Oldalképek
PDF
ePub
[merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small][ocr errors][merged small][merged small]

A. L publicar este tomo con que se completa la nueva version castellana de la Sagrada Biblia, hecha de órden del Rey nuestro Señor, no puedo ménos de repetir la sincera y cordial protesta que hice al comenzarla. Desconfiado de mis fuerzas, y temeroso siempre, y á veces casi con esceso, de tropezar en tan árdua y obscura senda, sometí desde entónces esta version al juicio y correccion de nuestra santa madre la Iglesia católica, apostólica, romana'. Juzgué no obstante que debia advertir al mismo tiempo, para satisfaccion de los lectores, que habiendo sido examinada ántes detenidamente, en virtud de Real órden de 13 de julio de 1815, por muchos y graves varones de singular erudicion y sabiduría, instruidos especialmente en las lenguas hebréa, griega y árabe, y muy versados en el estudio de los Libros Sagrados, y aprobada tambien despues por el difunto Eminentísimo señor Cardenal Arzobispo de Toledo, prévio el dictámen de personas doctas y pias; me quedaba una moral certeza de que estaba exenta de todo error substancial. Mas ahora al dar gracias a Dios por haberme concedido fuerzas para llevarla al cabo, y por la buena acogida que ha hallado en el Público, renuevo la protesta que hice; y la por tanto estoy pronto á tachar asi de la traduccion como de las notas, mas mínima equivocacion que por inadvertencia mia y de mis censores haya quedado. Esta natural disposicion de mi ánimo, que debo al Autor de todo bien, avivada con las graves dificultades que he debido superar, y ennoblecida con las máximas de nuestra santa Religion, que inspira á todos la humildad de corazon y la docilidad de entendimiento, y condena solamente á los pertinaces en el error; ha sido la causa de que casi en todos los tomos haya suplicado á los lectores inteligentes que se sirvan avisarme los defectos, aun los mas pequeños que observen, y tambien aquellas mejoras que hayan podido ocurrirles. Porque debo confesar que aunque despues de veinte y cinco años de dedicarme enteramente al estudio y meditacion de las Escrituras, se ha disminuido mucho el grande embarazo que hallé al comenzar, se ha aumentado por otra parte el conocimiento de que mi trabajo es capaz de considerables mejoras: mejoras que, como decia un sábio Prelado, es preciso ocurran en una obra tan dificil cual es la version de la Biblia.

Por lo mismo publicaré con el mayor placer y gratitud las observaciones que se me han remitido casi de todas las provincias, sobre varios pasages de mi version, unas de personas instruidas que por modestia me han ocultado su nombre, otras de prelados ilustres por su dignidad y sabiduria; y todas ellas rebosando en aquella humildad propia del verdadero sabio, tímido siempre, y siempre modesto y apacible, y marcadas con el sello divino de la caridad cristiana, la cual, como dice el Apóstol, no se engrieni se irrita, y obra en todo movida del zelo que es conforme á ciencia: no de aquel zelo amargo hijo de la negra envidia, que suele disfrazarse algunas veces con el sagrado manto de una Religion que toda consiste en caridad.

El estraordinario número de suscriptores que acudieron despues de visto el primer tomo, y el piadoso esmero de algunos de ellos, que luego se hicieron cooperadores mios en esta empresa, avisándome hasta los mas peque. ños descuidos tipográficos; al paso que ha sido para mí el premio mas lisongero que podia recibir en este mundo, me ha confirmado en la idea de que no está ya muy distante el tiempo en que, como dije en el Discurso prelimi nar al Antiguo Testamento3, tendrá la Ñacion española una traduccion de las Santas Escrituras superior á las que tienen otras naciones, por la notoria ventaja de nuestra lengua sobre las demas, en la magestuosa elegancia y singu lar energía de sus voces y modismos, y en la viveza de sus comparaciones

Véase el Prólogo al Nuevo Testamento pág. VII. ' I. Cor. XIII. 3 Núm. 22.

y metáforas. A la ilustrada piedad y zelo por la Religion que caracterizan á nuestros católicos Monarcas, y singularmente á nuestro actual augusto Soberano, deberá la España este incomparable beneficio y tan singular y distinguida gloria.

Finalmente debo advertir aqui que habiendo ofrecido dar, junto con los Indices cronologico y de cosas notables, la fe de erratas general de toda la version, y varias correcciones y mejoras que en ella podrán hacerse, será neces sario retardar algunos meses su publicacion, para dar tiempo á que pueda cómodamente leerse este último tomo.

El que reflexione sobre la gran dificultad de evitar todas las erratas de imprenta, mayormente en ediciones como esta en que los caracteres y lo demas concerniente no facilitan tanto el corregir con exactitud como en las que se llaman de lujo, no admirará que la fe de erratas no sea mas corta. Hubiéralo sido dejando de advertir las que suelen escapar á la vista de casi todos los lectores, y que por lo mismo no se hace caso de ellas; pero me ha parecido mas conforme á la suma veneracion debida á los Libros Sagrados, el salvar cuantos defectos he podido notar yo, ó me han hecho notar otros. Por la misma razon he dejado de seguir el ejemplo del Ilustrísimo Scio y de los demas traductores que reservaron para otra edicion el hacer algunas oportunísimas correcciones y notables mejoras en su trabajo. Yo he creido que seria grato y útil á los lectores el principiar á hacerlas ya desde ahora: pues aunque de esta manera se dan á conocer mas los descuidos que ha tenido el traductor, se añade tambien una prueba del recto y cristiano fin que le ha dirigido en el desempeño de su empresa.

