y les dixo: Venid en pos de mí, y haré que vosotros seais pescadores de hombres.

20 Y ellos al instante dexadas las redes, le siguiéron.

21 Y pasando de allí, vió otros dos hermanos, Santiago de Zebedéo, y Juan su hermano, en un barco con Zebedéo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.

4 Bienaventurados los mansos; porque ellos poseerán la tierra.

5 Bienaventurados los que lloran; porque ellos serán consolados.

6 Bienaventurados los que han hambre, y sed de justicia; porque ellos serán hartos.

7 Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia.

8 Bienaventurados los de limpio corazon; porque ellos verán á Dios.

9 Bienaventurados los pacíficos; porque hijos de Dios serán llamados.

22 Yellos al punto dexadas 10 Bienaventurados los que las redes y el padre, le siguieron. padecen persecucion por la jus23 Y andaba Jesus rodeando ticia; porque de ellos es el reytoda la Galiléa, enseñando en no de los cielos. las Sinagogas de ellos, y predi- 11 Bienaventurados sois, quancando el Evangelio del reyno;do os maldixeren, y os persiy sanando toda enfermedad, y guieren, y dixeren todo mal contoda dolencia en el pueblo. tra vosotros mintiendo, por mi causa:

24 Y corrió su fama por toda la Síria; y le traéron todos los que lo pasaban mal poseidos de varios achaques y dolores, y los endemoniados, y los lunáticos, y los paralyticos, y los sanó:

25 Y le fuéron siguiendo muchas tropas de la Galiléa, y de Decapolis, y de Jerusalém, y de Judea, y de la otra ribera del Jordán.

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12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardon muy grande es en los cielos. Pues así tambien persiguieron á los Profetas, que fuéron ántes de vosotros.

13 Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? no vale ya para nada, sino para ser echada fuera, y pisada por los

hombres.

14 Vosotros sois la luz del n.undo. Una ciudad, que está puesta sobre un monte, no se puede esconder.

15 Ni encienden una antorcha, y la ponen debaxo del celemin, sino sobre el candelero, para que alumbre á todos los que están en la casa.

16 A este modo ha de brillar vuestra luz delante de los hom

buenas obras, y den gloria á vuestro Padre, que está en los cielos.

bres; para que vean vuestras contrario, mientras que estás con él en el camino; no sea que tu contrario te entregue al juez, y el juez te entregue al minis tro; y seas echado en la cárcel. 26 En verdad te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último quadrante.

17 No penseis, que he venido á abrogar la Ley, ó los Profetas: no he venido á abrogarlos, sino á darles cumplimiento.

18 Porque en verdad os digo, que hasta que pase el cielo y la tierra, no pasará de la Ley ni un punto, ni una tilde, sin que todo sea cumplido.

27 Oisteis que fué dicho á los antiguos: No adulterarás.

28 Pues yo os digo, que todo aquel, que pusiere los ojos en una muger para codiciarla, ya cometió adulterio en su corazon con ella.

19 Por lo qual quien quebrantare uno de estos mandamientos muy pequeños, y ense- 29 Y si tu ojo derecho te sirve ñare así á los hombres, muy de escándalo, sácale, y échale pequeño será llamado en el rey-de tí; porque te conviene perder no de los cielos; mas quien hi- uno de tus miembros, ántes que ciere y enseñare, este será lla- todo tu cuerpo sea arrojado al mado grande en el reyno de los fuego del infierno. cielos.

20 Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los Escribas y de los Fariséos, no entrareis en el reyno de los cielos.

21 Oisteis que fué dicho á los antiguos: No matarás, y quien matare, obligado quedará á juicio.

30 Y si tu mano derecha te sirve de escándalo, córtala y échala de tí; porque te conviene perder uno de tus miembros, ántes que todo tu cuerpo vaya al fuego del infierno.

31 Tambien fué dicho: Qualquiera que repudiare á su muger, déle carta de repudio.

32 Mas yo os digo, que el que 22 Mas yo os digo, que todo repudiare á su muger, á no ser aquel que se enoja con su her por causa de fornicacion, la hace mano, obligado será á juicio; y ser adúltera; y el que tomare la quien dixere á su hermano raca, repudiada, comete adulterio : obligado será á concilio; y quien dixere insensato, quedará obligado á la gehenna del fuego.

23 Por tanto si fueres á ofrecer tu ofrenda al altar, y allí te acordares, que tu hermano tiene alguna cosa contra tí,

24 Dexa allí tu ofrenda de lante del altar, y ve primeramente á reconciliarte con tu

33 Además oisteis que fué dicho á los antiguos: No perjura. rás; mas cumplirás al Señor tus juramentos.

34 Pero yo os digo, que de ningun modo jureis, ni por el cielo, porque es el trono de Dios;

35 Ni por la tierra, porque es la peana de sus pies; ni por Jehermano; y entonces ven á ofre-rusalém, porque es la Ciudad cer tu ofrenda. del grande Rey;

25 Acomodate luego con tu

36 Ni jures por tu cabeza;

porque no puedes hacer un cabello blanco ó negro.

37 Mas vuestro hablar sea, sí, sí; no, no: porque lo que excede de esto, de mal procede. 38 Habeis oido que fué dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Mas yo os digo, que no resistais al mal: -ántes si alguno te hiriere en la mexilla derecha, párale tambien la otra.

