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verdaderamente admirable lo que leemos del Anticristo. Las noticias son innumerables, y todas se aseguran, unas mas, y otras menos, con gran formalidad. Mas si llegamos por curiosidad á examinar el fundamento en que estriban, nos hallamos con una maravilla, y la que mas sorprende de todas: quiero decir: que todas estas noticias no tienen otro fundamento que ellas mismas: todas estriban sobre sí mismas, y mutuamente se sostienen. Las primeras son fundamento de las segundas, y las segundas lo son de las primeras. Estas estriban sobre las que se siguen, y las que siguen sobre las que preceden: y todo ello no parece otra cosa que un edificio magnífico, construido en el aire y conservado milagrosamente, donde aparece nuestro Anticristo como un fantasma terrible, como un espectro ó como un ente de razon.

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148. Mas esta córte en Jerusalén, de este rey Anticristo, ó de este monarca fantástico, no tiene por otra parte otros fundamentos? No hay en toda la Escritura divina algunos lugares de donde esto conste, ó se pueda inferir? Amigo mio, esto es mucho pedir. Si estos fundamentos los buscais en la Escritura misma, os cansais inútilmente. Sabed de cierto, que no los hay. Mas si los buscais en otras fuentes, ó en otros libros que no son canónicos, hallareis fácilmente con que suplir en caso de necesidad. ¿ Cuales son estos fundamentos? Ven y ve. Son aquellas profecías las mas magnificas favorables á Jerusalén, que hasta aora no han tenido ni han podido tener su cumplimiento. Estas profecías son tantas, tan claras, tan espresivas, y anuncian á Jerusalén tanta grandeza, tanta prosperidad, y al mismo tiempo tanta justicia y santidad, que por eso mismo se han hecho increibles en el sistema ordinario de los doctores. Así, algunas pocas se han procurado acomodar por los mejores intérpretes que llamamos literales, á la vuelta de Babilonia, en sentido literal: otras á la Iglesia presente en sentido alegórico: otras mas dificiles é impenetrables á la Jerusalén celestial, en sentido anagógico: y otras á cualquiera alma santa en sentido místico: y otras en fin que

repugnan invenciblemente todos estos sentidos, y en que Espíritu Santo quiso quitar todo efugio, hablando espresamente de aquella Jerusalén que fué córte de David, de Salomon, &c., y que por sus pecados fué destruida por Nabuco, y despues por los Romanos, y aora está y estará hasta su tiempo conculcada de las gentes, &c., estas profecías, digo, se procuran acomodar (no se sabe en qué sentido) á los tiempo del Anticristo, cuando este fantasma ponga en Jerusalén la córte de su fantástico imperio. Si alguno se atreve á preguntar, ¿con qué razon se hace todo esto, con qué fundamento, con qué autoridad, y con qué licencia? se puede esperar, no sin gran fundamento que la respuesta tenga mucho mas de sonido, que de sustancia. Estas profecías de que hablamos, favorables á Jerusalén, forman un fenómeno muy grande, que deberémos observar atentamente, cuando sea su tiempo. El detenernos aora en esto, fuera un verdadero desorden, y nos hiciera mas daño que provecho.

ARTICULO IV.

Monarquia universal del Anticristo.

149. Pues este hombre tan singular, este mísero judio, este mago, este seductor insigne, viéndose en el trono de Israél recibido por Mesías, amado y adorado de todas las tribus, entrará luego en los pensamientos de suje-` tar á su dominacion, no solamente las naciones circunvecinas, sino todos los reinos, principados y señorios: todos los pueblos, tribus y lenguas de todo el orbe de la tierra; sin duda para verificar en sí mismo aquellas profecias que anuncian esta grandeza del verdadero Mesías, hijo de David. Para poner en egecucion un proyecto como este, deberá enviar por todas las partes del mundo, ya predicadores, llenos de celo; ya egércitos innumerables y fortísimos, acompañados y sostenidos por todas las lejiones de

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Satanás que unos con persuasiones, otros con milagros estupendos, otros con amenazas, otros con fuerza abierta, obligarán en fin á todo el linage humano á sujetarse y recibir el yugo. El mismo rey de Israél, acompañado de su pseudoprofeta, y de su angel de guarda Satanás, no dejará de andar como un rayo de una parte á otra: únas veces ácia el oriente hasta las costas de la India y de la China, sin perdonar una sola de las muchas islas de aquellos mares: otras veces ácia el norte y norueste contra los soberanos de la Europa: otras ácia el mediodia contra todas las naciones del Africa hasta el cabo de Buenaesperanza: otras ácia el occidente contra toda la América &c.: y siempre con tan feliz suceso, que en pocos años tendrá concluida y perfeccionada la grande empresa, y se verá servido, honrado y aun adorado como Dios de to dos los pueblos de la tierra.

150. Aora bien y de toda esta historia ó de la sustancia de ella, ¿quién sale por fiador? ¿De qué archivos públicos ó secretos se han sacado unas noticias tan maravillosas? Se supone que no hay ni puede haber otras, que la revelacion, porque es historia de lo futuro. ¿Cual es, pues, esta revelacion? Examinémosla de cerca, y con formalidad.