ADVERTENCIA

SOBRE LA PROFECIA DE DANIEL.

DANIEL

ANIEL es el cuarto de los Profetas llamados mayores. Era de la tribu de Judá y de la régia estirpe de David. Nabucodonosor se le llevó cautivo á Babilonia, despues de la toma de Jerusalen, 602 años ántes de Jesu-Cristo. Tenia Daniel poca edad, y fué escogido con otros jovencitos de los principales de los judíos, para entrar al servicio de Nabucodonosor; quien los hizo instruir en la lengua y ciencias de los caldéos. El talento y buena conducta de Daniel le gran· gearon luego grande estimacion para con el Rey.

La primera prueba que hallamos del don de profecía con que Dios ilustró al tierno jóven, fué el modo con que defendió la inocencia de Susanna. San Ignacio Mártir dice que no tenia entónces mas que doce años de edad. Pero se hizo luego célebre entre los caldéos con la relacion y esplicacion del sueño que habia tenido Nabucodonosor; siendo así que no conservaba el Rey casi ninguna idea de lo que habia soñado. Confirióle el Rey el gobierno de todas las provincias de Babilonia, declarándole gefe de sus magos, ó sabios, por haber esplicado el sentido misterioso de la estátua que representaba las cuatro grandes monarquías de los babilonios, de los medos y persas, de los griegos, y de los romanos. Algun tiempo despues, viéndose Nabucodonosor vencedor de tantas naciones, quiso que le tributasen culto, haciendo adorar una estátua suya de oro. Daniel y sus compañeros se resistieron ; y fueron ar、

los tres rojados á las llamas, de las cuales los sacó el Señor sin lesion ninguna: Compart.

Continuó Daniel en el reinado de Baltassar manifestando su sabiduría y espíritu profético, y esplicó á este Príncipe las palabras misteriosas que milagrosamente aparecieron escritas en la pared, y eran la sentencia de su condenacion. Muerto Baltassar, Darío le hizo su primer ministro, y envidiosos los cortesanos le armaron lazos, y lograron que fuese echado al lago de los leones, del que le libró el Dios de Israel; y fué segunda vez librado cuando descubrió el engaño y latrocinio de los sacerdotes de Bel, y mató el dragon que adoraban los babilonios.

Murió Daniel siendo de 88 años de edad, al fin del reinado de Ciro, y habiendo conseguido de él un edicto para que los judíos volviesen á Jerusalen y reedificasen la ciudad y el templo. Los rabinos posteriores al tiempo de Cristo no colocan á Daniel entre los profetas: tal vez por lo mismo que anuncia tan claramente la venida del Mesías, en la proTomo VI.

I

[ocr errors]

fecia de las setenta semanas. Pero en la antigua Sinagoga era tenido no solo por Profeta, sino por grande Profeta. Véase lo que se dice de él en los capítulos XIV, vs. 14. 20., y XVIII. v. 3 de Ezequiel. Es notable el testimonio de Josefo hebréo, que en el lib. X. de las Antiguedades, cap. últ. dice: «Daniel fué enriquecido con increibles dones, >> como uno de los grandes Profetas...... porque él no solamente predijo » las cosas futuras, como hicieron los otros Profetas, sino que ademas » fijó el tiempo en que habian de suceder. » Estas últimas palabras seguramente se refieren á la profecia de la venida del Mesías.

Algunos escritores eclesiásticos antiguos manifestaron dudar de la autenticidad de tres partes de este libro, las cuales pertenecen á los sucesos históricos que contiene, ademas de las profecias ; es á saber, del

Lobenes. Cántico de los tres niños, de la historia de Susanna y de la del ídolo

Bel, y del Dragon; porque estas tres partes no se hallaban en el texto hebréo. Apoyados en esta duda algunos hereges, y prefiriendo al juicio de toda la Iglesia la opinion de los modernos rabinos, no reconocen por canónicas dichas tres partes del libro de Daniel. No ignora la Iglesia que no se hallan ahora en los códices hebréos ; pero sabe que se hallaban en aquellos códices que tuvieron delante los Setenta Intérpretes, como tambien Aquila, Teodocion y Símmaco: los cuales siendo hebréos de nacimiento, y habiendo traducido al griego los Libros Sagrados, son testigos de lo que creia la Sinagoga, no solamente en los tiempos remotos, sino hasta principios del siglo 3.o de la Iglesia; pues Símmaco · hizo su version hacia el año 200 de Cristo. Y Orígenes atestigua que la historia de Susanna, la de Bel y del Dragon, la oracion de Azarías, y el Cántico de los tres niños se leian en todas las iglesias, y lo mismo denotan san Ignacio Mártir, Didimo, san Cipriano, y generalmente todos los Padres griegos y latinos'.

El evidente cumplimiento de las profecías de Daniel hizo decir al impio filósofo Porfirio, que este libro se habia escrito despues de haber sucedido lo que refiere. Pero confundieron á Porfirio san Methodio, Eusebio de Cesaréa, Apolinar, y despues san Gerónimo.

Orig. Comm. in Math, et Epist. ad Afric. S. Cypr. Ep. IV. et LVI. De Orat. Dom. et de exhort, ad martyr. Tertuliano: De Idolat. c. XVI. et de Jejun. c. VII. S. Iren. lib. IV, adv, hæreses c. XI. et XLIV. S. Hilar. in Ps. LII. Clem. Alex. Strom, c. IV,

« ElőzőTovább »