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dimia*. Estos pocos residuos (prosigue Isaías en el lugar citado), pasada la gran borrasca levantarán la voz, y alabarán á su Señort. Cuando éste fuere glorificado con la destruccion y ruina de todos los inicuos, clamarán y suspirarán por él, con deseo y ansia de conocerlo y adorarlo, aun los que se hallaren en los últimos fines de la tierra, separados de este continente por vastísimos mares: cuando fuere el Señor glorificado, alzarán la gritería desde el mar... Desde los términos de la tierra oímos alabanzas, la gloria del justo. Este lugar de Isaías unido con todo el contesto de este capítulo, no comprendo como se pueda acomodar á la predicacion de los Apóstoles, y vocacion de las gentes, que parece el único asunto interesante que tienen en mira los intérpretes de la Escritura.

13. Pues en estos pocos que quedarán vivos sobre la tierra, y en toda su numerosísima posteridad, proseguirá por muchos siglos (que S. Juan llama con el número redondo de mil años) el juicio de Cristo sobre los vivos ó lo que parece, lo mismo su reino sobre los vivos, y viadores, hasta que éstos falten del todo, segun verémos á su tiempo.

Quomodò si paucæ olivæ, quæ remanserunt, excutiantur ex olea: et racemi, cùm fuerit finita vindemia.-Isai. xxiv, 13. + Hi levabunt vocem suam, atque laudabunt.-Isai. xxiv, 14. Cùm glorificatus fuerit Dominus, hinnient de mari...A finibus terræ laudes audivimus, gloriam justi, &c.-Isai. xxiv, 14 et 16.

CAPITULO II.

IDEA GENERAL DEL JUICIO DE CRISTO SEGUN LAS

ESCRITURAS.

14. ESTAS dos palabras, reino y juicio, ó rey y juez, en frase de todas las Escrituras canónicas, y en la inteligencia universal recibida de todos los pueblos, tribus y lenguas que viven en sociedad, me parece á mí que no significan, ní pueden significar dos cosas diversas, sino una sola. Un rey ó príncipe soberano recibido y reconocido por tal de todos sus respectivos súbditos, no es otra cosa que un juez en quien reside todo el juicio respecto de estos mismos súbditos, ni su reinado es otra cosa que su juicio. Aunque no todo juez merece el nombre de rey, ni de príncipe, ni de soberano; mas todo rey, todo principe soberano, merece el nombre de juez, y se le debe de justicia, pues lo es en realidad. Tú me escogiste, le decia á Dios el mas sábio de los reyes, por rey de tu pueblo, y por juez de tus hijos, é hijas y en el cap. vi, hablando con todos los reyes de la tierra, les da promiscuamente el nombre de reyes y de jueces: Oid, pues, reyes, y entended: aprended vosotros, jueces de toda la tierrat. Lo mismo hace su padre David en el salmo ii. Yaora, reyes, entended: sed instruidos los que juzgais la tierra‡; y es bien facil observar esto mismo casi á cada paso en las Escrituras. La palabra misma rey, se deriva evidentemente del verbo regir, que significa gobernar, dirigir, ordenar, mandar,

* Tu elegisti me regem populo tuo, et judicem filiorum tuorum, et filiarum.-Sap. ix, 7.

↑ Audite ergo reges, et intelligite, discite judices finium terræ.— Sap. vi, 2.

Et nunc reges intelligite: erudimini qui judicatis terram.Ps. ii, 10.

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premiar, castigar, &c., todo lo cual supone el juicio que debe preceder. Así, todos los reyes ó principes soberanos (sean personas particulares, ó cuerpos morales) son otros tantos jueces de sus respectivos dominios; á cuyo bien y felicidad deben velar, dando á todos y á cada uno, lo que merece segun sus obras, ó sea de premio ú de castigo, y procurando siempre un buen órden, y una buena armonía en todo el cuerpo del estado.

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15. Aora: como los reyes y soberanos de la tierra no pueden juzgarlo todo por sí mismos, porque escede infinitamente la limitacion del hombre; la razon natural, la esperiencia y la necesidad les ha enseñado, de tiempos antiguos, aquel óptimo espediente que aconsejó á Moyses su suegro Jetro: es á saber: repartir entre muchos, temerosos de Dios, en quiénes se halla verdad, y que aborrezcan la avaricia*, aquel juicio que reside en ellos, dando á cada uno aquella parte determinada, ó por tiempo determinado ó indeterminado, segun su voluntad; mas con la condicion indispensable de que todos reconozcan su dependencia, pues el juicio no es suyo, sino prestado, y todos se reunan al fin en un solo punto ó centro de unidad: esto es, en el soberano mismo, de quien todos recibieron la porcion de juicio, que cada uno tiene, ó la potestad de juzgar dentro de los límites de su jurisdiccion. Estos conjueces son, propiamente hablando, los co-reinantes, y los que forman juntamente con el rey el reino activo, ó la parte activa del reino, que es la principal. Esta parece la verdadera idea sencilla y clara de un rey, y de una monarquía: y esta parece del mismo modo (guardando la debida proporcion) la verdadera idea del juicio de Cristo que nos anuncian para su tiempo las Escrituras.

