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17 Sobrevinieron unos pastores, y las | oido su clamor por la dureza de los soecháron y se levantó Moyses, y defen- brestantes de las obras ; didas las muchachas, dió de beber á las ovejas de ellas.

8 Y conociendo su dolor, he descendido, para librarlo de las manos de los 18 Y quando volvieron á Ragüel su Egypcios, y sacarlo de aquella tierra á padre, les dixo: ¿Por qué habeis venido una tierra buena y espaciosa, á una mas presto de lo acostumbrado ? tierra que mana leche y miel, á los lu19 Respondieron: Un hombre Egyp-gares del Chananéo, y del Hethéo, y del cio nos ha librado de mano de los pas- Amorrhéo, y del Pherezéo, y del Hevéo, tores; y además sacó agua con nosotras, y del Jebuséo. y dió de beber á las ovejas.

20 Y él dixo: En dónde está? ¿Por qué dexasteis ir á ese hombre? llamadle

para que coma pan.

21 Y Moysés juró, que habitaria con él. Y tomó por muger á Séphora su hija. 22 La qual le parió un hijo, á quien llamó Gersám, diciendo: Peregrino fuí en tierra agena. Y parió otro, á quien llamó Eliezer, diciendo: Porque el Dios de mi padre, mi ayudador, me sacó de la mano de Pharaón.

23 Y al cabo de mucho tiempo murió el Rey de Egypto: y gimiendo los hijos de Israel, á causa de sus tareas alzáron el grito y subió su clamor á Dios desde

sus tareas.

24 Y oyó el gemido de ellos, y acordose de la alianza que concertó con Abraham, Isaac y Jacob.

25 Y miró el Señor á los hijos de Israél, y reconociólos.

9 El clamor pues de los hijos de Israél ha llegado á mí: y he visto la afliccion de ellos, con la que son oprimidos por los Egypcios.

10 Pero ven, y te enviaré á Pharaón, para que saques de Egypto á mi pueblo, á los hijos de Israél.

11 Y dixo Moysés á Dios: ¿Quién soy yo para ir á Pharaón, y sacar á los hijos de Israel de Egypto?

12 El qual le dixo: Yo estaré contigo: y esto tendrás por señal de que te he enviado: Luego que hubieres sacado á mi pueblo de Egypto, sacrificarás á Dios sobre este monte.

13 Dixo Moysés á Dios: He aquí que yo iré á los hijos de Israél, y les diré : El Dios de vuestros padres me ha enviado á vosotros. Si me dixeren: ¿Quál es su nombre? ¿qué les responderé?

14 Dixo Dios á Moysés: Yo SOY EL QUE SOY. De este modo, dixo, dirás á los hijos de Israél: EL QUE ES, me ha enviado á vosotros.

CAPITULO III. Apacentando Moysés las ovejas de Jethró su suegro, se le manifiesta Dios en una zarza que 15 Y dixo Dios otra vez á Moysés: ardia sin quemarse. Le envia á librar á su Esto dirás á los hijos de Israél: El Sepueblo de la tyranía de Pharaón, y Moyses señor Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios

excusa.

Y MOYSES apacentaba las ovejas de Jacob me ha enviado á vosotros:

de Jethro su suegro, sacerdote de Madián: y habiendo llevado el ganado á lo interior del desierto, vino á Horeb monte de Dios.

2 Y se le apareció el Señor en llama de fuego en medio de una zarza: y veia, que la zarza ardia, y no se que maba.

3 Dixo pues Moysés: Iré, y veré esta grande vision, por qué no se quema la zarza.

4 Y viendo el Señor, que caminaba para ver, llamólo de medio de la zarza, y dixo: Moyses, Moysés. El qual respondió: Aquí estoy.

5 Y él dixo: No te acerques acá: desata el calzado de tus pies; porque el lugar, en que estás, tierra santa es.

6 Y dixo; Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Moysés cubrió su rostro; porque no se atrevia á mirar ácia Dios.

7 A quien dixo el Señor; He visto la afliccion de mi pueblo en Egypto, y he

este es mi nombre para siempre, y este es mi memorial por generacion y generacion.

16 Ve, y junta á los ancianos de Israél, y les dirás: El Señor Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob se me apareció, diciendo: Visitando os he visitado, y he visto todo lo que os ha acontecido en Egypto:

17 Y he dicho que os sacaré de la afliccion de Egypto á la tierra del Chananéo, y del Hethéo, y del Amorrhéo, y del Pherezéo, y del Hevéo, y del Jebuséo, á una tierra que mana leche y miel.