151. Dos lugares de la divina Escritura se alegan comunmente para probar esta monarquia universal del Anticristo. El primero es el capítulo vii de Daniel, en el cual nos señalan, y nos hacen observar, no ya la cuarta bestia terrible y admirable (porque esta quieren que sea el imperio romano) sino uno de los cuernos que tiene esta bestia en su cabeza, que es el mayor de todos, de quien se dicen y anuncian cosas nada ordinarias. Mas despues de leido y considerado todo lo que se anuncia de este cuerno terrible, así como no hallamos vestigio alguno por donde poder siquiera sospechar, que el cuerno insigne, ó esta potencia, ó este rey haya de ser judio, ni falso Mesías; así tampoco lo hallamos para creer ni sospechar su monarquia universal. Lo que hallamos únicamente es, que esta potencia ó este

rey será mayor que los otros diez que están como él en la cabeza de la terrible bestia, y le sirven de cuernos ó de armas. Item: que humillará tres de estos diez reyes (de los otros siete nada se dice, ni de los que quedan en lo restante de la tierra). Item: que lleno de altivez, orgullo y soberbia, hablará blasfemias contra el Altísimo, y perseguirá á sus santos. En suma, que su presuncion será tan grande, que le parecerá posible y fácil mudar los tiempos y las leyes, &c. para todo lo cual se dará licencia por algun tiempo. Esto es todo lo que se lee de esta potencia ó de este rey en el capítulo vii de Daniel. Todo lo cual así como puede suceder en Asia, ó en Africa (donde efectivamente lo ponen muchos intérpretes, señalando tambien los tres reyes que han de ser humillados: esto es, el de Libia, el de Egipto, y el de Etiopia) así puede suceder en Europa, ó en América, sin ser necesario hacer á este rey, sea quien fuere, monarca universal de todo el orbe. Demas de esto, ¿como se prueba que este cuerno insigne, que nace, crece y se fortifica en la cabeza de la bestia, es propiamente el Anticristo que esperamos, y no la bestia misma? Pero de esto hablarémos mas adelante.

152. El segundo lugar que se alega es el capítulo xiii del Apocalipsis, en el cual se habla manifiestamente del Anticristo debajo de la metáfora de una bestia terrible de siete cabezas y diez cuernos. Aquí, pues, se dice que á esta bestia se le dará potestad sobre toda tribu, y pueblo, y lengua, y nacion*: y que la adorarán todos los habitadores de la tierra +. Yo creo firmemente lo que anuncia esta profecía, que en el asunto de que hablamos me parece clarísima; mas del mismo modo me parecen clarísimos dos equívocos que se ven en su esplicacion. Primero : El testo no dice que la potestad sobre toda tribu, y pueblo, y lengua, y nacion, se le dará á un rey, ó á un hombre individuo y singular, que es lo que se intenta probar':

* In omnem tribum, et populum, et linguam, et gentem. Apoc. xiii, 7. İb. v. 8.

+ Et adoraverunt eam omnes qui inhabitant terram. →

solo dice, que esta potestad se le dará á la bestia de que se va hablando: y esta bestia por todas sus señas y contraseñas está infinitamente distante de simbolizar un rey, una persona singular ó una cabeza de monarquía. Segundo equívoco: El testo no dice que todos los habitadores de la tierra adorarán á esta bestia con adoracion formal de latría como á Dios; solo dice simplemente que la adorarán*: y todos sabemos que es lícito adorar á una criatura, mas no es lícito adorarla como á Dios. Nuestro padre Abrahan, por ejemplo, adoró á los jueces de la ciudad de Heth; Levantóse Abrahan (se dice en el Genesis) y se inclinó al pueblo de la tierra, es á saber, á los hijos de Heth†. ¡O, cuan lejos estuvo el padre de todos los creyentes de adorar otro Dios que al Dios de Abrahan! Este punto lo tocamos aora con tanta brevedad, así por ser facilísimo de comprenderse solo con insinuarlo, como porque luego hemos de volver á él, cuando considerémos la bestia del Apocalipsis.

153. Entre tanto, para no creer esta monarquía universal que no consta de la misma Revelacion, nos puede ayudar mucho otra cosa que consta de la misma Revelacion: es decir, la estátua de cuatro metales que dejamos observada en el fenómeno primero: allí se habla de solas cuatro monarquías, ó reinos ó imperios célebres que habrá en nuestra tierra, y el último de todos se lleva hasta la caida de la piedra, ó hasta la venida segunda del Mesías, como allí probamos. Aora, si fuera de estos cuatro imperios, hubiese de haber otro, y este mayor que todos los cuatro, no solo divididos, sino juntos, parece natural, que se dijese de él alguna palabra, y no se pasase tan en silencio un suceso tan maravilloso. Demás de esto, la piedra debe caer directamente sobre los pies y dedos de la grande estátua, es decir, sobre el cuarto y último reino dividido en muchos, y convertirlo en polvo junto con toda la estátua. Conque

* Et adoraverunt eam. — Id. id. ib.

↑ Surrexit Abraham, et adoravit populum terræ, filios videlicet Heth. Gen. xxiii, 7.

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