40 Y á aquel que quiere ponerte á pleyto, y tomarte la túnica, déxale tambien la capa.

41 Y al que te precisare á ir cargado mil pasos, vé con él otros dos mil mas.

42 Da al que te pidiere; y al que te quiera pedir prestado, no le vuelvas la espalda.

43 Habeis oido que fué dicho: Amarás á tu próximo, y aborrecerás á tu enemigo.

44 Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos; haced bien á los que os aborrecen; y rogad por los que os persiguen y calumnian:

45 Para que seais hijos de vuestro Padre, que está en los cielos; el qual hace nacer su sol sobre buenos y malos; y llueve sobre justos y pecadores.

46 Porque si amais á los que os aman, ¿qué recompensa tendreis? ¿No hacen tambien lo mismo los Publicanos?

47 Y si saludáreis tan solamente á vuestros hermanos, ¿qué haceis de mas? ¿No hacen esto mismo los Gentiles?

48 Sed pues vosotros perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto.

CAPITULO VI.

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lante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera, no tendreis galardon de vuestro Padre, que está en los cielos.

2 Y así quando haces limosna, no hagas tocar la trompeta delante de tí, como los hypocritas hacen en las Sinagogas, y en las calles, para ser honrados de los hombres: En verdad os digo, recibieron su galardon.

3 Mas tú, quando haces limosna, no sepa tu izquierda, lo que hace tu derecha:

4 Para que tu limosna sea en oculto, y tu Padre, que vé en lo oculto, te premiará.

5 Y quando orais, no sereis como los hypócritas, que aman el orar en pie en las Sinagogas, y en los cantones de las plazas, para ser vistos de los hombres. En verdad os digo, recibiéron su galardon.

6 Mas tú quando orares, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora á tu Padre en secreto; y tu Padre, que vé en lo secreto, te recompensará.

7 Y quando orareis, no hableis mucho, como los Gentiles. Pues piensan, que por mucho hablar serán oidos.

8 Pues no querais asemejaros á ellos: porque vuestro Padre sabe lo que habeis menester, ántes que se lo pidais.

9 Vosotros pues así habeis de orar: Padre nuestro, que estás en los cielos; santificado sea el tu nombre ;

10 Venga el tu reyno; hágase tu voluntad, como en el. cielo, así tambien en la tierra;

11 Danos hoy nuestro pan sobresubstancial;

12 Y perdónanos nuestras

Matjusticia de deudas, así como nosotros per

donamos á nuestros deudores;
13 Y no nos dexes caer en la
tentacion; Mas líbranos de mal.
Amen.

24 Ninguno puede servir á dos señores: porque ó aborrecerá al uno, y amará al otro; ó al uno sufrirá, y al otro despreciará. No podeis servir á Dios, y

14 Porque si perdonáreis á los hombres sus pecados, os perdo- | á las riquezas. nará tambien vuestro Padre celestial vuestros pecados:

15 Mas si no perdonáreis á los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestros pecados.

25 Por tanto os digo, no an deis afanados para vuestra alma, qué comereis, ni para vuestro cuerpo, qué vestireis. ¿No es mas el alma, que la comida: y el cuerpo mas que el vestido?

26 Mirad las aves del cielo,

16 Y quando ayuneis, no os pongais tristes como los hypó-que no siembran, ni siegan, ni critas. Porque desfiguran sus rostros, para hacer ver á los hombres que ayunan. En verdad os digo, que recibieron su galardon.

17 Mas tú, quando ayunas, unge tu cabeza, y lava tu cara: 18 Para no parecer á los hombres que ayunas, sino solamente á tu Padre, que está en lo escondido y tu Padre, que vé en lo escondido, te galardonará.

19 No querais atesorar para vosotros tesoros en la tierra, donde orin y polilla los consume; y en donde ladrones los desentierran, y roban.

allegan en troxes; y vuestro Padre Celestial las alimenta. ¿Pues no sois vosotros mucho mas que ellas?

27 ¿Y quién de vosotros discurriendo puede añadir un codo á su estatura?

28 ¿Y por qué andais acongojados por el vestido? Considerad como crecen los lirios del campo: no trabajan, ni hilan.

29 Ya digo, que ni Salomón en toda su gloria fué cubierto como uno de estos.

30 Pues si al heno del campo, que hoy es, y mañana es echado en el horno, Dios viste así: 20 Mas atesorad para voso-¿quánto mas á vosotros, hombres tros tesoros en el cielo, en donde poca fe? de ni los consume orin ni polilla; y en donde ladrones no los desentierran, ni roban.

21 Porque en donde está tu tesoro, allí está tambien tu co

razon.

22 La antorcha de tu cuerpo es tu ojo. Si tu ojo fuere sencillo, todo tu cuerpo será lumi

noso.

31 No os acongojeis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, ó qué beberemos, ó con qué nos cu briremos?

32 Porque los Gentiles se afanan por estas cosas; y vuestro Padre sabe, que teneis necesi. dad de todas ellas.

33 Buscad pues primeramente el reyno de Dios, y su justicia; y todas estas cosas os serán aña

23 Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso.didas. Pues si la lumbre, que hay en tí, son tinieblas, ¿quán grandes serán las mismas tinieblas ?

34 Y así no andeis cuidadosos por el dia de mañana. Porque el dia de mañana á sí mismo se

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