18 Y oirán tu voz: y entrarás tú, y los ancianos de Israel al Rey de Egypto, y le dirás: El Señor Dios de los Hebréos nos ha llamado: irémos camino de tres dias al desierto para sacrificar al Señor nuestro Dios.

19 Mas yo sé, que no os dexará el Rey de Egypto que vayais, sino por mano fuerte.

20 Porque yo extenderé mi mano y

heriré á Egypto con todas mis maravillas, que he de hacer en medio de ellos: despues de esto os dexará ir.

21 Y daré gracia á este pueblo en los ojos de los Egypcios: y quando saliereis, no saldreis vacios:

22 Sino que cada muger pedirá á su vecina, y á su huespeda alhajas de plata, y de oro, y ropas y las pondréis sobre vuestros hijos e hijas, y despojaréis á Egypto.

CAPITULO IV.

Milagros que obra Dios para asegurar á Moysés de su mision. Se pone en camino para Egypto; y se executa la circuncision de su hijo. Aarón por aviso de Dios se le junta en el Sinai; y ambos pasan á buscar á los Israelitas.

RESPONDIENDO Moyses, dixo:

No me creerán, ni oirán mi voz, sino que dirán : No te se ha aparecido el Señor.

2 Por lo qual le dixo: ¿Qué es lo que tienes en tu mano? Respondió: Úna vara.

3 Y dixo el Señor: Arrójala en tierra. Arrojóla, y se convirtió en serpiente, de manera que Moyses huia.

4 Y dixo el Señor: Extiende tu mano, y tómala por la cola. La extendió,, y la tomó, y se convirtió en vara.

5 Para que crean, dixo, que te se ha aparecido el Señor Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob.

6 Y díxole de nuevo el Señor: Mete tu mano en tu seno. La que habiendo metido en el seno, sacóla cubierta de lepra como la nieve.

7 Vuelve á meter, dixo, tu mano en tu seno. Volvióla à meter, y la sacó otra vez, y era semejante á la otra carne.

8 Si no te creyeren, dixo, ni dieren oidos al lenguage de la señal primera, creerán la palabra de la señal segunda. 9 Y si ni aun así dieren crédito á estas señales, ni oyeren tu voz: toma agua del rio, y derrámala en tierra; y quanta sacares del rio, se convertirá en

sangre.

10 Dixo Moysés: Perdonad, Señor, yo no soy eloqüente desde ayer y antes de ayer y aun despues que has hablado a tu siervo, me hallo mas tartamudo, y pesado de lengua.

14 Enojado el Señor contra Moysés dixo: Aarón tu hermano el Levita, sé que es eloquente: mira que él sale á tu encuentro, y quando te vea, se alegrará de corazon.

15 Háblale, y pon mis palabras en su boca: y yo estaré en tu boca, y en la boca de él, y os mostraré, lo que debeis hacer.

16 El hablará por tí al pueblo, y será tu boca mas tú serás para él en las cosas, que pertenecen á Dios.

17 Toma tambien en tu mano esta vara, con la qual has de hacer prodigios.

18 Se fué Moysés, y volvió a Jethró su suegro, y le dixo: Iré, y volveré á Egypto á mis hermanos, para ver si son aun vivos. Jethro le dixo: Vete en

paz.

19 Y dixo el Señor á Moysés en Madián: Ve, y vuelve á Egypto; porque han muerto todos los que buscaban tu alma.

20 Tomó pues Moysés á su muger, y á sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvióse á Egypto, llevando la vara de Dios en su mano.

21 Y díxole el Señor, quando volvia á Egypto: Mira que hagas delante de Pharaón todos los portentos, que he puesto en tu mano: yo endureceré su corazon, y no dexará ir al pueblo.

22 Y le dirás: Esto dice el Señor : Mi hijo primogénito es Israél.

23 Te he dicho: Dexa ir á mi hijo para que me sirva; y no has querido dexarle ir: mira que yo mataré á tu hijo primogénito.

24 Y estando en el camino, le salió el Señor al encuentro en el meson, y queria matarle.

25 Séphora tomó al instante una piedra muy aguda, y circuncidó el prepucio de su hijo, y tocó sus pies, y dixo; Tú eres para mí esposo de sangres.

