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Santos; que no lo hacia Dios por las pollinas: Numquid de bobus cura est Deo? I ad Cor. Ix; sino que quiere que por esos medios vengais á reinar como Saul: Servire Deo, regnare est.

giese por rey, á Saul, como él se lo habia dicho. Pensaba vuestro padre que os enviaba á estudiar á Sevilla ó á Salamanca para que fuéseis gran letrado, y viniéseis despues á tener alguna plaza con que viviéseis honradamente; y no Cuando despues el profeta Safue sino que os envió Dios allá muel fué de parte de Dios à repara recibiros en su casa, y hace-prender á Saul por aquella desoberos religioso. Pensaba san Agus-diencia que habia cometido en no tin, cuando fué de Roma á Milan, destruir á Amalec, como Dios le y el prefecto de la ciudad Síma- habia mandado: despues de haberco que le enviaba, que iba á leer retórica; y no era sino que le enviaba Dios á san Ambrosio para que le convirtiese.

Pongámonos á considerar las vocaciones diversas, y los medios tan particulares y tan menudos, y al parecer tan remotos, por donde Dios trajo á la Religion al uno y al otro, que cierto pone admiracion: porque parece que si no fuera por no sé qué cosilla, ó por no sé qué niñería que sucedió, que no fuérais religioso; y fueron todas esas trazas é invenciones de Dios para traeros á la Religion. Y nótese esto de camino para algunos que les suelen venir algunas veces tentaciones, que su vocacion no debió ser de Dios, por haber sido por medio de semejantes cosillas. Engaño es ese del demonio vuestro enemigo, envidioso del estado que teneis; porque costumbre es de Dios servirse de esos medios para el fin que él pretende de su mayor gloria, y de vuestro mayor bien y provecho; y tenemos muchos ejemplos de eso en las vidas de los

le reprendido, volviendo las espaldas Samuel para irse, Saul le asió del manto, para que no se fuese, sino que le valiese con Dios; y dice el texto (1), que se quedó el pedazo del manto de Samuel en la mano de Saul rompiéndose. ¿Quién pensara sino que aquel rasgarse y dividirse el manto del Profeta sucedia acaso, porque tiró de él Saul, y debia de ser viejo, y rasgóle? Y no sucedió sino por particular providencia y disposicion de Dios; para dar á entender que aquello significaba que Saul era apartado y privado del reino por su pecado; y así viendo Samuel este hecho, dijo á Saul: Scidit Dominus Regnum Israel à te hodie, et tradidit illud proximo tuo meliori te: Por esta division de mi manto, entiende que el Señor apartó y dividió hoy el reino de Israel de tí, y le entregó á tu prójimo, que es mejor que tú.

En el mismo primer libro de los Reyes se cuenta, que tenia una vez

(1) I Reg. XV.

Saul cercado á David y á los su- dece tambien mucho esta provi

yos, in modum coronæ, de tal manera que ya David desconfiaba de poderse escapar de aquella. Estando en este aprieto, viniendo un correo á Saul muy de prisa, que los filisteos se habian entrado la tierra adentro, y lo robaban y destruian todo, hubo de alzar el cerco Saul, y acudir á la mayor necesidad, y así se escapó David; que no fue acaso el acometimiento y entrada de los filisteos, sino traza de Dios para librar por aquel medio á David.

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Otra vez los sátrapas de los filisteos echaron á David de su ejéré hicieron que el rey Aquis le mandase volver á su casa, aunque le llevaba él muy de buena gana consigo, é iba muy confiado en él: Sed satrapis non places. Parece que fue acaso aquel consejo de los sátrapas; y no fue acaso, ni por el fin que ellos pensaban, sino fue particular providencia de Dios; porque volviéndose David, halló que los amalecitas habian puesto fuego à Siceleg su pueblo, y que habian llevado cautivas todas las mujeres y niños, à minimo usque ad magnum, y á sus mismas mujeres de David; y va tras ellos, destrúyelos, y cobra toda la presa y cautivos sin faltar ninguno: lo cual no hiciera si los sátrapas no le hubieran echado de su ejército. Y para eso ordenó Dios aquel consejo, aunque ellos lo ordenaban por otra cosa.

dencia particular de Dios en cosas muy menudas y particulares. ¡Qué medios tan extraños tomó Dios para librar al pueblo de los judíos de la sentencia cruel del rey Asuero! ¿Por qué medios escogió por reina á Ester, desechando á Vasti, y que fuese del pueblo de los judíos, para que intercediese despues por ellos? Acaso parece que fue el entender Mardoqueo la traicion que los otros armaban al rey Asuero, y el venírsela á descubrir; y que el Rey estuviese desvelado aquella noche y no pudiese dormir, y que hiciese que le trajesen las crónicas de sus tiempos. para entretenerse, y que le acertasen å leer aquel hecho de Mardoqueo. Y no sucedia nada de eso acaso, sino por alto consejo de Dios, y por especial providencia suya, que queria por esos medios librar á su pueblo; y así se lo envió á decir Mardoqueo á Ester, que no se atrevió á entrar á hablar al Rey, y se excusaba por no ser llamada: Quis novit utrum idcirco ad Regnum veneris, ut in tali tempore parareris? ¿Quién sabe si esta fue la causa de haberte hecho reina, para que pudieses ayudar en esta ocasion?

