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traerá su cuidado. dia su propio afan.

Le basta altros, hacedlo tambien vosotros con ellos: porque esta es la Ley y los Profetas.

CAPITULO VII.

No

"O querais juzgar, para que no seais juzgados. 2 Pues con el juicio, con que juzgareis, sereis juzgados: y con la medida con que midiereis, os volverán á medir.

3 ¿Por qué pues ves la pajita en el ojo de tu hermano, y no ves la viga en tu ojo ?

4 ¿0 como dices á tu hermano: Dexa, sacaré la pajita de tu ojo, y se está viendo una viga en el tuyo?

5 Hypócrita, saca primero la viga de tu ojo; y entonces verás para sacar la mota del ojo de tu hermano.

6 No deis lo santo á los perros, ni echeis vuestras perlas delante de los puercos: no sea que las huellen con sus pies, y revolviéndose contra vosotros os despedacen.

13 Entrad por la puerta estre cha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino, que lleva á la perdicion, y muchos son los que entran por él.

14 ¡Qué angosta es la puerta, y qué estrecho el camino, que Leva á la vida; y pocos son los que atinan con él!"

15 Guardãos de los falsos Profetas, que vienen á vosotros con vestidos de ovejas, y dentro son lobos robadores:

16 Por sus frutos los conocereis. ¿Por ventura cogen uvas de los espinos, ó higos de los abrojos?

17 Así todo árbol bueno lleva buenos frutos; y el mal árbol lleva malos frutos.

18 No puede el árbol bueno llevar malos frutos; ni el árbol malo llevar buenos frutos.

19 Todo árbol, que no lleva buen fruto, sera cortado, y meți

7 Pedid, y se os dará; buscad,do en el fuego. y hallareis; llamad, y se os abrirá.

8 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama se le abrirá.

20 Así pues, por los frutos de Cellos los conocereis.

21 No todo el que me dice, Señor, Señor, entrará en el reyno de los cielos; sino el que hace 9 ¿O quién de vosotros es el la voluntad de mi Padre, que eshombre, á quien si su hijo pi-tá en los cielos, ese entrará en el diere pan, le dará una piedra ? reyno de los cielos.

100 si le pidiere un pez, 22 Muchos me dirán en aquel por ventura le dará una ser- dia: Señor, Señor, ¿pues no piente? profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

11 Pues si vosotros, siendo malos, sabeis dar buenas dádivas á vuestros hijos, ¿quánto mas vuestro Padre, que está en los cielos, dará bienes á los que se los pidan?

12 Y así todo lo que quereis que los hombres hagan con voSO

23 Y entonces yo les diré claramente: Nunca os conocí: apartãos de mí los que obrais la iniquidad..

24 Pues todo aquel que oye

estas mis palabras, y las cumple, comparado será á un varon sabio, que edificó su casa sobre la peña. 25 Que descendió lluvia, y vinieron rios, y sopláron vientos, y diéron impetuosamente en aquella casa, y no cayó; porque estaba cimentada sobre peña.

26 Y todo el que oye estas mis palabras, y no las cumple, semejante será á un hombre loco, que edificó su casa sobre arena :

27 Que descendió lluvia, y viniéron rios, y sopláron vientos, y diéron impetuosamente sobre aquella casa, y cayó, y fué su ruina grande.

28 Y fué, que quando Jesus hubo acabado estos discursos, se maravillaban las gentes de su doctrina.

29 Porque los enseñaba, como quien tiene autoridad, y no como los Escribas de ellos, y los Fariséos.

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9 Pues tambien yo soy hombre sugeto á otro, que tengo soldados á mis órdenes, y digo á este: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.

10 Quando esto oyó Jesus, se maravilló, y dixo á los que le seguían: Verdaderamente os digo, que no he hallado fe tan grande en Israél.

11 Y os digo, que vendrán muchos de Oriente, y de Occidente, y se asentarán con Abraham, y Isaac, y Jacob en el reyno de los cielos:

12 Mas los hijos del reyno serán echados en las tinieblas exteriores: allí será el llanto y el cruxir de dientes.

13 Y dixo Jesus al Centurion: Vé, y como creiste, así te sea hecho. Y fué sano el siervo en

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3 Y extendiendo Jesus la ma-á no, le tocó, diciendo: Quiero. Sé limpio. Y luego su lepra fué limpiada.

4 Y le dixo Jesus: Mira, que no lo digas á nadie; mas vé, muéstrate al Sacerdote; y ofrece la ofrenda que mandó Moisés, en testimonio á ellos.