26 Y le dexó ir, luego que dixo: Es poso de sangres á causa de la circuncision.

27 Y el Señor dixo á Aarón: Ve al desierto al encuentro de Moysés. El qual caminó al encuentro de él al monte de Dios, y le besó.

28 Y contó Moysés á Aarón todas las palabras del Señor con que le habia enviado, y los prodigios que habia ordenado.

11 Díxole el Señor: ¿Quién hizo la 29 Y vinieron juntos, y congregáron boca del hombre? ¿ó quién formó alá todos los ancianos de los hijos de Ismudo y al sordo, al que ve y al ciego?raél. ¿no soy yo?

12 Pues anda, y yo estaré en tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar. 18 Y él: Ruégote, dixo, Señor, que envios al que has de enviar.

30 Y Aarón habló todas las palabras, que el Señor habia dicho á Moysés: hizo las señales delante del pueblo.

31 Y creyó el pueblo. Y oyéron, que el Señor habia visitado á los hijos de Is

raél, y que habia mirado su afliccion:
y postrados adoráron.
CAPITULO V.

Moysés y Aarón se presentan á Pharaón, y le
intiman las órdenes de Dios. El Rey se
burla de todo, y acrecienta los trabajos y faenas
á los Israelitas. Quejas de estos contra Moysés
y Aarón.

DESPUES de esto entráron Moyses
y Aarón, y dixéron á Pharaón:

Esto dice el Señor Dios de Israél: Dexa

ir á mi pueblo, para que me ofrezca sacri-

ficio en el desierto.

2 Pero él respondió: ¿Quién es el

Señor, para que obedezca á su voz, y

dexe ir a Israel? No conozco al Señor, ni

dexaré ir á Israél.

3 Y ellos dixéron: el Dios de los

Hebréos nos ha llamado, para que va-

yamos camino de tres dias por el desierto,

y ofrezcamos sacrificio al Señor nuestro

Dios; no sea caso que nos acaezca pesti-

lencia, ó espada.

4 Díxoles el Rey de Egypto; Por

qué, Moysés y Aaron, apartais al pueblo

de sus tareas? id á vuestros cargos.

5 Y dixo Pharaón: Mucho es el pue-

blo de la tierra: veis que la multitud ha

crecido: ¿quánto mas, si les diereis des-

canso de sus tareas?

6 Mandó pues en aquel dia á los so-

brestantes de las obras, y á los exâctores

del pueblo, diciendo:

7 De ninguna manera en adelante

dareis paja al pueblo, como ántes, para

que haga los ladrillos: mas vayan ellos,

y recojan la paja.

8 Y les cargaréis la misma cantidad

de ladrillos, que hacian ántes, sin dis-

minuirles nada: pues estan holgando, y

por esto alzan el grito, diciendo: Va-

mos y ofrezcamos sacrificio á nuestro

Dios.

9 Sean oprimidos con tareas, y con-

clúyanlas: para que no den crédito á

palabras mentirosas.

10 Saliendo pues los sobrestantes de

las obras y los exâctores, dixéron al pue-

blo: Así dice Pharaón: No os doy paja:

11 Id y cogedla, si en alguna parte

pudiereis hallarla, que nada se disminu-

irá de vuestra tarea.

12 Y derramóse el pueblo por toda la

tierra de Egypto para recoger paja.

13 Y los sobrestantes de las obras

instaban, diciendo: Dad cumplida vues-

tra tarea cada dia, como lo soliais hacer

ántes, quando se os daba la paja.

14 Y fuéron azotados los sobrestan-

tes de las obras de los hijos de Israel

por los exâctores de Pharaón, que les

decian: ¿Por qué no dais cumplida, co-

mo ántes, la cantidad de ladrillos, ni ayer,

ni boy?

15 Y los sobrestantes de los hijos de

Israél fuéron y gritáron á Pharaón, dici-

endo: ¿Por qué procedes así contra tus

siervos?

16 No nos dan paja, y se nos mandan

igualmente los ladrillos: mira que tus

siervos somos heridos con azotes, y se

obra injustamente contra tu pueblo.

17 El qual dixo: Estais holgando, y

por eso decis: Vamos, y ofrezcamos sa-

crificios al Señor.

18 Y así andad, y trabajad: no se os

dará la paja, y entregaréis el acostum-

brado número de ladrillos.