16. Este juicio no puede ser un juicio pasajero, ni limitado á algunas horas, dias, ni años; como quien se sienta en un tribunal, y examinada y sustanciada la causa de un

* Timentes Deum, in quibus sit veritas, et qui oderint avaritiam. ·Exod. xviii, 21.

TOMO III.

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reo, da la sentencia definitiva. Esta idea, tomada confusamente de una parábola del evangelio, no es tan justa, que no necesite de una mas atenta consideracion. El juicio de Cristo desde que empieze en el dia de su poder*, ó en el dia de su venida en gloria y magestad, debe ser un juicio tan permanente y tan eterno como el mismo Cristo. Así como Cristo en calidad de rey ha de ser eterno; pues su reino ha de ser eterno, y no tendrá fin su reino†; así ha de ser eterno en calidad de juez; pues el juicio es esencial al rey: el honor del rey ama la justicia. Ni puede concebirse un rey ó soberano, como rey 6 como soberano, sin concebirse junto con él y en él mismo, el juicio ó la potestad de juzgar, de ordenar, de mandar, de regir y gobernar, &c. Cristo cuando vino la primera vez, no vino ciertísimamente como rey: por consiguiente ni como juez: ni hay en todas las Escrituras antiguas, ni en los Evangelios, ni en los escritos de los Apóstoles una sola palabra, que persuada ó indique de algun modo esta idea; antes por el contrario, todo nos indica y persuade otra idea infinitamente diversa. Por resumirlo todo en una palabra (que ciertamente vale por mil) el mismo Señor nos lo aseguró así espresamente con la mayor formalidad y claridad, que puede caber en el asunto. (Diciéndonos :)...no envió Dios su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él §. Conque es cosa diversisima juzgar al mundo como rey ó como juez, ó salvar como salvador y redentor á los que creyeren en él, y lo creyeren á él, y conformaren sus obras con su fe, que es la verdadera creencia, sin la cual no puede haber salud.

17. Mas cuando venga la segunda vez (que creemos y esperámos con ansia todos los que le amámos), vendrá sin

* In die virtutis suæ.-Vide Ps. cix, 3.

+ Cujus regni non erit finis.-Ex. simb. Const. et vide Luc. i, 33. Honor regis judicium diligit.-Ps. xcviii, 4.

§ Non enim misit Deus Filium suum in mundum, ut judicet mundum, sed ut salvetur mundus per ipsum.-Joan. iii, 17.

duda como Rey (dice S. Lucas:)... volvió, despues de haber recibido el reino *. Por consiguiente vendrá como juez, porque el Padre... todo el juicio ha dado al Hijo... Y le dió poder de hacer juicio, porque es Hijo del Hombret. En esta potestad consiste sustancialmente el testamento nuevo y eterno de Dios, como que en él renuncia, ó deposita enteramente el Padre en el Hijo, y pone en sus manos todo el juicio y esto porque se hizo hombre, y en cuanto hombre, le dió poder de hacer juicio, porque es Hijo del Hombre... Y dióle (dice Daniel) la potestad, y la honra, y el reino: y todos los pueblos, tribus, y lenguas le servirán á él: su potestad es potestad eterna, que no será quitada: y su reino, que no será destruido‡.

18. Este juicio de Cristo se ve frecuentísimamente en todas las Escrituras, no solo santo, recto y justísimo; sino sumamente magnífico, admirable y lleno de todas aquellas perfecciones y escelencias que no ha tenido jamás, ni ha podido tener el juicio de los puros hombres. Así, se dice de Cristo en el salmo ix, como una cosa nueva é inaudita en todo el orbe de la tierra: Preparó su trono para juicio: Y él mismo juzgará la redondez de la tierra en equidad, juzgará los pueblos con justicia§. Y en los salmos xcv y xcvii son convidadas todas las criaturas, aun las irracionales é insensibles, á alegrarse y regocijarse, no solo porque viene, sino espresamente porque viene á juzgar la tierra. Alégrense los cielos, y regocijese la tierra, conmuévase el mar, y su plenitud: Se gozarán los campos,

* Et factum est, ut rediret, accepto regno. Luc. xix, 15. + Enim Pater... omne judicium dedit Filio... Et potestatem dedit ei judicium facere, quia Filius Hominis est.-Joan. v, 22 et 27.

Et potestatem dedit ei judicium facere, quia Filius Hominis est... Et dedit ei potestatem, et honorem, et regnum: et omnes populi, tribus, et linguæ ipsi servient: potestas ejus, potestas æterna, quæ non auferetur: et regnum ejus quod non corrumpetur. — Joan. v, 27; et Dan. vii, 14.

§ Paravit in judicio thronum suum: Et ipse judicabit orbem terræ in æquitate, judicabit populos in justitia. Ps. ix, 8 et 9.

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