ORÍGEN DE LOS ERRORES REVOLUCIONARIOS DE EUROPA, Y SU REMEDIO: POR el P. Motro. Fr. José Vidal, y CON SUPERIOR PERMISO. Valencia y Oficina de D. Benito Monfort. 1827. 766159-190 ADVERTENCIA PRELIMINAR. El ya l autor conoce los muchos defectos de este escrito. Cree sin embargo por otra parte, que la medicina que se le ha dado hasta ahora en España á la peste revolucionaria (despues de abolida la constitucion de Cádiz ,y restituidos á S. M. los derechos de su soberanía) con la obra titulada: El Jacobinismo de D. José Gomez Hermosilla, secretario de la Ynspeccion general de instruccion pública, debe haber causado mas daño que provecho; por no haberse desprendido bastantemente el dicho autor de los fal principios sociales de los mismos autores jacobinos, cuya impugnacion se propone: y que, interesando tanto en ello el bien de S. M. y el de la nacion, debia él presentar al público lo que entiende que hay de defectuoso en dicha obra. Así lo hace. Su objeto es muy vasto. Porque se extiende á la reforma de mucha parte de la doctrina dominante sobre el derecho público y político de la Europa, montando sobre otras bases, mas ciertas y evidentes, el natural y de gentes. No se reconoce con las partes necesarias para su cabal desempeño. Pero juzga preciso que se haga eso para la tranquilidad y paz de los estados y cortarles los pasos á las ideas revolucionarias. Si en alguna parte de esta obra impugna con demasiada dureza al dicho autor, protesta, que su impugnacion solo se dirige á la doctrina, salvando todo el honor buen nombre á la persona. Persuadido, de negocio que urge, la ha dirigido en derechura desde y que es su pluma, y sin ninguna correccion ni exámen, á quien se interesa mucho por S. M. y por la buena causa: habiendo sido el resultado de ello el permiso para su publicacion. Y RAZON DEL ESCRITO. I. Nadie ignora el torrente de males que han derramado las revoluciones por toda la Europa de cincuenta años á esta parte. Y lo peor es, que no se ha arrancado todavía convenientemente su raiz. Porque, como nazcan ellas de la malicia de la voluntad de los hombres, que se apoya siempre en los errores de su entendimiento, nunca se ataja suficientemente el curso del mal, sin que se deshagan y extingan esos errores, arrancando de los entendimientos hasta los primeros principios en que se fundan. Que es lo mismo que decir, poniéndoles á los hombres delante de los ojos la verdad de la materia sobre que versan, con la mayor sencilléz, claridad y evidencia que sea posible. Esto no me parece á mí que se ha hecho todavía. Ó juzgo por lo menos, que no se ha hecho en la manera que seria mejor y mas conveniente, que se hiciese. Porque, ni se ha ilustrado hasta ahora al Público en órden á la verdad de la buena causa con escritos sólidos, sencillos y claros; ni se ha extractado mucho menos lo bueno de algunos pocos, que se han publicado, en demostraciones sucintas: facilitando por medio de su circulacion el desengaño á la muchedumbre de los seducidos |