19 Y los sobrestantes de los hijos de

Israél se veian en apuro, porque se les

decia: No se disminuirá nada de los la-

drillos de cada dia.

20 Y salieron al encuentro de Moyses

y Aarón, que estaban de frente, quando

salian de Pharaón:

21 Y dixéronles: Vea el Señor, y

sea hediondo nuestro olor delante de Pha-

juzgue, pues vosotros habeis hecho, que

raón y de sus siervos, y le habeis dado

espada, para que nos mate.

22 Y volvióse Moysés al Señor, y

dixo: Señor ¿por qué has afligido á este

pueblo? ¿por qué me has enviado?

23 Pues desde que he entrado á Pha-

raón, para hablarle en tu nombre, ha

afligido á tu pueblo y no los has librado.

CAPITULO VI.

Alienta Dios & Moyses, y consuela á los Is-
raelitas, prometiéndoles la tierra de Cha-
naán. Genealogia de Rubén, de Siméon y de
Levi.

Y DIXO el Señor á Moyses: Ahora

verás, lo que haré á Pharaón; por-

que por mano fuerte los dexará ir, y con

mano robusta los echará de su tierra.

2 Y habló el Señor á Moysés, dicien-

do: Yo el Señor,

3 Que aparecí á Abraham, á Isaac, y
á Jacob en Dios omnipotente: y mi
nombre ADONAI no lo manifesté á ellos.

4 Y concerté con ellos alianza, que

les daria la tierra de Chanaán, tierra de

su peregrinacion, en que fueron extran-

geros.

5 Yo he oido el gemido de los hijos de

Israél, del que los han oprimido los

Egypcios: y me he acordado de mi pacto.

6 Por tanto dí á los hijos de Israél:

Yo el Señor que os sacaré del calabozo

de los Egypcios, y os libraré de la servi-

dumbre; y os rescataré con brazo levan-

tado, y juicios grandes.

7 Y os tomaré por mi pueblo, y seré

vuestro Dios: y sabreis que yo soy el

Señor vuestro Dios, que os habré sacado

del calabozo de los Egypcios,

8 Y metido en la tierra, sobre la que

alzé mi mano, que la daría á Abraham,

CAPITULO VII.

Moyses y Aaron se presentan á Pharaon.

Prodigios de la vara de Moysés convertida en

culebra, Primera plaga: el agua del Nilo

convertida en sangre. Los Hechiceros de

Pharaón hacen lo mismo; y el Rey permanece

en su incredulidad.

Y DIXO el Señor á Moysés: Mira
que te he constituido Dios de Pha-

raón: y Aaron tu hermano será tu Pro-

pheta.

2 Tú le dirás todas las cosas que te

mando: y él dirá á Pharaón, que dexe

ir á los hijos de Israél de su tierra.

3 Pero yo endureceré su corazon, y

multiplicaré mis señales y mis portentos

en la tierra de Egypto.

4 Y no os oira: y pondré mi mano

sobre Egypto, y sacaré mi exército y

pueblo, los hijos de Israél, de la tierra

de Egypto con juicios muy grandes.

5 Y sabrán los Egypcios, que yo soy

el Señor, que haya extendido mi mano

sobre Egypto, y que haya sacado á los

hijos de Israel de en medio de ellos.

6 Hizo pues Moysés y Aarón con-

forme habia mandado el Señor: así lo

hicieron.

7 Y era Moysés de ochenta años, y

Aarón de ochenta y tres, quando hablá-

ron á Pharaón.

8 Y dixo el Señor á Moysés y á

Aarón:

9 Quando Pharaón os dixere: Mos-

trad señales; dirás á Aarón: Toma tu

vara, y échala delante de Pharaón, y se

convertirá en culebra.

10 Y habiendo entrado Moyses y

Aarón á Pharaón, hicieron, como el Se-

ñor habia mandado: y Aarón echó la

vara delante de Pharaon y de sus sier-

vos, y se convirtió en culebra.

11 Y llamó Pharaón á los sabios y á

los hechiceros y ellos tambien por en-

cantamientos Egypciacos y ciertos se-

cretos hicieron lo mismo.

12 Y echaron cada uno sus varas, que

se convirtieron en dragones; mas la

vara de Aarón devoró las varas de ellos.

13 Y endurecióse el corazon de Pha-

raón, y no les dió oidos, como lo habia

mandado el Señor.

