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Brazo, y abate la soberbia insana
De los impíos. El lugar sagrado,
¡Ay cuanto desa fuero

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De ellos sufrió! Con arrogancia vana,
El dia en que tu nombre es alabado
Y tus altas piedades,

En las festividades

Mas solemnes se jactan y glorían.

+6

Y en lo mas alto de tu templo santo, 7

Allí sus estandartes

Sacrilegos porfian

En tremolar

y el susto y el espanto

Volar por todas partes

Hacen con ellos, de soberbia hinchados,
Sin mirar donde están, desacordados.
Como en poblada selva

El leñador los troncos despedaza

Con el hacha feroz; y mas que todo
El monte desenvuelva,

Tala y destruye, y nada le embaraza:

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pre las manos contra las altanerías de ellos. ¡Cuanta malignidad ha cometido el enemigo en el santuario!

6 Y se gloriaron los que te aborrecen en medio de tu solemnidad.

t7 Pusieron sus banderas como señales, sin conocimiento, en lo mas alto, á la salida.

8 Como en un bosque de árboles rompieron con hachas todos á una las puertas: con hacha y azuela la derribaron.

Así tus enemigos, de este modo,
Las puertas derrocaron

Del templo, é incendiaron

Tu santuario; entrando á sangre y fuego
La mísera ciudad, que en aquel dia
Vió manchada con fea

Profanacion y ciego

Furor el ara, que erigido habia
Á tu nombre, y la idea

Vió, que entre los malvados concertáran,
De que tu honor y culto allí acabaran.

No vemos ya señales

Ni prodigios: ay! ya el ilustre bando
Para siempre cesó de los profetas,
Y por colmo de males

Nos desampara Dios. Mas hasta cuando
Nos hará el enemigo tan completas
Injurias y baldones?
¿Qué término le pones,

9 Incenderunt igni sanctuarium tuum: in terra polluerunt tabernaculum nominis tui.

10 Dixerunt in corde suo cognatio eorum simul: quiescere faciamus omnes dies festos Dei a terra.

11 Signa nostra non vidimus iam non est propheta: et nos non cognoscet amplius,

12 ¿Usquequo, Deus, improperabit inimicus: irritat adversarius nomen tuum in finem?

+9

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12

9 Pegaron fuego á tu santuario: mancharon en la tierra el tabernáculo de tu nombre.

Io Dijeron en su pecho juntos todos ellos: hagamos que cesen en la tierra todos los dias festivos de Dios.

tII No vemos nuestras sefiales, no hay ya un profeta, y de hoy mas no nos conocerá.

12 ¿Hasta cuando estará, Dios, el enemigo diciendo improperios? ¿Sin fin estará el contrario irritando tu nombre ?

Ó Dios, á la sacrílega insolencia

Con que tu nombre á profanar se atreve?

¿Por qué ya tan ageno,

Señor, de tu clemencia

Antigua, nada á compasion te mueve:

Y del paterno seno

Las manos, otro tiempo compasivas,

† 13

Alzas, por no abrazarnos, tan esquivas?
Ó Dios, y soberano

Nuestro, que antes de los siglos eras:
i Cuan feliz algun dia aseguraba
Su salud en tu mano,

Á la vista del mundo y de las fieras
Gentes, tu pueblo fiel! Si se acercaba
Medroso al mar hinchado,

Por ti era señalado

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El tránsito á sus pies firme y seguro.
Tú del dragon horrible las cabezas

En el golfo anegaste

Entonces y con duro

† 14

15

† 16

Golpe mortal los brios y fierezas

13 Ut quid avertis manum tuam, et dexteram tuam, de medio sinu tuo in finem?

14 Deus autem rex noster ante saecula: operatus est salutem in medio terrae.

15 Tu confirmasti in virtute tua mare: contribulasti capita draconum in aquis.

16 Tu confregisti capita draconis: dedisti eum escam populis AEthiopum.

13 ¿Por qué apartas siempre tu mano y tu diestra de enmedio de tu seno?

14 Pero Dios, el rey nuestro, antes de los siglos, obró salud en medio de la tierra.

15 Tú con tu poder diste estabilidad al mar: tú quebrantaste cabezas de dragones en medio de las aguas.

16 Tú hiciste pedazos las cabezas del dragon: dístelo por pasto á los pueblos de Etiopia.

Así les quebrantaste,

Que cuando resistirte presumieron,
Del tostado Etiope pasto fueron.

Las fuentes y raudales

Brotaron á tu voz: los caudalosos

Rios vuelves tú solo y las riberas
En secos arenales.

Tú de la noche , que con silencioso
Paso sulca y empaña las esferas
Celestes, eres dueño.

Tú del tranquilo sueño

Haces que nos dispierte el claro dia:
Tú fabricaste de la aurora bella
El candor rubicundo:

Ni el sol alumbraria

Sino es por ti. Tu mano fija y sella
Los términos del mundo:

La verde primavera y seco estío
Obra son de tu excelso señorío.

De tantas maravillas
Acuérdate, Señor, y mira ahora
Como el fiero enemigo te escarnece.

17 Tu dirupisti fontes et torrentes: tu siccasti fluvios Ethan.

18 Tuus est dies, et tua est nox: tu fabricatus es auroram et solem.

19 Tu fecisti omnes terminos terrae: aestatem, et ver tu plasmasti ea.

20 Memor esto huius; inimicus improperavit Domino: et populus insipiens incitavit nomen tuum.

† 17

18

† 19

20

17 Tú hiciste brotar fuentes y arroyos: tú secaste rios caudales.

18 Tuyo es el dia, y tuya es la noche: tú fabricaste la aurora y el sol.

19 Tú fijaste todos los confines de la tierra: el estío y la primavera formaste tú.

20 Acuérdate de esto: el enemigo ha ultrajado al Señor y un pueblo necio ha insultado su nombre.

¿La gloria con que brillas,

El honor de tu nombre, á quien adora
Cielo y tierra rendidos

Tan infame desprecio

, ya merece

De un pueblo vil y necio?

No entregues á tus siervos en las manos
De estas bestias feroces no te olvides
De ellos eternamente.

No sean, Señor vanos

Tus pactos; pues que ves en estas lides
La mas obscura gente,

La mas vil de la tierra, con maldades
Gozar de nuestras casas y heredades.
No desprecies el llanto

Del humilde, ni sea confundido

Su ruego en tu presencia. Nadie sabe
Tu nombre sacrosanto

Celebrar como el pobre desvalido:

21

† 22

De este es de quien esperas que te alabe.

A juzgar te levanta

Tu causa ó Dios y tanta

21 Ne tradas bestiis animas confitentes tibi, et animas pauperum tuorum ne obliviscaris in finem.

22 Respice in testamentam tuum: quia repleti sunt, qui obscurati sunt terrae domibus iniquitatum.

23 Ne avertatur humilis factus confusus pauper et inops laudabunt nomen tuum.

24 Exurge, Deus, iudica

23

24

21 No entregues á las bestias las almas que te conocen, ni te olvides para siempre de tus pobres.

22 Repara en tu alianza; porque los hombres obscuros de la tierra se han enriquecido inicuamente con nuestras casas.

23 No se vaya avergonzado el humilde el pobre y el desvalido alabarán tu nombre.

24 Levántate, ó Dios, juz

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