Llena está la sagrada Escritura y las historias eclesiásticas de semejantes ejemplos, para que aprendamos á atribuir todos los sucesos á Dios, y á tomarlos como venidos de su mano, para nuestro maEn la historia de Ester resplan-yor bien y provecho. En el libro

de las Recogniciones de san Cle- | bien, y despues la entenderéis memente se cuenta una cosa notable jor, porque de aquí allá os instruiá este propósito. Siendo Simon Ma- ré yo, y gustaréis y os aprovechago perseguidor de san Pedro, san réis mucho de ella. Bernabé habia convertido en Ro- Quiero concluir con un ejemma á san Clemente; el cual fué á plo nuestro, que tenemos en la visan Pedro, cuéntale su conversion, da de nuestro bienaventurado Papídele que le instruya en las cosas dre san Ignacio (1), en que resde la fe, y dícele san Pedro: Á bue-plandece tambien mucho esto misna coyuntura has llegado, porque mo, que es en la ida del Padre para mañana está aplazada una san Francisco Javier à las Indias disputa pública entre mí y Simon orientales. Cosa es digna de conMago: allí nos verás, y oirás lo sideracion los medios por donde que pides. Estando en esto entran vino á ir este santo varon á las Indos discípulos, y dicen á san Pe- dias. Nombró nuestro Padre san dro, como Simon Mago los en- Ignacio para esta mision á los Paviaba, que se le habia ofrecido un dres Simon Rodriguez y Nicolás negocio, que se dilatase la disputa de Bobadilla: el P. Simon estapara de ahí á tres dias. Dijo san Pe- ba entonces cuartanario, y con dro que fuese así. En saliendo, todo eso se embarcó luego para entristecióse san Clemente mucho: Portugal: escribióle al P. Bobay como le vió san Pedro triste, preguntóle: ¿Qué tienes, hijo, que te veo triste? Respondióle san Clemente: Hágoos saber, padre, que me entristecí mucho por ver que se diferia la disputa que yo quisie- à Roma, que estando al mismo ra que fuera mañana. Es cosa muy de notar: en una cosa de tan poco peso toma san Pedro la mano, y hace un sermon grande: Mira, hijo, entre los gentiles, cuando no se hacen las cosas como ellos quieren, levántase grande turbacion; pero nosotros, que sabemos que Dios lo guia y gobierna todo, habemos de tener gran consolacion y paz. Sabed, hijo, que ha sido por vuestro mayor bien esto que ha sucedido; porque si ahora fuera la (1) Lib. 2, cap. 16 vit. S. Ignat. et in vit. disputa, no la entendiérais tans. Francisc. Xaver.

dilla, que viniese de Calabria á Roma: vino, mas tan debilitado de la pobreza y trabajos del camino, y tan enfermo y maltratado de una pierna cuando llegó

tiempo el embajador D. Pedro Mascareñas á punto para volverse á Portugal, fue necesario, por no poder aguardar que sanase Bobadilla, ni quererse partir sin el otro Padre que habia de ir á la India, que en lugar del maestro Bobadilla fuese sustituido el Padre maestro Francisco Javier con felicísima suerte. El cual se partió luego con el Embajador á Portugal. Así no habiendo sido nombrado