5 Y habiendo entrado en Cafarnaum, se llegó á él un Centurion, rogándole,

15 Y le tocó la mano, y la dexó la fiebre; y se levantó y los servia.

16 Y siendo ya tarde, le presentáron muchos endemoniados; y lanzaba con su palabra los espíritus; y sanó todos los enfermos:

17 Para que se cumpliera, lo 6 Y diciendo: Señor, mi sier-que fué dicho por el Profeta vo paralítico está postrado en Isaías, que dixo: El mismo tomó

nuestras enfermedades, y cargó á gritos: ¿Qué tenemos nosotros con nuestras dolencias. contigo, Jesus Hijo de Dios? 18 Mas como viese Jesus mu-¿Has venido acá á atormentarnos chas gentes al rededor de sí, ántes de tiempo? mandó pasar á la otra parte del lago.

19 Y llegándose á él un Escriba, le dixo: Maestro, te seguiré á donde quiera que fueres.

30 Y no léjos de ellos andaba una piara de muchos puercos paciendo.

31 Y los demonios le rogaban, diciendo: Si nos echas de aquí, envíanos á la piara de puercos. 32 Y les dixo: Id. Y ellos

20 Y Jesus le dice: Las raposas tienen cuevas, y las aves del cielo nidos; mas el hijo del hom-saliéron, y se fuéron á los puerbre no tiene en donde recueste la cabeza.

21 Y otro de sus discípulos le dixo: Señor, déxame ir primero, y enterrar á mi padre.

22 Mas Jesus le dice: Sígueme, y dexa que los muertos entierren á sus muertos.

23 Y entrando él en un barco, le siguieron sus discípulos:

24 Y sobrevino luego un grande alboroto en la mar, de inodo que las ondas cubrian el barco; mas él dormia.

25 Y se llegáron á él sus discípulos, y le despertáron diciendo: Señor, sálvanos, que pere

cemos.

26 Y Jesus les dice: ¿Qué temeis hombres de poca fe? Y levantándose al punto, mandó á los vientos y á la mar, y se siguió una grande bonanza.

27 Y los hombres se maravilláron, y decian: ¿Quién es este, que los vientos y la mar le obedecen?

28 Y quando Jesus hubo pasado de la otra parte del lago á tierra de los Gerasenos, le viníéron al encuentro dos endemoniados, que salian de los sepulcros, fieros en tal manera, que ninguno podia pasar por aquel

camino.

cos, y en el mismo punto toda la piara corrió impetuosamente, y por un despeñadero se precipitó en la mar; y muriéron en las aguas.

33 Y los pastores huyéron; y venidos á la ciudad, lo contáron todo, y el suceso de los en demoniados.

34 Y salió luego toda la ciudad á encontrar á Jesus; y quando le viéron, le rogaban, que saliese de sus términos.

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entrando en un barco, pasó á la otra ribera,

y fué á su ciudad.

2 Y he aquí le presentáron un paralítico postrado en un lecho. Y viendo Jesus la fé de ellos, dixo al paralítico: Hijo, ten confianza, que perdonados te son tus pecados.

3 Y luego algunos de los Escribas dixéron dentro de sí: Este blasfema.

4 Y como viese Jesus los pensamientos de ellos, dixo: ¿Por qué pensais mal en vuestros corazones?

5 ¿Qué cosa es mas fácil, decir: Perdonados te son tus pecados; ó decir: Levántate, y

29 Y empezaron luego á decir anda?

6 Pues para que sepais, que de paño recio en vestido viejo: el hijo del hombre tiene potestad porque se lleva quanto alcanza sobre la tierra de perdonar peca- del vestido, y se hace peor la dos, dixo entonces al paralítico: rotura. Levántate, toma tu lecho, y vete á tu casa.

7 Y levantóse, y fuése á su

casa.

8 Y quando esto viéron las gentes, temiéron, y loáron á Dios, que dió tal potestad á los hombres.

17 Ní echan vino nuevo en odres viejos. De otra manera, se rompen los odres, y se vierte el vino, y se pierden los odres. Mas echan vino nuevo en nuevos, y así se conserva lo uno y lo otro.

18 Diciéndoles él estas cosas, 9 Y pasando Jesus de allí, vió he aquí un príncipe se llegó á él, á un hombre, que estaba senta-y le adoró, diciendo: Señor, ado al Banco, llamado Mateo, y hora acaba de morir mi hija; le dixo: Sígueme. Y levantán- mas ven, pon tu mano sobre ella, dose le siguió. y vivirá.

10 Y acaeció que estando Jesus sentado á la mesa en la casa, viniéron muchos publicanos y pecadores, y se sentáron á comer con él, y con sus discípulos.