14 Y dixo el Señor á Moysés: Se ha

apesgado el corazon de Pharaón, no

quiere dexar ir al pueblo.

15 Ve á él por la mañana, míra que

saldrá á las aguas y te pararás al en-

cuentro de él sobre la orilla del rio: y la

vara que se convirtió en dragon, la to-

marás en tu mano.

16 Y le dirás: El Señor Dios de los

Hebréos me ha enviado á tí para de-

cirte: Dexa ir á mi pueblo para que

me ofrezca sacrificios en el desierto: y

hasta ahora no has querido oir.

17 Así pues dice el Señor: En esto

conoceras, que soy el Señor: mira que

heriré el agua del rio con la vara que está

en mi mano, y se convertirá en sangre.

18 Los peces tambien, que hay en el

rio, morirán, y se corromperán las aguas,

y serán afligidos los Egypcios, que be-

ban el agua del rio.

19 Dixo aun mas el Señor á Moysés:

Dí á Aarón: Toma tu vara, y extiende

tu mano sobre las aguas de Egypto, y

sobre los rios de ellos, y arroyos, y lagu-

nas, y sobre todos los lagos de aguas,

para que se conviertan en sangre: y

haya sangre en toda la tierra de Egypto,

así en las vasijas de madera, como en las

de piedra.

20 E hicieron Moysés y Aarón, como

el Señor lo habia mandado: y alzando

la vara hirió el agua del rio á vista de

Pharaón y de sus siervos: la qual se

convirtió en sangre.

21 Y los peces, que habia en el rio

muriéron y el rio se corrompió, y los

Egypcios no podian beber el agua del

rio, y hubo sangre en toda la tierra de

Egypto.

22 Y los hechiceros de los Egypcios

hicieron otro tanto por sus encantamien-

tos; y endurecióse el corazon de Pha-

raón, y no los oyó, como el Señor lo

habia ordenado.

23 Y se volvió, y entró en su casa,

ni tampoco puso su corazon aun por

Pharaón, y le diras: Esto dice el

DIXO el Señor á Moysés: Entra á

Señor: Dexa ir á mi pueblo para que me

ofrezca sacrificio :

2 Y si no quisieres dexarle ir, mira

que voy á herir con ranas todos tus tér-

minos,

3 Y bullirá el rio en ranas: que subi-

rán, y entrarán en tu casa, y en el apo-

sento de tu lecho, y sobre tu estrado, y

en las casas de tus siervos, y en tu

pueblo, y en tus hornos, y en los residuos

de tus viandas:

4 Y las ranas entrarán á tí y á tu pue-

blo, y á todos tus siervos.

5 Y dixo el Señor á Moysés: Dí á

Aarón: Extiende tu mano sobre los rios,

y sobre los arroyos y lagunas, y haz

salir ranas sobre la tierra de Egypto.

6 Y extendió Aarón la mano sobre las

aguas de Egypto, y subiéron ranas, y

cubriéron la tierra de Egypto.

7 E hicieron tambien lo mismo los

hechiceros por sus encantamientos, é

hicieron salir ranas sobre la tierra de

Egypto.

8 Y Pharaón llamó á Moysés y á

Aarón, y díxoles: Rogad al Señor, que

quite de mí y de mi pueblo las ranas: y

dexaré ir al pueblo para que ofrezca

sacrificio al Señor.

9 Y dixo Moysés á Pharaón: Señá-

lame, quando he de rogar por tí, y por

tus siervos, y por tu pueblo, para que

sean echadas las ranas de tí, y de tu

casa, y de tus siervos, y de tu pueblo :

y solamente se queden en el rio.

10 El qual respondió: Mañana. Y

él: Lo haré, dixo, conforme á tu pala-

bra: para que conozcas, que no hay

como el Señor nuestro Dios.

11 Y se retirarán las ranas de tí, y

de tu casa, y de tus siervos, y de tu

pueblo y solamente se quedarán en

el rio.

12 Y salieron Moysés y Aarón de con

Pharaón: y clamó Moyses al Señor por

la promesa de las ranas, en que se habia

convenido con Pharaón.

13 E hizo el Señor conforme á la pa-

labra de Moysés: y murieron las ranas

de las casas, y de las granjas y de los

campos.

14 Y las juntáron en inmensos mon-

tones, y se corrompió la tierra.

15 Mas viendo Pharaón, que se habia

dado descanso, apesgó su corazon, y

no los oyó, como lo habia mandado el

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