el P. Francisco Javier, sino el Dios y tened por cierto que mien

P. Bobadilla, y por ser de prie- tras con mayor confianza os arrosa la partida, parece que acaso le járeis en Dios, mas seguro estaréis; sustituyeron en su lugar: y no fue y por el contrario, hasta que lleacaso, sino por alto consejo de gueis á tener esta confianza filial, Dios, que habia determinado ha- nunca tendréis verdadera paz y cerle apóstol de aquellas partes. reposo de corazón, porque sin ella Y mas, despues que vinieron á Por- todas las cosas os turbarán y destugal, viendo el gran fruto que mayarán. Pues acabemos de arrohacian allí, los quisieron detener; jarnos y ponernos del todo en las y últimamente se resolvieron á manos de Dios, y fiarnos de él, coque se quedase allí el uno de ellos, mo nos lo aconseja el apóstol san y que el otro pasase á las Indias. Pedro: Omnem sollicitudinem vesVed aquí vuelto á poner el nego- tram projicientes in eum ; quoniam cio en contingencia; pero acerca ipsi cura est de vobis, I Petr. v; y el de Dios no hay contingencia: al Profeta en el salmo LIV: Jacta super fin hubo de ser el P. Francisco Dominum curam tuam, et ipse te Javier el que pasó á las Indias; enutriet. Vos, Señor, me amásteis porque esa era la voluntad de tanto á mí, que os entregásteis toDios, y así lo habia él determi-do por mí, en manos de crueles sanado, por convenir así para el yones, para que hiciesen en Vos lo bien de aquellas almas y mayor que quisiesen: Jesum vero tradidit gloria suya. Tracen los hombres voluntati eorum. Luc. XXIII. ¿Qué lo que quisieren, y llévenlo por mucho que yo me ponga y entregue la via que mandaren, que eso to- todo en manos, no crueles, sino mará Dios por medio para cum-tan piadosas como las vuestras, paplir sus trazas, y hacer lo que mas ra que hagais de mí lo que quisiéos conviene á vos, y á su mayor reis, que estoy cierto que no será sigloria. no lo mejor y lo que mas me conCon estos y otros semejantes viene á mí? Aceptemos aquel parejemplos, así de la sagrada Es-tido y concierto que hizo Cristo critura, como de lo que cada dia nuestro Señor con santa Catalina de vemos y experimentamos, así en Sena. Hacia el Señor muchos regaotros, como en nosotros mismos, los y favores á esta Santa, y entre habemos de ir asentando é im- ellos fue uno muy particular, que primiendo en nuestro corazon esta apareciéndole un dia le dijo: Ficonfianza mediante la oracion ylia, cogita tu de me; et ego cogitabo consideracion. Y no habemos de continenter de te: Hija, olvidate tú parar en este ejercicio, hasta que sintamos en nuestro corazon una muy familiar y filial confianza en

de ti, para acordarte de mí; y yo pensaré siempre en tí, y tendré cuidado de tí. ¡Oh qué buen con

cierto este, y qué buen trueque! | to. Díjole el confesor, que bueno ¡Qué ganancia tan grande seria esta era aquello; pero que sin mucha para nuestras almas ! Pues à este virtud podia uno sacar compapartido sale el Señor con cada uno. sion y ternura de la pasion de Olvidaos de vos, y dejad vuestras Cristo, como acá por solo el trazas; cuanto mas os olvidareis amor y afecto natural, que uno de vos, por acordaros y fiaros de tiene á su amigo, puede sacar comDios, tanto mas cuidará Dios de pasion de sus trabajos. Preguntóle vos. Pues ¿quién no aceptará este la vírgen: ¿Y llorar una persona partido tan aventajado y tan rega-sus pecados cada dia será verdalado, que es el que la esposa dice, dera devocion? Respondióle: Bueque habia hecho con su esposo? no es eso, pero no es lo mas avenEgo dilecto meo, et ad me conversio ejus. Cant. VII.

CAPÍTULO XII.

De cuánto provecho y perfeccion sea aplicar la oracion á este ejercicio de la conformidad con la voluntad de Dios; y cómo habemos de ir descendiendo á cosas particulares, hasta llegar al tercer grado de conformidad.

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tajado; porque lo malo naturalmente da pesadumbre. Tornó ella á preguntar: &Seria verdadera devocion pensar en las penas del infierno, y en la gloria de los bienaventurados? Respondió: Tampoco es eso lo mas subido; porque la naturaleza misma naturalmente aborrece y rehusa lo que le da pena y ama y busca lo que le puede ser de contento y gloria; como si le pintasen una ciudad llena de placeres y contentos, la desearia. La santa vírgen fuése con esto Juan Rusbroquio (1), varon doc-muy desconsolada y llorosa, por tísimo y muy espiritual, refiere no saber á qué aplicaria su ejercide una santa vírgen, que dando cio de oracion, que mas agradase ella cuenta de su oracion á su á Dios; y de allí á poco aparecióle confesor y padre espiritual, que debia ser gran siervo de Dios y de mucha oracion; y queriendo ser enseñada de él, le dijo que su ejercicio en la oracion era en la vida y pasion de Cristo nuestro Señor, y lo que sacaba de ella, era conocimiento de sí, y de sus vicios y pasiones, y dolor y compasion de los dolores y trabajos de Cris(1) Rusbroq. in fin. operum suorum.

un niño muy hermoso, al cual diciéndole ella su desconsuelo, y que nadie parecia que la podia consolar, respondió el niño, que no dijese aquello, que él podia y queria consolarla. Vé, dice, á tu padre espiritual, y díle que la verdadera devocion consiste en la abnegacion y menosprecio propio y resignacion entera en las manos de Dios, así en lo adverso, como

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