11 Y viendo esto los Fariséos, decian á sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

12 Y oyéndolo Jesus: dixo: Los sanos no tienen necesidad de Médico, sino los enfermos.

13 Id pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio: Porque no he venido á llamar justos, sino pecadores.

19 Y levantándose Jesus, le fué siguiendo con sus discípulos.

20 Y he aquí una muger, que padecia fluxo de sangre doce años habia, y llegándose por detrás, tocó la orla de su vestido.

21 Porque decia dentro de sí; Si tocare tan solamente su vestido, seré sana.

22 Y volviéndose Jesus, y viéndola, dixo: Tén confianza, hija, tu fé te ha sanado. Y quedo sana la muger desde aquella hora.

23 Y quando vino Jesus á la casa de aquel Príncipe, y vió los tañedores de flautas, y una tropa de gente, que hacia ruido, dixo:

14 A esta sazon se llegáron á él los discípulos de Juan, y le dixéron: ¿Por qué nosotros y 24 Retiraos: pues la muchacha los Fariséos ayunamos muchas no es muerta, sino que duerme. veces, y tus discípulos no ayu-Y se mofaban de él. nan?

15 Y Jesus les dixo: ¿Por ventura pueden estar tristes los hijos del esposo, mientras que está con ellos el esposo? Mas vendrán dias, en que les será quitado el esposo; y entonces ayunarán.

16 Y ninguno echa remiendo

25 Y quando fué echada fuera la gente, entró y la tomó por la mano. Y se levantó la muchacha.

26 Y corrió esta fama por toda. aquella tierra.

27 Y pasando Jesus de aquel lugar, le siguiéron dos ciegos gritando, y diciendo: Tén mi

David.

sericordia de nosotros, hijo de les dió potestad sobre los espíritus inmundos, para lanzarlos, para sanar toda dolencia, y toda enfermedad.

28 Y llegado á la casa, vinié-y ron á él los ciegos. Y les dice Jesus: ¿Creeis, que puedo hacer esto á vosotros? Ellos dixéron: Si Señor.

2 Y los nombres de los doce Apóstoles son estos. El primero: Simon, que es llamado Pe29 Entonces tocó sus ojos, di-dro, y Andres su hermano; ciendo: Segun vuestra fe os sea hecho.

30 Y fuéron abiertos sus ojos; y Jesus les amenazó diciendo: Mirad, que nadie lo sepa.

31 Mas ellos, saliendo de allí, lo publicáron por toda aquella tierra.

32 Y luego que saliéron, le presentáron un hombre mudo, poseido del demonio.

33 Y quando hubo lanzado el demonic, habló el mudo, y maravilladas las gentes, decian: Nunca se vió tal cosa en Israél.

34 Mas los Fariséos decian: En virtud del príncipe de los demonios lanza los demonios.

3 Santiago de Zebedéo, y Juan su hermano ; Felipe y Bartolome: Tomas, y Mateo el Publicano; Santiago de Alféo y Tadeo.

4 Sinion Cananéo; y Júdas Iscariotes, aquel que lo entregó.

5 A estos doce envió Jesus, mandándoles, y diciendo: No vayars á camino de Gentiles, ni entreis en las ciudades de los Samaritanos:

6 Mas id antes á las ovejas, que pereciéron de la casa de Israél.

7 Id, y predicad, diciendo: Que se acercó el reyno de los cielos.

35 Y rodeaba Jesus por todas 8 Sanad enfermos, resucitad las ciudades, y villas, enseñan-muertos, limpiad leprosos, lando en las Sinagogas de ellos, y zad demonios: graciosamente predicando el Evangelio del rey-recibisteis, dad graciosamente. no, y sanando toda dolencia, y 9 No poseais oro, ni plata, ni toda enfermedad. dinero en vuestras faxas:

36 Y quando vió aquellas gentes, se compadeció de ellas: porque estaban fatigadas y de caidas, como ovejas, que no tienen pastor.

10 No alforja para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni baston: porque digno es el trabajador de su alimento.

11 Y en qualquier ciudad 6 37 Entonces dice á sus discí-aldea en que entrareis, pregunpulos: La mies verdaderamente tad quien hay en ella digno; y es mucha, mas los obreros pocos.estaos allí kasta que salgais. 38 Rogad pues al Señor de la mies, que envie trabajadores á su mies.

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12 Y quando entreis en la casa, saludadla, diciendo: Paz sea en esta casa.

13 Y si aquella casa fuere digna, vendrá sobre ella vuestra paz: mas sino fuere digna, vuestra paz se volverá á vosotros.

14 Y todo el que no os reci

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